Narra Cam:
Corrí como no había corrido nunca, salté troncos, atropellé a algún pequeño animal y destrocé las ramas que aparecían en mi camino. Nada importaba en ese instante más que mi fresita. Su corazón había empezado a ralentizarse de manera drástica, notaba como le empezaba a costar latir y se volvía cada vez más débil e inexistente.
--- Resiste pequeña, ya casi llego.
No hubo respuesta de su parte y yo comenzaba a estresarme de sobremanera. Mi velocidad parecía aumentar por momentos igual que mi cercanía a ella. La desesperación clara en mi mirada mientras me hundía cada vez más en mis horribles pensamientos.
—¡Aura! - grité a todo pulmón, no porque me fuera a responder sino como una manera de desestresarme de la situación.
Entonces la ví, estaba recostada contra el tronco de un gran árbol, su cabeza apoyada sobre la corteza con sus ojitos cerrados y su pelo sucio que caía alborotado por su rostro. Su respiración errática y cada vez más superficial eran los únicos indicadores de que seguía con vida, pues su cuerpo estaba completamente estático. Me acerqué rápidamente a ella y tomé su cara entre mis manos para que me mirara.
Mierda está ardiendo...
Mi mano derecha viajo a una de sus manos que reposaban sobre el frío y embarrado suelo.
Mierda está helada...
Sin duda las bajas temperaturas no estaban ayudando a su estado, y ella estaba completamente inconsciente.
—¿Qué la pasa? - el idiota apareció por detrás nuestro mientras yo abrazaba a mi pequeña hermana con posesividad, no permitiría que la tocara siquiera.
—¿Tienes más ropa? - pregunté al ver que se había puesto un pantalón de chándal gris. Él asintió y rápidamente entendiendo para que lo quería, me lo ofreció.
Le coloqué la larga sudadera gris, y el que estuviera acolchada por dentro lo agradecí mentalmente. Con esto podríamos llegar al palacio del chucho sin que muriera por el camino, lo que era un punto a nuestro favor.
—Yo la llevo - afirmé acomodándola entre mis brazos, él asintió resignado, pero comprendió que llegaríamos antes allí de esa forma, y por mucho que yo quisiera escapar de ellos con Aura, no podía con ella en este estado, solo me quedaba resignarme hasta que se pusiera bien y entonces llevármela muy muy lejos del idiota y su tropa de imbéciles.
(...)
El camino se hizo muy corto, todos íbamos a mucha más velocidad por la preocupación de que no aguantaría mucho más, por lo que dimos lo mejor de nosotros y un trayecto de unas 4 o 5 horas lo hicimos en 1 y media.
Al llegar, los guardias inmediatamente nos abrieron las puertas al ver a su Alpha, y en menos de 5 minutos nos encontrábamos en una enorme habitación con una inmensa cama en la que Aura se veía enana en comparación con la magnitud de esta.
—Yo... no sé que hacer, el medicamento no parece estar haciéndole ningún efecto - el hechicero/ doctor/mentalista o lo que fuera que sea se veía consternado por la situación, y no es para menos con las miradas asesinas revienta cráneos del idiota que quería (a saber que cosas) con mi hermana.
—Tráeme cilantro, esencia de orquídea, dos pétalos de amapola amarilla, sales de luna, romero y rosas blancas - debía tomar yo las riendas de la situación para que Aura mejorase, porque aunque su latido y respiración se habían regulado con el baño que la di (porque no pensaba dejar que él calenturiento lobo la viera desnuda) y al ponerla ropa limpia y seca.
Ahora se encontraba sobre la cama con un paño mojado en la frente y los carrillos colorados de la fiebre.
—Voy - corrió hasta la puerta y se fue dando un portazo, por lo que gruñí, los ruidos fuertes no eran lo que mejor la convendría a mi nena en este preciso instante.
Mientras que el hechicero se iba por lo que pedí, yo cogí el tiesto con una planta que había sobre la mesilla de noche. Era una hortensia, pero al no ser la época de floración, solo se veían sus pequeños capullos. Me acerqué a Aura y la cogí la mano mientras en mi regazo reposaba la maceta, quería saber que tan grave se encontraba, y esta era la única forma de averiguarlo.
Con suma delicadeza, guié sus suaves y pequeños dedos a los capullos de la planta. Nada más hacer contacto, los capullos empezaron a abrirse dejando ver un hermoso color violáceo en sus pétalos.
No está demasiado grave...
—Pero que coño acaba de pasar - el asombró de su voz estaba más que claro, me giré para ver su cara de sorpresa y como parecía que sus ojos se le saldrían de sus cuencas en cualquier instante - cómo ha... - sus palabras murieron en su boca al entender al instante lo que estaba ocurriendo.
—No lo sabe, y no vas a ser tú el por el que lo descubra - la amenaza estaba más que clara en mi voz, no pensaba dejar que este pulgoso lobo la creara problemas. Porque el simple hecho de que ella lo descubriera haría que su esencia humana cambiara a un aura mucho más poderosa, y si eso pasaba la encontrarían enseguida.
Iba a replicar cuando el brujo entró abruptamente por la puerta con todo lo mandado en una cesta en su mano izquierda.
—Bien, empecemos...
Narra Jace:
Lo más hermoso de este mundo... Eso era ella.
Verla en aquel bosque estando desmallada y cargada por su hermano me partió de cierta forma el corazón. ¿Quién no sufriría viendo el dolor de la persona que más amas en el mundo?. Siempre me había considerado una persona cuyos sentimientos ni faltan ni se desbordan, pero todo con ella parecía llegar al extremo, y eso me gustaba. Lo que me hacía sentir con solo verla me incendiaba por dentro como una hoguera, y hablamos solo de una foto. Cuando la ví en la realidad, aunque se encontrara en un muy mal estado, no pude pasar desapercibido lo delicada y jodidamente sexi que me parecía.
Solo deseaba tenerla entre mis brazos en ese momento, protegerla de todo y todos, amarla con todo mi ser. Pero pese a todos estos pensamientos que se acumulaban en mi sin control, mantuve la cabeza fría, lo principal era por el momento ponerla a salvo y dejarla descansar para que mejorara cuanto antes. Eso me lo hizo entender su hermano con una sola mirada, que fue lo que necesitaba para volver a pensar de manera lógica.
Horas pasaron tras haber llegado a mi casa. Su hermano la había bañado y cambiado de ropa, lo cual me molestó muchísimo, pero finalmente vi que él no cedería con eso.
- No me gusta que él la vea desnuda - habló Kaen - me importa una mierda que sea su hermano - gruñó con rabia acumulada.
- A mi tampoco me gusta - confesé
Pero sabía que su hermanito no dejaría que la tocara siquiera. Por lo que finalmente accedí, pero me prometí a mi mismo volver a encerrar a ese engendro en lo más profundo de las mazmorras. Lo más alejado de mi mujer...
—Ya está - su voz era dulce y relajada mientras acariciaba su mejilla con el dorso de la mano - vas a estar bien - susurró dándole un delicado beso en su frente.
- Aléjale de ella - aulló - ¡ES MIA!, SOLO YO PUEDO TOCARLA.
Por un lado me sentía de la misma manera que mi lobo, solo me aliviaba saber que era su hermano y no alguien que quisiera algo más con ella. De todas formas no le quité la mirada de encima, y con cada beso que le daba yo gruñía por lo bajo, reteniéndome con toda mi fuerza de voluntad para no arrancarle la tráquea de un zarpazo.
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Este capítulo ha sido un pelín más cortito, porque sentí que ahí debía terminarlo...
¿Qué les pareció el encuentro de Cam con nuestra fresita?...
¿A ustedes no les pareció asombroso el autocontrol de Jace?... nunca había visto que los hombre lobo durasen tanto al ver como otro toca a su mate.
COMENTEN Y VOTEN si les gustó :)
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Mi LUNA.... soy tu Sol
Lupi mannariEres mi Luna, mi amor, mi vida.... y no me importa que tengas otra Alma Gemela. Yo sabré amarte como ese lobo no puede ni sabe hacerlo. Porque yo soy tu Sol y tú mi Luna.... aprovecharé la oportunidad que mi padre me brindó para tenerte junto a mí...