𝐓𝐡𝐨𝐬𝐞 𝐞𝐲𝐞𝐬 ║ 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

Capítulo 5

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La campana nos indicó que iniciaba en receso, casi me levantaba hasta que recordé que Levi me iba a ayudar con la tarea. Así que saqué mi libro y se lo di para que echara un vistazo y me pudiera ayudar. Puso el libro en la mesa y acercó su silla hacia mí para poder escribir en el libro. Su cercanía me puso un poco nerviosa, no lo voy a negar, es un chico demasiado atractivo, quién no se pondría así.

Sus explicaciones eran claras, su voz era fría pero le entendía, pasaron ocho minutos y solo tenía un inconveniente; me estaba sintiendo muy cansada por no comer nada desde ayer.

—Y cuando están entre paréntesis... Oi, niña, ¿me estás escuchando?—Me preguntó el azabache.

—¡Ah!—Agité mi cabeza para despertarme un poco—Sí, disculpa, me siento muy cansada.

—¿Has dormido?—Me preguntó, yo asentí con la cabeza—¿Has comido algo en el día?—Negué con la cabeza—Tsk.—Sin previo aviso se levantó de su mesa y salió del salón dejándome sola.

Estaba confundida, no sé si eso le fastidió, se enojó y ya no me quería ayudar. Con las explicaciones que me dio hasta ese momento pude entender el ejercicio e intenté terminarlo sola. Al poco tiempo Levi regresó al salón con un sándwich y un jugo en caja de la tienda. Los puso en mi sitio y él se sentó en su silla. 

—Jamás intentes estudiar con el estómago vacío—Dijo con su tono frío de siempre—. Espero no sea una dieta extraña.

—No, no, no—Negué también con la mano—. Hoy no tuve tiempo de desayunar y estuve en el almuerzo intentando entender el tema con el libro. Muchas gracias por ayudarme y traerme esto, no sé cómo agradecértelo.

—Con que no ensucies es suficiente.

Unos siete minutos después, terminó de explicarme todo y yo acabé mi tarea. Me levanté de mi sitio agarrando mis cosas.

—Muchas gracias nuevamente, ¿hay algo que pueda hacer por ti?

—Ya te dije que...

—En serio—Lo interrumpí—, dime, ¿hay algo que te guste?—El solo arqueó una ceja.

—El té.

—¿Qué clase de té?

—Negro.

—Está bien, muchas gracias—Dije mientras salía del salón rápidamente—, ¡nos vemos el lunes!

Cuando llegué al patio vi a mis amigos en unas mesas algo nerviosos con sus libros. 

—Disculpen, ya está, ya acabé la tarea.—Les dije agitada. Eren agarró mi libro y lo puso en medio para copiar, pero hizo una cara extraña y me miró.

—En algunos ejercicios no es tu letra, ¿quién te ayudó?

—¿Ah?—Me hice la confundida.

—No te hagas, quién te ayudo—Me miró serio, a veces daba miedo.

—Está bien, me ayudó mi compañero de sitio en Inglés.

—¿El pelinegro con cara seria?—Preguntó Connie mientras terminaba de copiar. Eren levantó una ceja al oír eso.

—Sí, ese.—Respondí

—¿Ese no es con el que estabas hablando el otro día junto con un chico con tu mismo color de cabello?—Me preguntó mi mejor amigo.

—Sí—Respondí con desgano, ya me estaba cansando de las preguntas—, ahora copien rápido que se acaba el receso.