MewGulf
Si, es verdad que Mew Suppasit es un "dominante", pero al ser un hombre con una reputación intachable, con negocios cien por ciento lícitos y un apellido de abolengo nadie sospecha de sus extravagantes gustos en el ámbito sexual. Nadie sabe...
Podía hacer tiempo, distraer a Gulf y no llevarlo a la audiencia de Mew. Pero, por la determinación del muchacho sabía que Gulf era capaz de aventarse el carro y salir corriendo con tal de ir con su hermano mayor. Le bastó ver cómo había salido corriendo de la casa descalzo sin importarle nada más.
- Gulf has salido sin zapatos de la casa ¿Te has hecho daño en los pies? –
- No me importa – respondió – no puedo dejar que encierren a Mew, él tiene miedo a la oscuridad – dijo con preocupación – además... si lo encierran no podré verlo, y yo quiero estar con él, si lo encierran tendrán que encerrarme con él –
- Gulf mi hermano no ha hecho cosas buenas y... -
- ¡Cállate! – gritó sorprendiendo a Saint – una vez dijiste que Mew era malvado y te dije que no lo era, ahora dices que ha hecho cosas malas y yo no voy a dejar que digas eso –
- Mi hermano te compró eso no es algo bueno –
- Él me rescató del infierno que estaba viviendo – Gulf miró con enojo al hermano de su prometido – detén el coche, no quiero ir contigo, tú no quieres a Mew –
- Tranquilízate por favor Gulf – pidió Saint – claro que quiero a Mew, él es mi hermano, es mi sangre, la persona que ha cuidado de mí desde pequeño... te llevaré con mi hermano, de hecho ya casi llegamos – anunció – en la parte trasera están tus pantuflas, fue lo primero que encontré -
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- No vuelvas a decir que Mew es malo o yo... - hizo una pausa – tendré que golpearte -
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Mew estaba molesto porque no esperaba que la prensa "rosa" estuviera ahí. Daba gracias a Dios porque Gulf no solía ver ese tipo de programas, además seguramente Saint le estaría enseñando a nadar, ya que le había dicho que aprovecharía esa actividad para distraerlo.
También tenía que agradecer que el juez no hubiese dejado entrar a la prensa a la sala en donde se celebraría la audiencia. En dicho lugar solo se encontraba el, el juez, los dos fiscales que habían ido a dejarle el maldito citatorio, dos oficiales de seguridad y dos personas más que no pudo distinguir.
Además, a su lado estaba Thanayut Thakoonauttaya (Tong), el abogado que haría todo lo posible por salvar su trasero. Al menos parecía un hombre seguro y profesional. Su mirada aguda y perspicaz le brindaba un poco de seguridad, quizás podía permitirse tener alguna esperanza de volver a ver a Gulf... quizás.
- Señor Suppasit – lo llamó Thanayut.
- Mew está bien – indicó el empresario.
- De acuerdo Mew, el itinerario es el siguiente – empezó a explicar el abogado – en breve harán pasar a los testigos, ya que la defensa argumenta que ellos son la pieza clave para sustentar la acusación en su contra – señaló a las dos personas que Mew no había reconocido indicando que ellos eran parte de la defensa – después de escuchar sus testimonios nos darán la oportunidad de hablar a nosotros, no tendrá que hablar mucho, de eso me encargaré yo, sin embargo, si el juez pidiese que hable usted, niegue todos los aspectos negativos –