CAPÍTULO 26
Si bien Mew no podía mandar a hacer una playa artificial en las cientos de hectáreas que rodeaban su casa porque cometería ecocidio, si pudo cumplir con su promesa de instalar una caja de arena bastante grande a un costado de la alberca. En un principio su idea era instalarla en el patio, pero no quería que el sol o el mal clima arruinaran la oportunidad de que Gulf pudiera hacer sus castillos ahí.
- Me gusta mucho Mew – respondió Gulf – podré hacerte otro castillo aquí –
- Te dije que me agradecieras cuando lo vieras – dijo Mew con un puchero que era bastante inusual para sus conocidos pero algo muy común para Gulf.
Y Gulf ya sabía cómo debía agradecerle. Hace tiempo Mew le había dicho que no quería que se hincara para dar las gracias, que con un beso bastaba, por lo que el menor se acercó al empresario y depositó un beso en sus labios.
Solo que en esta ocasión había resultado diferente para Gulf. La alegría que sentía de que Mew le hubiera regalado una caja de arena como le había dicho cuando fueron a la playa tocaba su corazón de manera inexplicable para él. De verdad que estaba muy agradecido con Mew por haberlo rescatado, por permitirle hacerle compañía, por dejar que se quedara a su lado, por obsequiarle tantas cosas tan bonitas, por darle la oportunidad de vivir de manera diferente a lo que estaba acostumbrado, por convertirlo de esclavo a prometido.
Después de besarlo lo abrazó pasando sus brazos por el cuello y sorprendiendo a Mew que no esperaba una muestra de afecto como aquella, pues al final de cuentas él no lo había solicitado. Aun así lo recibió con los brazos abiertos y disfrutó de la calidez que Gulf siempre emanaba.
- Te quiero mucho Gulf Kanawut – susurró Mew en su oído – eres lo mejor que me ha pasado en la vida –
- Tú también eres lo mejor que me ha pasado – respondió Gulf – eres el primer amo que me trata bien y... -
- No soy tu amo cielo –
- Sí, ya sé que eres mi prometido – respondió Gulf mostrando el anillo que le había dado Mew –
- Soy el prometido más afortunado del mundo – Mew besó su frente, una acción que adoraba hacer - ¿Por qué no traes a tus bolas de pelo para que jueguen contigo? –
- Mew... -
- Dime cariño –
- ¿Tú... tú... jugarías conmigo en la arena? –
Si Gulf le pedía que comiera comida picante, lo haría sin importar que no le gustara. Además era la primera vez que ese chiquillo lo invitaba a hacer algo juntos, por supuesto que no desaprovecharía esa oportunidad.
- Claro que si cielo, enséñame a hacer un castillo de arena – sonrió sabiendo que hacía feliz a Gulf.
- Iré por mi tablet y por Tharn y Type –
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Obediente
RomanceMewGulf Si, es verdad que Mew Suppasit es un "dominante", pero al ser un hombre con una reputación intachable, con negocios cien por ciento lícitos y un apellido de abolengo nadie sospecha de sus extravagantes gustos en el ámbito sexual. Nadie sabe...