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Para la mala suerte de los estudiantes, el coordinador de disciplina también asistió al campamento de estudios. Keith Shadis.
Shadis se encontraba formando en varias filas a los estudiantes.
—¡Siendo las 8:40 de la mañana, tienen solo 30 minutos para instalarse en las cabañas y acomodar todas sus cosas a las 9:15 quiero verlos a todos aquí formados de la misma forma en la que están ahora, a las 9:20 subimos al bus de vuelta para ir al primer lugar!
Los estudiantes de Stohess High School no entendían el porqué de sus gritos. Los alumnos no estaban tan lejos como para que tenga la necesidad de gritar.
La maestra Hange, que estaba a un lado de Shadis, dio un paso adelante y empezó a hablar.
—Como pueden ver, este lugar tiene muchas cabañas, 4 en cada una, dos de Stohess High School y otros dos de Trost High School, en caso ya no se pueda, pueden ser cuatro de a misma escuela sin problema. Chicas con chicas y chicos con chicos, y no se preocupen, pueden elegir con qué compañeros alojarse. Las cabañas de la derecha son la de las chicas, y la de la izquierda de los chicos.
Ella retrocedió y Shadis volvió a hablar.
—¡Recuerden que no están en sus casas! ¡Quiero que al finalizar el campamento de estudios las cabañas estén más limpias que como las encontraron! ¡En especial ustedes chicos, que son unos sucios!
« Y este bastardo qué cree que soy, ¿un cerdo? » Pensó un azabache muy irritado.
—Chicas, avancen, busquen compañeras, cabaña e instálense.—Dijo la maestra Hange.
Todas empezaron a caminar hacia el lugar de las cabañas.
Ima y Mikasa se encontraban una al lado de la otra, habían decidido estar en la misma cabaña, pero no conocían a nadie de Stohess más que a Marco y Annie. Marco era un chico, y con Annie no se llevaban bien.
—¡Oigan!—Una chica alta y pecosa se acercó a las dos amigas— ¿Quieren estar con nosotras en la misma cabaña? Nos faltan dos.
Ambas miraron a la chica que les hablaba, iba acompañada de una chica rubia y muy bajita.
—Claro—Respondió la castaño claro—. Soy Ima, y ella es Mikasa.
—Ymir—Le dijo la más alta de las cuatro—, ella es Historia. Vamos.
El grupo de chicas ingresó a una cabaña vacía, pusieron sus nombres en la entrada y empezaron a instalarse.
Ya habían pasado 24 minutos y ya tenían todo listo, así que las dos de Trost decidieron salir y buscar a sus amigos.
Para su sorpresa, sus amigos masculinos se encontraban afuera en unas bancas, a excepción de Jean, que se encontraba hablando con Marco en la puerta de su cabaña.
—Qué ta chicos, ¿con quién se alojan?—Preguntó Ima.
—Jean y yo estamos con Marco y un amigo suyo el cual no recuerdo su nombre.—Habló Connie.
—Eren quiso comprar una soda en la máquina. Y para cuando nosotros llegamos a la zona de cabañas, casi todos ya estaban agrupados, así que...—Armin fue interrumpido por el de ojos esmeralda.
—Adivina con quién nos alojamos.—Me preguntó.
—Me rindo.—La de cabellos claros sin ánimo respondió.
—Con tu amado y su amigo.
Ella abrió los ojos como platos al oír eso.
—¿Pero cómo?
—Su amigo se nos acercó cuando nos vio perdidos buscando a alguien, y nos ofreció estar con ellos porque tampoco tenían con quién alojarse.—Habló el rubio.
Eren se acercó a su mejor amiga para susurrarle algo.
—Voy a aprovechar para ver si le saco información, o aunque sea escuchar sus conversaciones con su amigo.
—Él no es muy hablador, así que no creo que tengas mucho éxito.—Ella le respondió también en un tono bajo.
—¿Estoy intentando ayudar y me desanimas de esa manera?
—Ok, ok, disculpa. Buena suerte.
゜・。。・゜゜・。。・゜
9:14 indicaba el reloj, y todos los estudiantes ya se encontraban formados, esperando las indicaciones de la maestra Hange.
—Ok chicos, como primera actividad del día iremos al famoso Museo de la Tragedia, en el que se encuentran los restos y cosas muy interesantes de el día de la tragedia de Shiganshina en 1945. Para esta visita estaremos separados por orden alfabético, no importa el año ni la escuela en la que estén.
El maestro de historia fue indicando los grupos, y para suerte de una castaña claro, estaba en el mismo grupo que Levi, ya que su apellido empieza con la A y el de ella con la D. Y muy en el fondo, un azabache también se encontraba contento.
Los estudiantes subieron al bus y este partió rumbo al museo.
Durante ese viaje el grupo de amigos de penúltimo año volvió a jugar adivina quién, solo que esta vez la maestra Hange se les unió
Ella parecía como un estudiante más, pues se burló de Connie cuando este pronunció mal el nombre de Michael Jackson.
Después de 10 minutos de viaje, llegaron a su destino y los estudiantes se separaron en grupos como se les había indicado anteriormente.
Ya habían pasado un buen rato desde que llegaron al museo. Siendo las 10:00 a.m se encontraban en el tercer y último piso del museo.
Sin querer queriendo, Ima, Armin y Mikasa se encontraban prácticamente al lado de Levi y Farlan, que para suerte de ambos, sus apellidos iniciaban con una de las cuatro primeras letras del abecedario.
La de cabellos claros miró por la ventana que tenía al lado, vio que estaban a una gran altura, y a lo lejos, tres cachorros callejeros de color negro, jugando entre ellos, ella se conmovió al verlos y se quedó en la ventana para verlos un poco más.
Sus amigos al no verla siguieron avanzando con el grupo, y la dejaron atrás sin darse cuenta.
Los canes al correr y moverse por estar jugando, hacían que una pared poco a poco no dejara que se vean. Ima se asomó más y más por la ventana para tratar de verlos mejor, sin darse cuenta de lo peligroso que era lo que estaba haciendo.
Inesperadamente sintió que alguien la tomaba de la cintura y la traía hacia atrás.
—Niña tonta, te vas a caer si te asomas más.
Un azabache al haberse dado cuenta de la ausencia de Ima, volteó para verla en un obvio peligro, a lo cual caminó hacia ella y la hizo retroceder.
—Gracias.—Le respondió ella con un ligero sonrojo y algo avergonzada por la tontería que había hecho.
Caminaron algo rápido para estar con su grupo otra vez y ver lo último que quedaba del museo.
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𝐓𝐡𝐨𝐬𝐞 𝐞𝐲𝐞𝐬 ║ 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧
Romance・┈・┈・୨୧・┈・┈・ Volver a encontrar a aquel niño que conoció cuando tan solo era una niña fue una gran sorpresa, hablar con él y conocerlo de verdad cada vez se hacía más agradable. Aquellos ojos que transmitían frialdad, no eran un reflejo de su perso...