[Capítulo 30]

10.5K 1.1K 523
                                        

CAPÍTULO 30

Cuando Gulf vio a Mew vestido con un traje a la medida color azul y un peinado diferente quedó sin palabras. Su prometido era muy bonito y se veía muy bien.

- Dile que se ve muy guapo – susurró Saint al oído de Gulf.

- Te ves muy guapo Mew – expresó Gulf y Mew no supo que decir.

- Acércate y dale un beso en la mejilla – instó su cuñado para que pusiera en jaque a su hermano.

Gulf así lo hizo, pero no le dio un beso en la mejilla se lo dio en los labios, y ya no solo porque así le gustara a Mew, él también se sentía muy bien cuando sus bocas estaban unidas en un dulce beso.

- Gracias cielo – Mew lo abrazó con fuerza y le hizo una señal a Saint para que también se acercara.

- ¡No! – Gulf no dejó que su prometido abrazara a Saint.

- Cariño, ya hablamos de eso, no pienso cambiarte por nada y por nadie –

- No me gusta que alguien más te abrace Mew – lanzó una mirada suplicante.

- De acuerdo, vamos a desayunar – habló Saint, no quería que Gulf y Mew discutieran cuando quizás eran sus últimas horas juntos.

Zee llegó justo cuando Dorothy y Gulf ponían la mesa. El menor quería poder servirle a su prometido y le había dicho que también lo haría cuando regresara a la hora de la comida. En ese instante el comedor quedó en absoluto silencio. ¿Qué iba a pasar si Mew no regresaba? Saint no quería pensar en la reacción que Gulf tendría.

- Saint se va a quedar contigo hoy amor – habló Mew cuando los platos ya estaban servidos.

- ¿Él también tomará clases con la señorita Mame? –

- La señorita Orawan no vendrá el día de hoy cielo –

- ¿Por qué? –

- Porque has avanzado mucho en tus lecciones, así que vendrá solo martes y jueves –

- ¿Cuándo es martes? –

- Mañana – respondió Gulf.

- Está bien Mew –

Aunque Mew, Saint y el mismo Zee trataban de que el desayuno fuera ameno, no podían ocultar la preocupación en sus ojos. A los tres les preocupaba una sola persona Gulf. Sabían que él era el que más iba a sufrir con la partida de Mew.

- Mew, debemos irnos – habló Zee.

- Cielo, vamos a mi despacho por favor – pidió el mayor. 

-  Si Mew –

El empresario le ofreció su mano para ayudarlo a levantarse de su asiento y entrelazó sus manos para juntos ir a la oficina. Aquellos pequeños detalles hacían sentir muy bien a Gulf. Con cada muestra de cariño, el menor deseaba cada vez más a lado de Mew y ser feliz como jamás pensó que sería.

- Saint te dijo que me dijeras que me veo guapo ¿Cierto cariño? –

- Sí – respondió Gulf con sinceridad. Mew sabía que no debía ilusionarse sin embargo tampoco esperaba lo que agregó Gulf después – pero la señorita Mame me enseñó lo que significa guapo, y tú lo eres –

Bien, oficialmente se había quedado sin aliento. Que su precioso ángel lo considerase guapo lo llenaba de orgullo, es decir, se sabía un hombre atractivo para la edad que tenía y muchas veces le habían calculado menos años de los que en realidad tenía, pero no creyó escuchar jamás eso de la boca de Gulf por iniciativa propia.

ObedienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora