Eddie Dunne.
• Sheffield, Reino Unido.
3/1/2013Corría.
Corría por las húmedas calles de Sheffield, corría por mi vida, literalmente. Iba muy rápido mientras escuchaba a la gente de la ciudad deseándose un feliz año nuevo entre sí. El año había pasado y con el nuevo año vinieron vastas tormentas de nieve.
Nunca, pero nunca, sean irrespetuosos con sus jefes. Nunca lo hagan.
Me había metido en aquella extraña situación porque mi jefe estaba atrasado con mi cheque. Yo, por otro lado, estaba demasiado atrasado con la renta del pequeño estudio en el que me estaba quedando. Necesitaba pagar cuánto antes y el muy lento de mi jefe tenía medio mes sin darme mi salario. Estoy muy seguro que se enojó porque —conste que fue sin querer— insulté a su señora madre, quien siempre se la pasaba caminando entre los pasillos del hospital para ver si hacíamos el trabajo que nos correspondía y, claro, para expandir uno que otro rumor.
Sí. Creo que fue por eso.
No les niego que las risas de mi parte mientras corría, no faltaron. Y sí. Valió la pena ver la cara de indignación de mi jefe.
Por insultar a su madre, terminé desempleado. Es como si dispararas al cielo y mataras a dos pájaros de ese solo tiro. Una tremenda oferta.
Tenía la suerte de ser el secretario de mi hermana mayor, Annie. Ella era psicóloga. Una de las mejores en la ciudad. No podía ni podré describir lo agradecido que estoy con ella y con su pareja, Lennon.
También tengo dos adolescentes como par de sobrinos. Mellizos para ser precisos. Jacob y Josie llenaban mi casa de desastre, risas y música de One Direction cuando pasaba el rato con ellos. Muy estresante para mí. Pero los amaba mucho.
—¡Eddie! —oí gritar una voz muy conocida.
Me paré de golpe y miré hacia atrás. Era el señor Canela. Un amable señor de origen puertorriqueño. A veces me ponía a pensar el porqué estaría aquí en vez de pasarla bien en su isla.
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Nuestro último suspiro (#1 Bilogía TMSST)
RomanceDicen que después de soltar algo y sentirse desierto por dentro, vienen momentos y personas que cambian radicalmente la forma en la que miras la vida. Dicen que esos momentos y personas pueden ser capaces de despejar cada tormento, cada mal día y ca...