Capítulo 1

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Era un día normal en la casa de los Todoroki, los niños jugaban en el patio mientras el menor de los hermanos se encontraba mirándolos desde la ventana del segundo piso.

Nunca lo pediría pero él quería salir a jugar, divertirse y ensuciarse las piernas con la tierra mojada después de un día lluvioso, en cambio recibía la suciedad del suelo gracias a los continuos entrenamientos que Enji Todoroki le daba.

Por otro lado Rei Todoroki se encontraba en el mercado, las compras de la casa era lo esencial, se sentía un poco decepcionada de si misma por dejar a Shoto y Enji solos.

Realmente si no puedes cuidar de tu propio hijo ¿por qué darle vivienda a otro niño?

Según Natsuo y Fuyumi fue la culpabilidad que sentiría al seguirla viendo así todas las semanas, sola y sucia, con encargos continuos de sus sospechosos padres. 
El primer día que la vio vestía con una blusa blanca, esta fue regalada por una pareja que sintió pena ante el aspecto de la niña, se quiso acercar pero una mujer y un hombre lo primero que hicieron fue quitarle la blusa con el pretexto de venderla para así generar un poco más de dinero.

El segundo día no la encontró el aquella silla en donde se encontraba el día anterior luego fue cuando, al comprar el pan, la vio pidiendo un trozo en señas. Era obvio que el vendedor no le entendía y por amabilidad Rei compró dos panes sólo para ella.

El tercer día fue un poco más alarmante, la niña estaba sentada en una esquina pidiendo limosna, su mirada parecía no entender que estaba sucediendo con las personas que la miraban mal, en cuanto Rei se acercó la pareja, padres de la niña, ofreció venderla por si le causaba tanta curiosidad.

El enojo de Rei iba creciendo ante la injusticia de la vida. Ni ella tenía una familia estable, pero por lo menos cuidarían de otro niño más de ser necesario.

Esto pasó al rededor de un mes, mes en el que a veces llevaba a Natsuo o a Fuyumi consigo, estos le habían dado la idea a su madre de podersela llevar sin necesidad de pagarles algo de dinero. Esta idea fue descartada completamente por parte de Rei y sermoneó a los niños de no pensar así en el futuro.

Si tan sólo pudiera decírselo a un héroe.

Enji nunca le habla, era estúpido pedirle algo como eso, ella casi nunca sale, y si lo hace luego obtiene algún tipo de maltrato.

Pero es mejor prevenir que lamentar. Fue ese día en el que Enji llegaba del trabajo, cuando él se sentó y ella sirvió la comida como de costumbre.
Normalmente el ambiente se encontraba en silencio, ella mirandolo comer pero sin decir nada que a él le moleste.

—Deja de mirarme así— gruñó el hombre mientras seguía comiendo —si tienes algo que decir piénsalo dos veces.

La mujer albina optó por desistir, miró al suelo recordando esos cabellos largos color negro con puntas azules oscuro, ojos azul sin luz, piel pálida y muy flaca.

—He visto a una niña... sé que es maltratada, siempre está sucia y sus padres se encuentran normalmente bien vestidos, no paro de sentirme tris...

El Hombre de la casa se encontraba de pie, mirándola con el ceño fruncido, se notaba ofendido.

—Soy un héroe, no un abogado que vela por los derechos de los engendros— y salió de allí

En realidad Rei se encontraba sorprendida, de haberlo ofendido ella se encontraría con quemaduras, es más hasta vio como las llamas bajaban su intensidad ¿Si insiste un poco más esa niña puede tener un futuro?

Mi promesa de protegerte-TodorokixtuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora