CAPÍTULO 29 - Aaron

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<<1 semana después>>

Narra Aura:

Una semana había pasado desde que Jace me marcó. Ahora me sentía mucho más unida a él. Era más cariñoso y sobreprotector conmigo de lo que normalmente era. Gruñía a todo aquel que me mirase intentando matarlos con la mirada. Eso lo hacía ver muy adorable, me encantaba saber que se ponía celosillo por todo, me hacía sentir en cierta forma amada.

También encontré a mi hermano Cam, al parecer mi lobito cumplió su promesa de encontrarlo, le agradecí mucho por ello. Lo malo es que ahora tenía a dos sobreprotectores constantemente sobre mí peleando contra todos y entre ellos. Se veían hermosos peleando por mi atención. Son una ricura los dos, los amo demasiado.

— ¡Por favor que alguien ponga el cinco de espadas! - Cam estaba desesperado en esta partida. Había tenido que pasar cuatro veces seguidas por que al parecer tenía casi todas de espadas, y Jace no le quería poner la carta - Sé que la tienes tú chucho rabioso... - le mandó una mirada asesina.

— Ehh... - se quejó indignado - ¿Por qué yo? - cuestionó - puede que la tenga Aura - Cam puso una cara de ¿En serio?.

— Aura ya la abría puesto solo por pena hacia mi - afirmó con orgullo. Y era cierto, no me gustaba que estuviera triste, por eso de pequeños siempre le dejaba ganar a los juegos. Me hacía más feliz su sonrisa que mi victoria.

— Es cierto - puntualicé riéndome por lo bajo de la mirada de Jace hacia Cam. Son muy tiernos...

Así pasamos unos cuantos minutos más hasta que decidí ir a la nevera a sacar la limonada que les había hecho para ahora, junto a unos cuantos bollitos de crema.

— Voy a sacar algo de merendar para los tres - me levanté del mantel tirado en el césped en el que estábamos sentados - ahora vuelvo - ellos me dedicaron una sonrisa mientras yo me daba la vuelta en dirección a la casa - ¡Y NO HAGAIS TRAMPAS! - les grité cuando iba a entrar, ellos rieron con malicia.

¿Qué voy a hacer con esos dos?...

En estos momentos estaba realmente feliz, estaba con las personas que más amo en este mundo, y es cierto que lloré como nunca antes cuando Cam me dijo que nuestros padres murieron en aquel ataque, pero al menos aun lo tenía a él. Me daba miedo quedarme sola en este mundo y que nadie me de el amor que necesito. Soy una persona que le gusta amar a todo el mundo, pero también es verdad que cuando das mucho cariño, también de vez en cuando te apetece recibirlo...

¿A quién no?

Saqué todo de la nevera y los bollitos del horno y lo coloqué en una bandeja para poder llevarlo más cómodamente y que no se me cayera todo al suelo. Una vez todo listo la cogí de las asas y la cargué para dirigirme de nuevo al hermoso jardín de fuera.

Estaba por abrir la puerta cuando una mano me tapó la boca y un musculoso y fuerte brazo me rodeó la cintura levantándome del suelo y haciendo que tirara todo lo que llevaba de merienda. Me apretaba con fuerza para que no em escapara de él y eso solo me provocaba dolor. Comencé a llorar con desesperación por que alguien llegara a rescatarme.

¡Cam! - grité en mi mente, esperaba que eso funcionara como la última vez.

Ya voy - dijo rápido, y yo me relajé un poco sin dejar de estar tensa por la situación en la que me encontraba.

Una especie de humo empezó a cubrir el cuerpo de mi secuestrador y el mío. Mi grito se ahogó en su mano mientras un montón de guardias nos rodeaban con lanzas apuntándonos.

— Suéltala - exigió una voz familiar, pero yo no podía ver por todo el humos y las lágrimas de mis ojos.

— Jaque mate - dijo con una terrorífica voz el hombre que me agarraba mientras reía como desquiciado.

Mi LUNA.... soy tu SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora