Capítulo 32

69 8 4
                                    

—Me estás jodiendo...

__________ buscaba la hoja escondida por toda su cama, no estaba, revisó por milésima vez bajo la cama y no la encontró.

No, no, no ¿¡cómo pudo ser tan descuidada!? ¿¡por qué se durmió!? ¿lo habrá notado?

Con nerviosismo se acercó a su escritorio, allí estaba la hoja, un poco arrugada de los costados, eso no lo había hecho ella.

¡LO HA NOTADO!

Tomó su uniforme, se lo colocó tan rápido como pudo y salió corriendo del cuarto

¿Podrá alcanzarlo?

Tomó 3 manzanas del refrigerador y salió de la casa a toda prisa. Frenó en seco tras divisar la cabellera blanca y rojo de su compañero.

¿como podía hablar con él? ¿estará enojado con ella? ¿o terminará odiando aún más a Endeavor? otra vez creando discordia.

—...— Se acercó a Shoto de forma vacilante y lenta —Eh...

El chico se giró, le asintió en forma de saludo —¿lloverá hoy?

La menor ladeó un poco la cabeza, el cielo estaba totalmente despejado ¿a qué se refería?

—Saliste media hora antes de lo normal— se burló en lo que empezaba a caminar hacia la academia. 

¿Qué clase de calma es esta? ¿en verdad no lo había leído? ¿solo recogió la hoja y la dejó ahí? ¿que clase de persona suprime la curiosidad y no lee?

Hizo una mueca, no podía dejarlo pasar y aún se sentía culpable.

Se inclinó hacia adelante —Perdón por ocultarlo.

Shoto no se había dado cuenta de esto hasta que la joven habló por lo que se dio vuelta y, apenas vio que hasta se había inclinado levemente, se apresuró a tomarla de los hombros y la enderezó.

—No hagas eso— él la miró a los ojos, ella desvió la mirada.

—Prometí no volverte a mentir— sus dedos empezaron a jugar entre si —pero no quería incomodarte.

El joven bajó la mirada, al menos ya sabía la razón.

Sí, estaba enojado.

—Se que es un tema delicado para ti— volvió a mirarla a los ojos, pero esta escapó antes de mantener contacto visual —pero si no me dices nada me siento ansioso

¿Ansioso porqué? ¡la ansiosa aquí es ella!

Bueno, si seguían peleando llegarían tarde.

La joven asintió dándose por vencida —Yo...

—Oh... ¿Siguen aquí?

Ambos chicos miraron a Fuyumi, quien había abierto la puerta para sacar la basura, la menor se sonrojó y se dio media vuelta.

—Teníamos algo de que hablar— explicó brevemente el de cabello bicolor

La albina resopló —¿No estaban peleando de nuevo? ¡Lo que nos costó traerla de regreso y-!

La pelinegra volvió a ver a la mayor de una forma un poco alarmada —¡No era eso! ¡no estábamos peleando!

Acto seguido se despidió y caminaron hacia la academia.

*********

—¿Estás segura?— le preguntó su maestro al leer la hoja.

La curiosidad no era alarmante, pero ahí estaba, cada vez más carcomiendo su mente distrayéndola de las clases y de su alrededor.

Mi promesa de protegerte-TodorokixtuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora