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📍New York
La habitación de hotel era de color blanco y eso le daba un toque elegante. Wonpil entra con sus maletas detrás de mí, con paso corto y tranquilo, lo noto nervioso. Sonrío.
-Sé que es la primera vez que viajamos juntos, pero no camines como un animalito asustado.
Él ríe un poco, junta sus manos mientras camina hacia mí con el mismo paso lento. Ciertamente, es la primera vez que compartimos habitación solos. Supongo que es eso.
-Me alegra que nos hayas acompañado.
-¿Tan nervioso estás? -me río un poco de él mientras sus mejillas se encienden-. Te ves más adorable de lo que ya eres con tus manitos juntas.
Se para frente a mí mientras suelta sus manos. Sigue siendo un poco más alto que yo, sólo un poco.
-Lo siento, sabes cómo soy... -lo interrumpo.
-Sabes que así me tienes.
Él sonríe con las mejillas rojas mientras tomo sus manos y nos dirijo hacia el sofá blanco hueso de la habitación, las maletas podían esperar. Nos sentamos y paso mis piernas sobre las suyas, es una costumbre. Se siente cálida nuestra cercanía y verlo tan tímido y bonito hace que mi corazón tiemble. Me descubro muy enamorada de Wonpil.
-Me sorprende que Younghyun haya aceptado la petición de la habitación.
-Primero empezó a decir: no, no, me niego a que los niños compartan habitación. Pero no se da cuenta de que estamos envejeciendo.
Tomo su rostro entre mis manos.
-Mira tu carita, parece que los años no pasan sobre ti. Todas las mujeres te mirarán mientras seré yo la que envejezca.
Él ríe ante mi dramatismo, me acerca más a su cuerpo en un abrazo. Mis manos le dan caricias amables a su espalda cansada por el viaje.
-Pero no miraré a más mujeres.
-Lo sé, cariño -susurro.
Me alejo un poco de su abrazo para atrapar su sonrisa bonita en un beso que dure. Sus manos pasan a mi rostro mientras las mías se mantienen a su pecho. Wonpil es como un peluche suave que debes tratar bien porque es lo mínimo que merece. Merece tantas cosas buenas que un buen trato es lo mínimo, y me alegra tenerlo para mí.
La puerta de nuestra habitación se abre sin aviso, nos separamos mientras giramos para ver quién se atreve a entrar así.
Sungjin y Younghyun.
-Lo sentimos -se disculpa Sungjin.
-Nada de lo sentimos, quítense las manos de encima -nos señala Younghyun, me río mientras Wonpil resopla-. Jae olvidó su medicina de la alergia.
Suspiro mientras me levanto a recoger mi maleta y buscar en qué lado metí pastillas para la alergia. Puede ser que la caminata al hotel en medio del humo de los carros y el polvo de la ciudad le hayan provocado el brote alérgico. Encuentro las pastillas y salgo de la habitación con los tres chicos tras de mí.
Entro a la habitación en donde se supone se quedan Jae y Younghyun. Encuentro al mayor tendido en la cama mientras trata de masajear su cabeza adolorida.
-Hey -murmuro-. Debiste llevar mascarilla.
Él gruñe mientras me siento a su lado en la cama pasándole la pastilla junto a un vaso con agua. Jae acepta y traga la pastilla con resignación.
-Quédate a descansar por hoy -le digo y él asiente.
Trata de masajear su cabeza pero quito sus manos de encima y empiezo a masajear los puntos de su rostro y cabeza en general con los dedos pulgares. Él parece un poco más relajado. La habitación está en silencio y miro a mi alrededor mientras mis dedos masajean las sienes de Jae.
El rostro de Wonpil está algo contraído mientras trata de evitar ver en la dirección en la que me encuentro junto a Jae.
Cuando retiro mis dedos de su rostro, él se ha quedado dormido. Ponemos un pequeño incienso para que la habitación huela bien mientras Jae toma la siesta. Todos salimos de la habitación, algunos se van a conseguir la cena para todos, mientras otros se encargan de ignorarme.
Con otros me refiero a Wonpil.
Nos adentramos en nuestra habitación pero él sigue sin mirarme. Me acerco a paso lento.
-¿Qué sucede? -pregunto.
-¿No deberías irte a la habitación de Jae para seguirlo cuidando?
Su pregunta sarcástica me llena de sorpresa porque no es normal que Wonpil hable de esa forma. Frunzo el ceño mientras hago que él me mire de frente.
-Oye, ¿acaso estás celoso?
-¿Celoso? ¿De que mi novia cuide tan amablemente de otro? -ríe-. No, no.
Sé que no es la reacción que esperaba pero mis carcajadas salen sin aviso previo. Él me mira casi ofendido. Lo acerco a mí en un movimiento ágil y uno mis labios a los suyos, en los primeros segundos él parece no querer ceder pero al final lo hace. Incluso celoso no puede dejar de ser dulce, así que controlo el beso.
-Kim Wonpil -susurro cuando nos separamos, él parece un poco ido al finalizar el beso-. No hay hombre que haga que me quiera separar de ti, ¿entiendes eso?
Wonpil hace un puchero adorable que me hace reír y en medio de mi risa, él atrapa mis labios. Paso mis brazos por su cuello y sus manos van a dar a mi cintura. Yo podría estar así toda una vida, en donde todo lo bueno de esta, empieza y termina en sus labios.
Nos sentamos en el sofá para otra sesión de besos y todo estaba bien, excelente, hasta que la puerta se abre sin aviso una vez más.
-¡La cena está aquí! -exclama Sungjin.
La frente de Wonpil recae en la mía mientras sus ojos se cierran con frustración cuando escuchamos a Dowoon decir: hyung, aquí querían cenar otra cosa.
-Voy a matarlos -susurra Wonpil.
-Échalos por la ventana -me burlo.
Aceptamos la cena y agradecimos para después cerrar la puerta, esta vez con seguro. Nos dedicamos a cenar en tranquilidad mientras nos reímos de una que otra cosa.
-¿Quieres salir a explorar la ciudad?
Lo miro mientras salgo del baño después de lavarme los dientes.
-No -niego. Me abrazo a él-. Una sesión de besos suena mejor.
Él ríe y asiente con sonrojo. Es más de lo que puedo soportar, nunca había querido a alguien así.
