𝗧𝗵𝗲 𝗕𝗼𝗼𝗸 𝗼𝗳 𝗨𝘀 : 𝗚𝗿𝗮𝘃𝗶𝘁𝘆

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𝐏𝐚𝐫𝐤 𝐒𝐮𝐧𝐠𝐣𝐢𝐧

Mi ser débil y no genial: tengo miedo de que te caigas si me apoyo en ti

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Mi ser débil y no genial: tengo miedo de que te caigas si me apoyo en ti.

Las malas experiencias. Las personas que hacen comentarios despectivos suelen botar sus palabras, lastimándote e hiriendo hasta la mínima fibra de alma que tengas, y si tienes el valor de reclamar por los daños causados, ellos van a fingir que nunca lo han dicho. Esas personas usualmente olvidan que le han hecho daño a alguien con sus palabras ofensivas.

¿Pero cómo olvida la persona que las ha recibido?

Las consecuencias. El amor propio es como un cascarón de huevo débil, al mínimo golpe se agrieta hasta que finalmente se rompe, debes tratarlo con cuidado si no quieres que otros lo lastimen por ti.

El amor propio no debería ser un cascarón de huevo, debe ser un huevito de oro puro al que le reboten las balas llenas de ofensas.

—No me agrada tu voz —Sungjin, de diez años en ese entonces, subió sus hombros a modo de protección por el comentario de su compañero de clases.

Su mamá le había dicho que cantaba bonito y, hasta ese día, él le había creído.

—¿Sí? —murmura Sungjin nervioso.

—Sí —su compañero le responde como si nada, encogiendo sus hombros—. Creo que cantas feo.

Niños. Los niños son honestos casi de forma cruel, sólo piensan en sí mismo por más que las personas quieran ponerlos como ángeles. La inocencia era un arma de doble filo. Te tapa los ojos de la maldad del mundo hasta cierta edad, pero al no conocer la maldad por nombre para apuntarla con el dedo y reconocerla, la aplicas sin darte cuenta y te parece bien, te parece correcto.

—Mamá dijo... —Sungjin iba a explicarse, pero la profesora llegó y no pudo hacer más.

Le hubiese gustado olvidarse de esas palabras pronto, pero era una misión casi imposible. Las palabras ofensivas que te lastiman son como un germen, que se te pega sin que te des cuenta. Lávate las manos rápido o podrías agarrar una gripe.

Sungjin todavía recordaba esas palabras.

La confianza se había perdido y le solían preguntar por qué ya no cantaba como antes, pero prefería encogerse de hombros. Honestamente, extrañaba cantar.

Seguía creciendo y mientras veía a la gente que le rodeaba triunfar, encontrar sus talentos y explotar sus habilidades, Sungjin se preguntó genuinamente si alguna vez iba a encontrar en él algo que realmente valiera la pena.

La inseguridad estaba con él las veinticuatro horas del día, para todo. Un solo comentario y se empezó a cuestionar hasta lo que vestía, incluso la forma en la que respiraba.

Cuando la pubertad llegó no se sintió guapo y tampoco era popular entre las chicas, así que asumió simplemente que su teoría era cierta: no era talentoso, y mucho menos atractivo.

𝐃𝐀𝐘𝟔 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora