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—Muy bien, este año por fin podrás hacer tus pruebas para el equipo de Quidditch, ¿Te sientes emocionada?—Preguntó William a su hija.
Ambos caminaban por el callejón Diagon, en busca de las cosas que necesitaría Alyssa para el ciclo escolar.
—¡Sí! Estuve todo el verano practicando, ¿Lo notaste? ¡Por fin podré estar en un equipo de quidditch!—Respondió entusiasta.
William negó riendo, le encantaba ver a su hija así de feliz, después de sus ataques de ansiedad y las peleas en Hogwarts, lo que más deseaba era que su hijita se encontrara feliz.
—Mira allá—Apuntó el mayor hacia la librería Fluorish & Blotts—Haz fila en lo que voy a gringotts, de todas maneras hay muchísima gente.
—Okay, ve con cuidado—William dejó cinco galones a su hija, un beso en su frente y se encaminó a aquel banco.
Era cierto, había mucho revuelo en aquella librería, le sorprendía ver tanta gente en un solo lugar. Ella estaba tan consumida por sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien detrás de ella le estaba hablando.
—¡Alyssa Holland!—Levantó la voz. Aly volteó de inmediato, encontrándose a los Weasley's ahí de pie.
—Oh, lo siento mucho, estaba consumida por mis pensamientos—Se disculpó apenada.
—Ay, siempre estás así, Holland—Burló Fred, sacándole una risita a Alyssa.
—¡Ya deja de molestarla, Fred!—Dijo Ron con cierta molestia en su voz, llamando la atención de su familia, el joven al darse cuenta de su tono de voz, se puso totalmente colorado y avanzó hasta donde se encontraba Hermione.
—Fue raro...—Comentó George, su hermano asintió—Ah, Aly, ¿Ya conoces a Ginny? Es nuestra hermanita, este es su primer año en Hogwarts.
Alyssa volteó hacia su derecha, encontrándose con una niña pelirroja, al igual que todos los demás.
—Eres súper linda...—Admitió Ginny sin despegar los ojos de Alyssa.
—¡Gracias! Tú también eres muy linda, me gusta mucho tu color de cabello—Ginny se sonrojó y corrió detrás de Ron, sacándole una sonrisa inocente a Alyssa.
—Ven, querida, te ayudaré a conseguir tus libros—Molly Weasley tomo del brazo a la ojiazul, llevándola por cada estantería buscando los ejemplares de los libros.
Rato después, al tener ahora los libros, ambas estaban en una fila (junto con Ginny) esperando a conocer a un mago muy famoso del cual Alyssa jamás había oído hablar; Gilderoy Lockhart.
—Señora Weasley, ¿Qué está pasando?—Preguntó Harry que recién llegaba al lugar, llevaba el cabello lleno de polvo, al igual que su ropa.
