CAPÍTULO 31 - Vida Ficticia

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Narra Aura:

Me sentía tan feliz en sus brazos que estoy segura que solo el podrá ser el dueño de mis sonrisas. Lo amo más que a mi propia vida. Desde que nos conocimos hace más de 6 años. Él siempre ha sido todo un caballero conmigo, desde que me encontró apunto de morir después de que unos pícaros mataran a mi familia frente a mis ojos. 

Luchó por mí como nadie jamás hizo. Mató a los cinco pícaros que intentaron matarme a mí también. Por desgracia solo yo conseguí salir viva de aquella masacre para ver nacer un nuevo día. Desde entonces le pido a los dioses que hayan acogido en el paraíso a mi familia, nadie merece más que ellos el vivir allí. Le hecho mucho de menos...

Cada día me acuerdo de ellos. De sus muertes. De la sangre. Pero también de como Aaron me salvó convirtiéndose con el paso del tiempo en mi todo. Con el perdí la virginidad, y no pienso estar con otro hombre más que con él. 

Sé que el también me ama, lo veo en sus ojos cuando me mira. Y lo sé, porque es exactamente así como yo lo veo a él cada vez que lo tengo presente. Mi rayo de luz. Eso es en lo que se ha convertido. Es mi esperanza, mi amor, mi alegría, mi risa, mi cariño... Él es mi día y yo su noche. Nos completamos el uno al otro conectándonos en una perfecta sincronía que parece casi mágico.

Jamás podría haber pedido hombre más perfecto y apuesto que él. Esculpido por los dioses diría yo...

— Amor me ayudas con el broche - pedí intentando inútilmente llegar a tocarlo con la mano.

— Por supuesto vida mía - me da una radiante sonrisa para acariciar mi espalda por encima de la tela antes de proceder a desabrochar el vestido - Listo - dejo el vestido caer a mis pies mientras me giro para besarle con todo el amor del mundo.

Sus labios saben a gloria pura, y me responden los besos con las mismas ansias mientras sus manos acarician mi piel desnuda de la cintura. No sé en que momento ocurre exactamente, pero él no tiene nada puesto, y mi ropa interior negra también desapareció como por arte de magia.

— Te amo - gime en mi oído mientras muerde el lóbulo de mi oreja sensualmente. 

Mis manos tocan su definido abdomen de color cobre que tanto me gusta. Sus ojos vuelven a los míos y esos hermosos orbes color ámbar me transmiten un sin fin de emociones, lo cual me encanta porque es exactamente lo que mis ojos le dicen a él.

— Yo también te amo - noto una presión centímetros más abajo de mis pechos, lo que me indica que su amigo se ha despertado con ganas de jugar, cosa que deseo complacer.

De un salto enrollo mis piernas en su cintura dejando mi trasero justo encima de su creciente erección. Se siente muy bien saber que provocas una excitación en otra persona, y mas si es a lo que más quieres en este mundo. Comienzo a menear mis caderas adelante y atrás en un suave vaivén que hace que crezca un poco más su inmenso miembro.

Sus gemidos son lo más sexy que mis oídos pudieron escuchar. Y los míos lo acompañan mientras él me tumba con delicadeza sobre el césped de orillas del río. Sus manos empiezan a estimular mi clítoris de una manera fantasiosa pero sin dejarme llegar del todo a ese tan pedido paraíso.

— Ya estás lista - su voz es muy ronca lo que hace que me moje aun más si eso es posible.

Su pene empieza a introducirse en mi interior con una lentitud tortuosa hasta que llega hasta el final permitiéndonos soltar un gemido de satisfacción. Comenzamos así a movernos con agilidad, y en una compenetración ciertamente excelente.

Lo único que puedo hacer es gemir de puro placer notando como algo empieza a formarse dentro mío. Su miembro  es ancho y largo lo que hace que le apriete su varonil miembro con mis lubricadas paredes.  

— Ya... casi - yo también creo que llegaré pronto a la cima.

— Espera... - digo como puedo notando que estoy a segundos de venirme con él. Y así es, tres estocadas más y ambos nos venimos juntos soltando un largo gemido por poder alcanzar nuestra liberación.

— Te amo - me dice bajito mientras me acomoda en el césped para abrazarme.

— Yo también te amo - le susurro al mismo tiempo que ambos caemos dormidos por puro agotamiento - siempre...


(...)


Después de nuestra sesión de sexo, pasamos un hermoso día en el río. Nadamos y jugamos en el agua como si fuéramos unos niños, también merendamos unos bollos que Aaron preparó y nos pusimos a adivinar la forma de las nubes.

Fue sin duda un día de paz y tranquilidad en el que disfruté muchísimo y pude tomarme un respiro de toda mi vida en general.

— ¿En que piensa mi princesa? - sonreí como una tonta ante sus palabras, me encantaban sus motes cariñosos.

— En lo afortunada que soy por tenerte - el sonrió ante mis sinceras palabras y me abrazó apretándome contra su cuerpo.

— Te amo, te amo, te amo, te amo... - muchos besos eran repartidos por mi cara mientras reía por las cosquillas que me producían.

Me levantó entre sus brazos y empezó a dar vueltas y vueltas sacando las risas de ambos.

— Vayámonos a duchar...

— Lo que mi reina pida - y aun conmigo en brazos empezó a subir escaleras arriba.

*

*

<< 4 días después >>

Narra Jace:

4 días habían pasado, y aun no sabíamos nada de Aura. Pareciera que la tierra se la hubiera tragado y eso me desesperaba cada día más.

A saber que la estaban haciendo, y yo aquí sin poder hacer una puta mierda porque no se siquiera en donde se encuentra el amor de mi vida.

- La necesito - suplicaba Kean a la Luna como cada noche a las 12 en punto.

- Yo también - susurré con dolor en mi voz. Me estaba muriendo sin ella, sin sus sonrisas, sus besos, sus abrazos, su pequeño cuerpo y sus mini piececitos.

¡JODERRRRRRRRRR!...

La necesitaba a mi lado, debía encontrarla cueste lo que cueste. Los del consejo ya se enteraron de todo lo ocurrido, así que básicamente está todo el mundo buscándola por cielo mar y tierra. Pero no era suficiente, nada era suficiente porque ni una pista teníamos todavía.

Mañana atacaríamos la manada Open Sky, ellos eran los únicos que podían tener motivos para llevársela, ya que el líder casualmente es el primogénito del Sol, por lo que le interesa tenerla.

— Señor, nos atacan - Entró Tom por la puerta con manchas de sangre - Es la manada Open Sky - anunció, y realmente no me esperaba esa respuesta, creí que nosotros seríamos los que les atacaran, pero parece ser que será al revés.

— ¡Vamos! - salimos a toda prisa de mi cuarto en penumbras, hacia la batalla.


Mi LUNA.... soy tu SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora