"ESE HERMOSO CHICO DE OJOS CAFÉS QUE ME VUELVE LOCA"
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NARRA ALAIA
Hoy regresé temprano del trabajo por lo que aprovecho de hacer varias cosas en casa. Le di el día libre a la señora Mary para que descanse un poco de mis hijos, ellos están en su escuela y vienen en unas pocas horas. Termino de lavar mi plato de comida y voy a la sala limpiando los muebles, donde está Peter haciendo cosas del trabajo mientras mira las noticias. Es una extraña costumbre que ha tomado.
— Pet ¿puedo preguntar por qué ahora a cada rato tienes la tv encendida? — pregunto confundida.
— Bueno... es para estar pendiente de lo que pasa en la ciudad ya que estoy ocupado y no puedo hacer dos cosas a la vez, además de que la presentadora es linda. — le golpeo con el trapo y él ríe — es broma.
— Más te vale.
Continúo con mi deber de madre y esposa responsable. Tomo el casco de papá y le limpio mirándolo durante unos segundos. Me gustaría que viese el futuro que su hija construyó al lado del chico que siempre quiso.
—Oye. — me giro observando a Peter — ¿estás bien?
— Sí, sí, descuida... sabes que lo de papá me pone melancólica — le sonrío con tranquilidad y tristeza dejando el objeto en su lugar. Peter se levanta y me da una leve caricia en la mejilla — estoy bien, enserio.
— Sólo me estaba asegurando.
Le sonrío. Me besa suavemente. Me gustaría que hubiésemos seguido pero siempre deben interrumpirnos.
— Noticia del última hora. Se acaba de iniciar un tiroteo en la escuela primaria central de la ciudad, al parecer son terroristas que quieren poner en juego vidas.
— ¿No deberíamos ir? — pregunto confundida mirando la tv
— Ellos pueden ocuparse. — dicen despreocupado besando mis hombros.
— Peter... creo que es la escuela de los niños. — digo asustada, él enseguida se detiene y mira para asegurarse y se va corriendo en busca de su traje.
Yo hago lo mismo llamando a Karen con mi reloj. No pierdo tiempo y lo tomo de los brazos volando para llegar más rápido. Si algo les llega a pasar a mis hijos, no me lo perdonaría jamás. Me detengo en el techo silenciosamente y ambos nos asomamos por el ventanal viendo varias hombres con armas y la policía apuntándoles. Los estudiantes están en una esquina y logro divisar a mis hijos.
— Quitales a esos hombre sus armas mientras yo saco a los niños.
Asiente y abre la ventana. Me agarro del techo con ayuda de mis guantes y voy así hasta llegar arriba del grupo, me pongo de cabeza y todos se sobresaltan.
— ¡Mami! —hablan los mellizos al mismo tiempo felices de verme.
Los terroristas se dan cuenta y le disparo a uno con mi rayo cuando intenta hacer algo, Peter se apresura en quitarles las armas a todos. Al terminar la policía se los lleva y los padres entran en busca de sus hijos muy asustados, algunos nos agradecen por ayudar.
— ¡Mami! — veo a los mellizos venir y los abrazo fuertemente
— Niños, estaba muy asustada por ustedes ¿no sienten nada? — pregunto examinandolos
— No... Mira Charlotte, Spiderman está aquí, mami ¿podemos conocerlo? — pregunta Charli mirando a Spidey. Cierto, ellos no saben lo que de su padre.
— Eh... lo hablaremos después ¿sí? ahora vámonos a casa, ya hubieron muchas aventuras por hoy.
Le hago una seña a Peter de que se quede aquí un rato para vigilar en caso de que pase algo más y me voy con los niños volando, ellos van contentos porque les encanta hacerlo. Al llegar a casa los dejo en el suelo y me quito mi traje. Me voy a la cocina a hacerles unos sándwiches ya que lo del ataque pasó justo cuando estaban en cafetería y no alcanzaron a comer nada. Saco la mantequilla de maní y me sobresalto al oír a Charlotte gritar, voy corriendo hacia allá.
— ¿Charlotte, qué pasó? — pregunto preocupada entrando a mi habitación
— Mami, estaba buscando mi juguete y por la ventana entró él — señala al techo, más específicamente al chico arácnido colgado de ahí.
Suspiro. Creo que ya es hora de que lo sepan. Charlie también viene al escuchar el grito.
— Niños... No se asusten, él es buena persona y créanme que no les va a hacer daño— les digo.
Peter se baja del techo y se quita la máscara, al principio no pude reconocer las caras que tenían.
— ¡Papi es Spiderman! — comenta el niño emocionado, la niña sonríe aplaudiendo. Ay, son tan lindos. Inmediatamente se abalanzan encima de su padre abrazándolo. Río.
[...]
NARRA PETER
— Ya volvemos, iremos a buscar la comida. — dice Alaia dándome un beso en la mejilla y yéndose con Charlotte mientras yo me quedo con Charlie.
Se hizo de noche y vinimos al centro comercial a pasear un rato, ahora nos detuvimos a cenar porque tenemos mucha hambre. Reviso mi celular cuando me llega una notificación que me avisa que mañana Alaia y yo debemos viajar a París, siempre tengo alarmas porque se me olvida todo.
— Papi ¿por qué te hiciste un superhéroe? — pregunta mi hijo sacándome de mis pensamientos.
— Bueno... supongo que te diré lo mismo que siempre dice tu mamá, me gusta ayudar a las personas.
— Pero te pones en peligro a tí mismo.
— Charlie, lo importante es que ayudes, no importa si tiene consecuencias contigo mismo o no. Tu abuelo prefirió salvar al mundo, eso lo convierte en un héroe para siempre.
— ¿Mi abuelo algún día va a volver? — pregunta— sé que a mami no le gusta hablar sobre él, siempre me regaña cuando le digo algo sobre él así que te pregunto a tí...
— No sé — murmuro sin saber qué decirle. No puedo decirle que su abuelo volvería porque sería una mentira, pero tampoco quiero desanimarlo diciéndole que no.
— Ya regresamos — comenta Alaia felizmente dejando la bandeja de comida en la mesa, Charlotte vuelve a su sitio y ella se vuelve a sentar a mi lado— les traje sus hamburguesas favoritas, intenten no manchar la ropa porque es difícil quitar esas salsas.
— Ups. — susurro media hamburguesa en la boca y las mangas de la camisa llenas de salsa de tomate. Alaia rueda los ojos y me limpia las manos.
