CAPÍTULO 13 - Encerrada

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Narra Aura:

No podía dejar de llorar, los ojos me escocían y los notaba hinchados y cansados, de mi boca solo salían sollozos y sentía mi cuerpo terriblemente asqueroso y lleno de chupetones que me dolían. Las muñecas las tenía enrojecidas de haber intentado desatarme sin éxito y mi cabeza dolía como mil demonios por haber llorado tanto.

Daba gracias de todo corazón al chico que había llamado a la puerta, y agradecía que mi casi violador se fuera a atender el asunto importante ese.

Miré al techo entreabriendo los ojos lo más que podía, era de un blanco puro y limpio.

Nada que ver conmigo...

En qué momento terminé así... que hice yo para merecerlo, ¿tan mala fui que mi destino era ser violada cada noche?, hoy me había salvado, pero me queda claro que él volverá y entones no habrá nada que le detenga.

--- Debes escapar...

Esa voz me sonaba tanto, pero las punzadas de dolor de mi cabeza no me dejaban pensar con claridad, en realidad ni siquiera quería saber quién era, solo quería dejar de sufrir. Estas últimas horas habían sido demasiado para mí, no pensé que en tan poco tiempo pudiera sentirse un dolor tan inmenso como el que sentía en mi pecho.

No sabía que les pasó a Cam y Ann, no sabía si mis padres estaban muertos, no sabía si consiguieron salvar el pueblo nuestros lobos, tampoco sabía donde estaba Ren y mucho menos Tatiana. Y yo mientras en una cama, amarrada, desnuda, y por poco violada.

¿Morir dolerá mucho?

--- Que ni se te pase por la cabeza - me regañó de nuevo la misma voz de antes.

- ¿Cam? - una alegría empezaba a formarse en mi pecho.

--- El mismo fresita - sollocé más alto, su voz era tan reconfortante después de todo lo que había pasado - resiste un poco más preciosa, voy a ir por ti.

- Cam.... Te quiero - yo sabía perfectamente al igual que él, que no duraría mucho en este sitio, y lo último que quiero es, que Cam no sepa lo mucho que le amo, él es todo lo que me queda y todo lo que necesito, él es mi ángel de la guarda, mi mejor amigo y mi familia.

--- No - dijo con voz decidida, pero yo notaba que estaba intentando no llorar - no te despidas de mi - su voz se iba rompiendo a cada palabra - vamos a estar bien, te sacaré de ahí y volveremos a ser felices - aseguró sollozando - volveremos a reírnos mientras hacemos una guerra de almohadas y ha hacer concursos de quién hace el chiste más malo, a ver maratones a las 2 de la mañana y a hacer coronas de flores con las plantas del jardín de mamá sin que ella se entere - su llanto provocaba el mío también, no había mayor tormento que ver a la persona más importante de tu vida sufrir, y esa persona para mi era mi hermano.

- Te quiero - repetí cuando se me aclaró la voz - siempre fuiste mi hermano favorito - escuché una pequeña risa de su parte.

--- No te rindas aun - suplicó - espérame un poco más.

- De acuerdo, te espero...

No volví a oírle, pero estaba muy agradecida de haber podido despedirme de él como no pude de mis padres. Al menos en ese sentido estaba en paz.

Pero ahora debía ser fuerte, porque le había prometido esperarle, y no pensaba a esperarle atada a una cama, debía soltarme como fuera.

Es hora de que seas fuerte como nunca en tu vida...

Me removí incómoda intentando zafarme de las ataduras, a lo mejor si me movía mucho, las cuerdas se aflojarían y podría liberarme escurriéndome. Debía salir de aquí lo antes posible, estaba segura de que ese monstruo volvería pronto, y aunque quería sentarme en un rincón y llorar hasta quedarme dormida, sabía que si quería escapar esa era mi oportunidad.

Mi LUNA.... soy tu SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora