"HONESTLY SHE'S THE ONLY ONE THAT'S WATCHING OVER ME. GIVES ME OXYGEN WHEN IT GETS HARD TO BREATHE. AND IF I'M WRONG OR RIGHT , SHE'S ALWAYS ON MY SIDE, AND IF I LOSE THE FIGHT, I KNOW SHE'LL BRING ME BACK TO LIFE.
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NARRA ALAIA
— Peter, ¿dónde estamos? — pregunto nuevamente al chico mientras toma mi mano dando la vuelta al coche.
No responde y abre la parte trasera de la camioneta, sacando el asiento trasero que se transformó en un pequeño sofá-cama. Donde hay una manta, almohadas y varias frutas ya listas para comer en trozos. Ya que dulces no puede traer por mi dieta. Sonrío al ver las velas artificiales que están alrededor dando un poco de luz. Ambos nos acostamos en la manta mirando al cielo que está lleno de estrellas, nubes y la luna en todo su esplendor.
— ¿Cómo encontraste este lugar? — pregunto mirando al cielo
— Estaba haciendo patrulla, ví esto y pensé que podría gustarte porque amas los paisajes de la noche. De paso para tener una cita porque tenemos años sin tener una.
Me río levemente. Me acerco más a él recostando mi cabeza en su hombro. La verdad es que estos días hemos estado muy concentrados en el trabajo, yo llego a las siete a casa aveces y Peter como a las ocho así que... Ahora es un poco difícil vernos. Pero será más fácil cuando tenga descanso después de los siete meses del embarazo. Un rato después comenzamos a comer fruta porque me da hambre, me río de los chistes que cuenta mi esposo que son tan malos que me dan risa.
— Oh, mira lo que te traje. — dice buscando en el asiento, saca una caja pequeña de terciopelo.
— ¿Nos vamos a casar otra vez?
Se ríe — no... Mira, son pulseras de alta frecuencia, las hice yo. Cuando no estemos juntos y me necesites, tienes que apretar el dije y eso me enviará una luz que me avisará cuando me llames. Es para el embarazo porque no podrás hacer tanto esfuerzo entonces no quiero que hagas nada.
— Vaya, ni yo me inventé esto.
Me coloca la pulsera en la muñeca, no es muy grande, es pequeña. Es elegante y linda.
— Es parte de la nueva campaña de la empresa que va a salir mañana así que hice unas especialmente para nosotros. También tiene una cámara por si acaso.
— ¿Acaso quieres que te vea masturbándote?
— Ay, Alaia, no seas tan asquerosa... Yo no me masturbo.
— Me mientes ¿crees que no te vigilo cuando estoy trabajando? ¿quieres que te diga el montón de veces que te he encontrado haciéndolo? bueno, la primera vez fue cuando estabas en el cuarto con una revista porno de esas de Ned y...
— ¡Ya, ya! — se cruza de brazos.
Vuelvo a reír. Me gusta molestarlo. Me acerco y le doy un beso en los labios suavemente, él me sigue colocando sus manos en mi cintura. Dejo pequeños besos en su cuello mientras mis manos acarician su torso lleno de músculos que me encantan. Se acomoda en el colchón sentándose y yo me agacho entre sus piernas comenzando a quitarle el cinturón.
—¿Por qué mejor no me dejas que te masturbe yo? — susurro con una voz seductora acariciando sus muslos.
Le bajo el pantalón y su ropa interior, su miembro sale y no tardo mucho en meterlo a mi boca haciendo que él comience a gemir con ganas.
No me culpen, si estuvieran solas en la noche con su lindo esposo que está más bueno que el pan, harían lo mismo.
[...]
Al día siguiente
Me muevo nuevamente en la cama jalando la sábana por tener mucho frío. Alzo un poco mi cabeza adormilada mirando la hora. Dos de la mañana. Me quejo por el maldito insomnio. Desde hace días no puedo dormir correctamente por las náuseas que tengo, creo que esto del embarazo es difícil. Me giro al otro lado encontrando el rostro de mi esposo, sumamente dormido y balbuceando adorablemente. Paso la yema de mis dedos sus por labios delgados que están levemente abiertos y quito su cabello de su frente para verlo mejor. Mierda, definitivamente es tan guapo, no sé qué hice para merecerlo pero me encanta. Bajo mi vista un poco por su cuerpo viendo sus músculos marcados por debajo de su pijama. Suspiro enamorada admirando lo lindo que es.
De un momento a otro frunce el ceño y comienza a decir cosas incoherentes, yo también hago la misma expresión. ¿Estará soñando o qué? él nunca habla así dormido. asusto cuando se sienta de golpe en la cama, un poco sudado.
— ¿Peter? — le llamo, pongo mi mano en su hombro y me acerco a él para verificar si está bien.— ¿qué pasa, cariño?
— Una pesadilla, descuida. — me doy cuenta que sus ojos están levemente mojados. — soñé que... Tú ibas con el bebé en un avión y después chocó, como el accidente de mis padres.
Hago una mueca. Sé que la muerte de sus papás ha sido muy difícil de llevar desde que era pequeño, yo lo he hecho olvidarse un poco de ese tema para que no se angustie tanto. Me acerco y lo abrazo fuertemente para tranquilizarlo. No me gusta verlo así, triste y desanimado, no es el chico tierno y feliz que conozco.
— ¿Quieres un vaso de leche fría con galletas de avena que hice hoy? te puede calmar.
Asiente. Me levanto de la cama poniéndome mis pantuflas y salgo del cuarto yendo a la cocina, donde busco en la nevera la leche y la sirvo en un vaso. Tomo un plato y pongo varias galletas ahí. Peter llega y se sienta en el mesón, donde pongo todo a su frente. Me quedo un rato mirándolo. Está callado, y él comúnmente tiene la destreza de que se la pasa hablando, de cosas absurdas, pero al menos habla.
— Pet... ¿Enserio estás bien? — pregunto de nuevo. Él me mira un poco. Me siento a su lado en el mesón— sabes que si necesitas algo puedes decírmelo.
— Lo sé, cariño, es solo que... Se sintió tan real y ahora estoy pensando muchas cosas... Mañana pediré el día libre en el trabajo ¿puedes pedirlo tú también? me gustaría que pasáramos tiempo juntos.
— Sí, no te preocupes — le sonrío cálidamente.
Le doy un beso en la mejilla y él sigue comiendo su pequeña merienda de la madrugada. Haría lo que sea por él.
