CAPÍTULO 22 - Vida

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Narra Jace:

Los líderes ya comenzaban a llegar a mi manada, la reunión se realizaría mañana por la tarde, pero como todos habían sido informados de la causa de esta, querían ver con sus propios ojos a la persona en cuestión.

Aunque no había tenido aun el placer de conocerla más profundamente, algo me decía que ser el centro de atención no le iba a agradar mucho, por lo que aunque todos sabrían el motivo de una pequeña cena que se realizaría en mi casa, no se anunciaría, ni ninguno de ellos podría comentarle nada a Aura sobre su verdadera naturaleza. Eso sería peligroso para ella, y para todos, por lo que esto se puntualizó mucho cuando les llamé a todos personalmente para dejar claro que ni una palabra podían decir delante de ella.

Esperaba que todo saliera bien, y nadie metiera la pata con este delicado tema en cuestión.

- Seguro que ese tal Alejandro mete la pata - dijo Kean - ese no se calla ni debajo del agua, y no me refiero porque sea el Rey del Mar - puntualizó.

- A ti nunca te cae bien nadie Kean

No respondió a eso último y solo me dejó organizando a los del servicio de limpieza para que estuviera todo en orden, o al menos medianamente decente para esta noche.

Y entonces la ví, bajaba por las escaleras con uno de los hermosos vestidos que encargué especialmente para ella. Todos ellos eran de colores claros, porque había notados que en su casa no tenía mucha ropa de colores muy oscuros, por lo que supuse que no le gustaban demasiado esas tonalidades. Además la hacían ver más tierna.

Magnolia, la ama de llaves, la acompañaba escaleras abajo mientras ella cuidaba no volverse a caer como antes lo hizo. Eso la hacía ver tierna y adorable.

- Es mía

Últimamente Kean estaba un poco subidito con eso, intentaba constantemente tomar el control, cosa que no debía pasar, por que de seguro la marcaba y completaba el sellado de la marca a la fuerza, y eso haría que me odiara por siempre.

Me la pasaba bebiendo té para relajarme y no descontrolarme excesivamente. Bendito sea el Té de hiervas.

- Solo haría algo que los dos queremos - replicó - además está para comérsela.

- ¡Kean! 

- ¿Qué?... no me digas que no te la imaginas debajo nuestro gritando nuestro nombre mientras la penetramos duro - ojalá pudiera darle una torta por imbécil - aunque no sé si la cogerá, su cuerpito es muy pequeño.

- Joder Kean ¿no puedes pensar en otra cosa que no sea follarla?

- No - dijo seco - hasta que no la posea, voy a ser como un grano en tu culo.

- Joder, me tocó un lobo cachondo.

La verdad es que si era pequeñita, y delgada, me llegaba su cabeza por mi pecho, parece más mi hija que mi mate a ser sinceros. Nunca había visto a alguien tan pequeñita, por lo general las mujeres loba, son mucho más altas, se mueven entre el 1,68 y el 1,80 de altura, y los hombres lobo entre 1,80 y el 1,95. Pero como ella es humana es más bajita, pero muy bien proporcionada, sin duda es hija de una diosa.

Nunca lo había hecho con alguien tan pequeño y frágil, solo con la mitad de mi cuerpo la la cubro completamente, ¿Cómo lo haremos en la cama?

- Eso es, saca ese lado pervertido que llevas dentro - ay no, me estoy volviendo una copia de su oscura mente. No podía pensar en esas cosas, se olía a kilómetros que era virgen, de seguro aun no estaba preparada para ese paso. Debo ir con calma.

Mi LUNA.... soy tu SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora