[Capítulo 12]

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Capítulo 12

Santisook Rescue era un refugio de voluntarios tailandeses y extranjeros que se dedicaba a rescate de perros y gatos en situación de calle o de violencia. Su sede se encontraba en Chaing Mai, en el distrito de Doi Saket, pero habían abierto recientemente una sucursal en Bangkok y Mew no dudo en llevar a Gulf a ese lugar.

 Su sede se encontraba en Chaing Mai, en el distrito de Doi Saket, pero habían abierto recientemente una sucursal en Bangkok y Mew no dudo en llevar a Gulf a ese lugar

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- Digamos que esto es un "orfanato" para perros y gatos – explicó Mew cuando el menor terminó de leer el nombre.

- No sabía que existía algo como esto señor –

- Existe aunque no tanto como yo quisiera – dijo Mew – te he traído aquí porque quiero que tengas un gato –

- ¿Un gato para mí señor? –

- Sí, un gato para ti – respondió Mew – vamos a entrar y escogerás uno, compraremos lo necesario y lo llevaremos a casa, tú tendrás que cuidar de él –

- Pero yo no sé cuidar gatos señor –

- No es difícil, además podrás ver tutoriales por internet –

- ¿Ver qué señor? –

- Vamos, después te explico –

Entraron y Gulf se quedó asombrado. Había mucha gente adentro, parecían doctores, él los conocía porque siempre que lo regresaban con Max, él lo llevaba a que revisaran para verificar si estaba enfermo o no.

El señor Suppasit se hizo cargo de todos los trámites, y en menos de cinco minutos los dejaron pasar al área de "Gatitos", la encargada del refugio y Mew habían acordado que Gulf, al ser novato con el cuidado de un gato debía tener uno pequeño para que viviera todo su crecimiento y aprendiera todo respecto a esos peludos seres.

- Gulf – llamó la mujer – estos gatitos tienen cerca de dos meses, son pequeños pero lo suficientemente grandes para que te puedas hacer cargo de uno de ellos, selecciona el que más te atraiga, con el que sientas mayor conexión –

En la jaula había cerca de siete gatitos de diferentes colores. Todos jugueteaban ignorantes de que uno se iría por fin a un hogar. Gulf los observaba con una mirada que conmovió a Mew. Los ojos de su sumiso brillaban como nunca antes lo habían hecho, una tímida e imperceptible sonrisa quería aparecer en sus labios, pero lo que verdaderamente tomó a Mew desprevenido fue la pregunta que el menor formuló.

- ¿Puedo tener dos gatos? – dijo sin apartar la vista de los felinos.

¡Por supuesto que podía tener dos gatos! Hasta cien si así lo deseaba. Era la primer cosa que Gulf le pedía y Mew quería cumplirla... anhelaba hacerlo... más por el simple hecho de que esas bolas de pelo le daban a su sumiso un brillo excepcional a sus ojos. De haber sabido que un gato iba a cambiar tanto la mirada del menor lo hubiera llevado al refugio desde el mismo día que lo compró.

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