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Theo y Alyssa pasaban muchísimo tiempo juntos, no se despegaban. Por otro lado, Dalia y Carlo empezaban a alejarse. Era más por él que por ella.
—Dalia, ¿Te encuentras bien?—Le preguntó su hermano, que la veía sentada viendo hacia la nada.
—Creo que no nací para ser amada.
—¿Qué? Pero yo te amo, Alyssa te ama.
—Me refiero a manera romántica, tonto—Le respondió con una risita.
—¿Por qué lo crees?—Le preguntó, ahora él también viendo hacia la nada.
—Cada chico del que me enamoro termina rompiéndome el corazón... No recibo el mismo amor que doy, nunca.
—¿No estabas bien con Carlo?
—Así era. Pero empezó a ser distante, quizá no le gusto más.
—Tienes que pensar que él también ha pasado por cientos de cosas, Lia. Fue secuestrado y torturado, no es sencillo.
—Lo sé...—Dalia se quedó un largo rato en silencio, escuchando únicamente el canto de los pájaros en primavera, casi verano, pues faltaba poco para Mayo.—¿Has pensado en que tal vez tuvimos que quedarnos y ser lo que nuestros padres querían que fuésemos?
—No. Ni por un segundo. Ese destino que teníamos pre-escritos era horrible, algo que ni tú ni yo queríamos.
—Tienes razón... Pero quizá hubiese sido más... No lo sé, sencillo tal vez? En vez de estar envueltos en tanto drama.
—Prefiero este drama, créeme Dalia. Nuestra vida hubiese sido horrible si jamás hubiéramos hecho lo que hicimos.
—No quiero pelear contra mamá y papá... Ya quiero que esta estúpida guerra acabe.
—Todos queremos eso Lia, créeme...
Los Malfoy habían cambiado totalmente, sin duda ya no eran los niños que fueron al entrar a Hogwarts. Ahora querían algo más que esa vida que creían predestinada.
Ellos no podían cambiar su pasado, pero sin duda podrían cambiar su futuro.
•
Alyssa y Theo estaban juntos en la habitación de Theo, sentados en el sillón que estaba junto a la ventana. Ella reposaba su cabeza sobre el pecho del castaño mientras oía su corazón latir. Estaban abrazados con sus manos entrelazadas. Era como estar en total paz.
