CAPÍTULO 4 - La reunión

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Narra Aura:

Un suave beso fue depositado en mi frente con mucho cariño, y yo sabía perfectamente a quién pertenecía, a mi hermanito el sapo croador.

—El desayuno está en la mesa fresita - susurró en mi oído para que me fuera despertando.

—¿desde cuando cocinas? - interrogué adormilada y aun sin abrir los ojos.

—Desde que es la única manera de conseguir sacarte de la cama sin provocar la tercera Guerra Mundial - afirmó burlón.

—¿Y qué preparaste? - dependiendo de su respuesta intentaría hacer el amago de moverme.

—Tortitas recién hechas con un cremoso sirope de fresa por encima.

No necesité más información para salir de la cama como un rayo en ir directa a la cocina mientras me chocaba con todo a mi paso por no estar aún en todos mis sentidos.

—¡¿Dónde?! - inquirí mientras miraba hacia todos lados desesperada.

—Encima de la mesa - rió mi hermano por lo bajo.

—Oh - debo parecer una loca con toda esta ansia por ingerir nutrientes - fallo mío.

A mi hermano no le dio tiempo siquiera de seguir riendo porque yo ya me encontraba devorando el desayuno.

—Ey, dejame un poco - exigió mientras se sentaba a mi lado y cogía dos tortitas de la torre inclinada.

Ambos estábamos tan distraídos zampando toda esta delicia que ni siquiera hablamos en ningún momento, solo se oían los cubiertos chocar contra el plato de una manera desesperada.

Esta era sin duda la comilona de nuestras vidas, porque ver veinte tortitas en un plato con sirope de fresa había sido lo más hermoso que mis ojos habían visto, aunque creo que también influía el hecho de que éramos pobres y teníamos lo justo para sobrevivir, por lo que los banquetes como este no eran muy habituales que digamos, incluso había épocas del año, sobretodo en invierno, en la que se nos acababan los alimentos del almacén, o bien eran insuficientes para llevar una dieta equilibrada y sana, por lo que para remediar la escasez, solo teníamos una comida al día para seguir en pie y poder seguir trabajando en el campo igual de duro para terminar los Encargos semanales.

Pensar en eso me entristecía, y lo peor es que no sólo nosotros estábamos en esa situación, sino casi todo el mundo aquí.

Lo que yo daría para que el pueblo tuviera su antigua gloria, hace años no había este problema con la comida, pero la manada de un día para otro, nos empezó a exigir más y más comida en los Encargos, llegando a un punto en el que algunas veces familias aun más pobres que la mía no tenían para comer y acababan muriendo de hambre, porque aunque entre nosotros nos intentábamos ayudar compartiendo los alimentos con nuestros vecinos, llega un momento en el que debes priorizar la alimentación y bienestar de tu familia.

Y ahora me diréis: ¿Pero entonces porque seguís con ellos?

La respuesta es que a pesar de todo nos han salvado en innumerables ocasiones de ataques de Rogues, despreciables lobos sin manada que se dedican a asaltar poblados para conseguir comida y divertirse con las mujeres de allí, en definitiva, seres horribles sin corazón que matan personas y violan a jóvenes por el simple hecho de poder hacerlo.

Osea, que sin la protección que nos brinda la manada Dark Night, estaríamos todos a tres metros bajo el suelo, o en el caso de las jóvenes, quizás presas en casas clandestinas para que los Rogues puedan violarnos cuando les venga en gana.

Mi LUNA.... soy tu SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora