D o w o o n

1.1K 135 8
                                    

Y o o n  D o w o o n

Dowoon no podía hacer nada más que ver a Junmin llorar mientras le pedía una oportunidad, diciendo que los amigos podían convertirse en pareja

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Dowoon no podía hacer nada más que ver a Junmin llorar mientras le pedía una oportunidad, diciendo que los amigos podían convertirse en pareja. Junmin jamás se hubiese imaginado así misma llorando y casi rogando a un hombre que la amara, pero los sentimientos no correspondidos y el dolor de ello son algo de temer.

—Dowoon, soy la mujer para ti. Soy la que más te conoce.

Dowoon tomó con fuerza sus hombros al verla casi arrodillarse. No podía dejarla hacer eso.

—No soy la gran cosa —él murmuró—. Mírame, Junmin. No soy la gran cosa, sólo soy un chico. No debes llorar ni rogar por el amor de un hombre.

》Incluso si te acepto, aún a sabiendas de que mi amor no es tuyo, no te asegurará la felicidad. Y será jodidamente difícil para ti, y me llevaré ese cargo de conciencia toda la vida. Mereces muchas cosas buenas, es sólo que yo no soy la persona que va a dártelas. Y no voy a engañarte vilmente a la cara porque incluso tú no te creerás esas mentiras. Mereces a alguien que te vea y jodidamente se orine en los pantalones, pensando que eres la mujer de su vida y la más bonita que existe, aunque él no lo quiera sus ojos van a desviarse hasta ti porque eres todo lo que puede admirar. Vas a encontrar a alguien que te quiera como nadie nunca te ha querido antes y borre todo esto de tu mente. Porque lo mereces, pero no soy yo.

Junmin pensó que Dowoon lo estaba haciendo más difícil al rechazarla de esa forma, pero agradecía el que él no le haya dicho explícitamente: no te amo, estoy enamorado de otra chica. Porque era eso, Yoon Dowoon estaba enamorado de otra muchacha, con cabellos que brillan al sol y sonrisa contagiosa.

—¿Por qué ella y no yo?

Que pregunta tan horrible.

—No tengo respuesta, el corazón es un hijo de perra que se deposita en donde encuentre calidez. Es como un perro necesitado de amor. Y el mío encontró un buen hogar; pequeño, acogedor y brillante. Un hogar donde comemos pizza los domingos y cuidamos de cactus y suculentas. Vas a encontrar el tuyo, Jun. Pero no hoy.

Junmin lo aceptó. ¿Por qué habría de obligarlo? Simplemente era hora de empezar a superarlo, en lugar de vivir con la absurda esperanza de que Dowoon le quisiera y le mirara de la forma en que la miraba a ella.

Dowoon no quiso regresar a casa después de dejar a Junmin en la suya. Así que tomó un taxi y dio la dirección. La lluvia iba cayendo poco a poco, las calles se veían grises y la gente aún más. Todos buscando protegerse de la lluvia, y luego, encuentra a la que le robó cualquier miraba que él esté dispuesto a entregar. La vio tal como la conoció, brincando de charco en charco porque amaba la lluvia.

Ella escuchó el sonido del auto y se giró sonriendo, Dowoon pagó la tarifa y se bajó dando la gracias. Su novia le extendió los brazos y a él no le importó que ella estuviera húmeda por la lluvia.

—Hola, tú —murmuró él.

Sus brazos envolvieron el cuerpo de la chica y sus manos se posaron en la zona lumbar. La acercó un poco más a él. Ella pasó sus manos con delicadeza por su cuello y luego dejó sus brazos sobre sus hombros. Los bonitos hombros de Dowoon.

Él sintió unas delicadas manos acariciando su cabello con delicadeza.

—¿Qué tal fueron las cosas con Junmin?

—Estaba triste, pero sé que estará bien.

La muchacha asintió. No era su intención que todo este rollo de Dowoon y Junmin se desatara a raíz de su llegada, pero nadie podía culparla por amar a Do y ser amada por él.

—Deberíamos entrar ya, vamos a terminar con gripe —él murmuró.

—Correcto, vamos a entrar porque voy a besarte y no quiero que las vecinas se espanten.

Dowoon no podía sentirse más feliz. Así que entró a aquella casa con una sonrisa, se duchó y se puso ropa cálida. La encontró bailando en la sala. Primero una canción animada y luego algo más triste.

No se arrepentía de enamorarse. Incluso si no duraba para siempre, o si le rompían el corazón o rompía el de alguien más. No quería vivir con arrepentimientos. Y justo ahora, en este momento, Dowoon es feliz con el amor que se le fue otorgado.

—¿No que ibas a besarme? —él interrumpió.

Ella sonrió y dio brincos hacia él. Dowoon terminó sujetando sus piernas mientras ella trepaba de él como un koala. Un beso suave, dulce. Bailaban mientras se besaban una y otra vez.

Era realmente feliz.

Dowoon sabía que no todos en el mundo se habían enamorado. Y cuando ves a alguien siendo feliz respecto al amor, es fácil criticar. Siempre es fácil criticar cuando no te ha sucedido.

—Me haces feliz —ella dejó de bailar ante las palabras de Dowoon.

—¿Realmente?

—Realmente.

Ella sonrió en respuesta.

—Tú también me haces muy feliz, Dowoon.

Sí, incluso si no duraba para siempre, iba a gozar de cada segundo que se le fue entregado al lado de ella.

𝐃𝐀𝐘𝟔 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora