CAPÍTULO 5 - Solo 2

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Narra Aura:

Una suave y cálida brisa acariciaba mi cara, posiblemente proveniente de la ventana por donde también se colaba el sonido de los niños reír como una lejana y cautivadora melodía.

El colchón en el que me encontraba, no era precisamente mullido, pero para contrastar esa rigidez, las suaves sábanas arropaban mi cuerpo haciéndolo sentir como en una nube.

—Sábanas... - murmuré mientras me daba la vuelta en la cama aún adormilada y sin abrir los ojos.

Mientras yo gozaba del maravilloso mundo de los sueños, alguien tocó a la puerta de mi cuarto, pero hice oídos sordos para evitar tener que levantarme y poder seguir durmiendo.

Dormir es uno de los mayores placeres en esta vida.

Pero a los pocos minutos volvieron a llamar a la puerta con ahora mucha más insistencia.

—¡Me da igual quien coño sea, como siga tocando a la puta puerta le meteré el pomo por donde no brilla el Sol! - grité con una voz ronca que parecía casi un gruñido.

—Wow gatita, guarda tus garras - dijo mi hermano abriendo la puerta y entrando sin permiso alguno - como te atreverías a estropear este hermosísimo pompis que el señor diosito me brindó para hacer el bien y cautivar a las almas perdidas- dramatizó intentando parecer ofendido y horrorizado con la mano en el pecho.

Mi cara era un cuadro, pero básicamente expresaba un enorme WTF, y entre que seguía medio adormilada y que no entendí palabra, creo que mi mente explotó en todos los sentidos.

—Bien - retomó la conversación mi hermano - tendrías que empezar a vestirte para la fiesta - me miró de arriba a abajo negando en desaprobación con la cabeza.

—¿Fiesta? - desde cuándo hoy había fiesta, a mi no me habían avisado de eso estoy segura.

—Bueno quizás hablo de la fiesta de Fundación del pueblo, no sé, a lo mejor - ese tonito burlón no me estaba gustando para nada - Anda, ve a prepararte o llegarás tarde.

La fiesta comenzaría a las 8 de la noche, como todos los años, y como todos los años yo la había olvidado. Gruñendo me levanté de mi cama una vez que mi muy pesado hermano se había ido de mi cuarto, fui a mi escritorio donde había dejado mi móvil para mirar la hora.

—¡Las 7! - Ave maría purísima, era tardísimo, había dormido muchísimo.

Sin perder más tiempo, fui a mi armario y rebusqué entre mi ropa para ver que era medianamente decente para una fiesta, finalmente me decidí por una falda negra corta y embolada por mitad del muslo, conjuntado con una camiseta gris ajustada de manga larga que dejaba al descubierto mis hombros, y para rematar unas botas altas sin tacón con piel sintética por arriba de color grisáceo.

Una vez estaba todo bien decidido, dejé mi vestuario en la cama y me metí en la ducha a la velocidad del rayo, me enjaboné con gel de olor a fresa, me restregué bien el pelo con otro champú olor a fresas, y finalmente me aclaré entera.

Las fresas son mi vida...

Salí de la ducha envuelta en una toalla que por poco no me cubre y me vestí rápidamente tras haberme secado totalmente el pelo. Ya casi estaba lista solo me quedaba hacerme unos retoques con el maquillaje, no me eché base ni polvos ni nada, solo me puse máscara de pestañas y un line-art fino y poco llamativo.

—Pareces una chica y todo - dijo mientras me miraba con asombro.

—Muy gracioso Cam.

Me miré en el espejo de cuerpo entero que tenía en la parte interior de la puerta del armario para ver cómo quedé, y tras unos minutos mirándome y mi hermano observándome, decidimos salir de la casa para ir a la plaza del pueblo.

Mi LUNA.... soy tu SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora