Era el verano de 1991, Alyssa y Azael estaban en el jardín de la mansión Holland, acostados en el pasto de aquella gran casa, viendo el cielo azul.
-Esa parece un unicornio-Dijo el niño Morningstar apuntando una de las nubes.
-¿¡Qué dices, Aza?! Eso parece una rana-Dijo su mejor amiga riendo.
-Aly-Azael apoyó su cabeza en su mano, poniéndose de lado, viendo a su mejor amiga directamente a los ojos-¿Crees que nos llegue la carta de Hogwarts?
-No seas bobo, nos tiene que llegar-Dijo golpeando su hombro.
Y así pasaron los días, ambos esperaban con ansias aquella carta hasta que por fin llegó.
-¡ALY! ¡ALY!-El menor de los Morningstar entró corriendo a la habitación de la única primogénita de los Holland-¡ME LLEGÓ LA CARTA!-En sus manos llevaba un sobre con un sello rojo, su rostro radiada felicidad.
-¡O POR MERLÍN, AZA, LOS DOS IREMOS A HOGWARTS! ¡LLEGÓ, LA CARTA DE HOGWARTS LLEGÓ! -Su mejor amiga sacó una carta y corrió directo a él y lo abrazó.
-¿Recuerdas cuando nos llegó nuestra carta?-El señor Holland codeó a su mejor amigo.
-Ni que lo digas, Elizabeth, tú y yo gritabamos de emoción-Se carcajeó el señor Morningstar.
-¿Elizabeth?-Preguntó Azael-¿Quién es Elizabeth?
-Fue una amiga nuestra, Elizabeth Maximoff- El tono de voz de William era nostálgico, como si estuviera recordando algo-Cuando entramos a Hogwarts éramos Alfred, Elizabeth y yo, con el tiempo también Stella...-Sonrió-Eliza murió hace varios años por una mortal enfermedad.
-Lo siento tanto, padre-Alyssa se acercó a su padre y lo abrazó, la pequeña llegaba hasta su brazo, William Holland era una persona bastante alta.
-¿Todos estaban en la misma casa?-Alyssa podía notar el miedo que tenía su mejor amigo, éste creía que al no quedar en la misma casa que ella se separarían y dejarían de hablarse. Aunque pasaran 100 años ellos nunca se separarían.
-Elizabeth era Ravenclaw, William y yo Slytherin y la dulce Stella Hufflepuff, sin duda éramos una amistad peculiar-Habló el señor Morningstar-A Stella la conocimos en 3er año en clase de criaturas mágicas.
-Con Eliza fue desde el primer día, nuestros padres eran colegas y constantemente unos visitaban la casa de los otros, eso nos unió-Continuó William.
