Nicolle Jennings.
• Sheffield, Reino Unido.
10/1/2013Otro día más viendo los fastidiosos rayos de sol colándose por la ventana de mi cuarto.
Por más estúpido que sonara, el jueves es mi día favorito de la semana. Es decir; no trabajo. Eso equivalía a hacer ejercicio mientras escuchaba música de alguna banda de rock alternativo recomendada por mi padre. Me gustaba ser yo misma en las cuatro paredes de mi aburrida casa. A la hora de la verdad, mi aburrida casa era mejor que salir a la calle y tener la preocupación de recibir comentarios negativos acerca de... mi figura.
Desde mi cama, empecé a ojear los papeles de mis medicamentos y tratamientos que yo misma me he puesto. Cada vez que mi consciencia pedía un recuerdo de mi adolescencia, acudía a releer una de las muchas viejas recetas de mi antigua nutrióloga.
Eran recuerdos a pesar de todo.
Me levanté de la cama y me di un baño de agua tibia. ¿Qué demonios pasaba con Sheffield? Esta ciudad se estaba congelando a medida de que va pasando el invierno.
Al entrar nuevamente a mi cuarto, me paro frente al espejo.
«No tienes porqué engordar.»
«Cerda.»
«Pareces una rama.»
Nunca encontrarás a nadie que te mire como una persona normal.
Cerré mis ojos con mucha fuerza ante mis estúpidos pensamientos. Me puse algo de ropa y empecé a hacer abdominales.
Uno.
Necesitaba estar flaca.
Dos.
Eso era a lo que estaba destinada a ser.
Tres.
Flaca.
Cuatro.
Mi novio entró a la habitación y me jaló del brazo. A él no le gustaba que yo hiciera eso; que me ejercitara.
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Nuestro último suspiro (#1 Bilogía TMSST)
RomanceDicen que después de soltar algo y sentirse desierto por dentro, vienen momentos y personas que cambian radicalmente la forma en la que miras la vida. Dicen que esos momentos y personas pueden ser capaces de despejar cada tormento, cada mal día y ca...