Capítulo 7

322 23 4
                                    

¿Dormir? ¡ja!

Ella le dio la espalda, ignorando todo contacto visual con el heterocromático, cerró los ojos con las claras intenciones de dormir, no hace falta decir que eso no ocurrió.

Habían pasado como mucho dos horas, la pelinegra se sentó en su puesto, miró al tranquilo rostro de su amigo quien dormía sin ninguna incomodidad... no como ella. Se levantó y caminó hasta sus cuadernos vacíos... si no podía dormir podría pasar el tiempo terminando la tarea que nunca hizo.

Tomando el lápiz se dio cuenta de la suciedad de sus vendas, era de esperarse, pues la chica había tratado con lugares empolvados y sucios como detrás de los estantes, ahora vacíos. Se dirigió al baño, se sacó la blusa y miró ambas vendas en sus brazos.

Rió al sacar las vendas del brazo izquierdo, bastantes cortadas aún se notaban en él... aún recuerda cuando pasó.

Caminaba junto a Midoriya, oportunamente había llegado antes de algún movimiento de Katsuki, por ello era que se encontraba acompañando al chico a su casa.

Ni siquiera se encontraban a mitad del camino cuando el ventanal fue roto y uno de los tres ladrones que salían de la joyería cerró el camino a ambos chicos. Ella adoptó posición de pelea, si era posible podría usar el agua de su cuerpo.

—¡Midoriya-san! ¡vete!— alzó la voz sin dejar de ver al ladrón, quien le sonreía burlón.

—¿Y qué me podría hacer un renacuajo como tú?— ________ apretó los dientes, no le importaba salir lastimada, teniendo en cuenta el estado actual del peliverde se rehusaba a dejarlo a su suerte.

Tras ella llegó un chico de personalidad explosiva, como siempre gritando y sin esperar algún momento para crear alguna táctica o estrategia de escape. La pelinegra retrocedió por instinto y, al notar que era el muchacho de ojos rojos, no dudó en ayudarlo.

¿Cuánto demoraría llegar algún héroe? ni la policía se encontraba cerca. De forma instintiva corrió junto al chico que no tenía quirk y buscó con la mirada a aquellos otros dos ladrones que al parecer podrían llegar en cualquier momento. No se había percatado que uno de ellos ya se encontraba atrás de ellos dos, _________ giró en el momento exacto viendo el arma afilada del villano, no ocupó nada más que su brazo izquierdo para evitar algún otro impacto en lugares más críticos.

Ni siquiera sabía el quirk de su oponente, eso la dejaba en desventaja, miró en varios lugares, en busca de agua, una tubería dejaba caer varias gotas.

Bien... esto serviría de mucho.

Al segundo en el que atacó con agua, el hombre también dejó ver su poder, al parecer todo lo que tocaba podía volverse filoso, como un cuchillo recién comprado, lanzó todo lo que tenía a su alcance y la reacción de la chica fue cubrirse con el agua.

Para su sorpresa estos objetos pasaron la pared de agua, optó por volverse a cubrir con su brazo izquierdo.

—¡_________!— Izuku corrió a ayudarla, frunciendo el ceño procedió a retarla —¡Ya basta!

Aunque tampoco es que necesitaran seguir peleando, los héroes que patrullaban habían llegado al rescate, llevaron a los tres adolescentes a la ambulancia esperando recibir buenas noticias. Claro que se las darían, pero ahora unas pequeñas marcas se quedarían en la piel de la pelinegra.

Salió del cuarto de baño junto a unas nuevas y limpias vendas, se volvió a sentar y siguió escribiendo hasta terminar.

Quizás no fueron todas, es más aún le faltó una, pero el sueño le ganaba y se quedó dormida en su asiento.

Mi promesa de protegerte-TodorokixtuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora