El dolor de cabeza se intensifica con cada movimiento que doy, y maldigo a todo el mundo, en especial al alcohol.
-No voy a volver a tomar en mi vida, -me levanto con lentitud pero eso parece empeorar mi dolor.
-Pareces un zombie, -miro a Eva y esta niega.
-Dame... Comida... -dramatizo y ella se ríe.
-Mejor una pastilla para el dolor de cabeza, -me tiende una y yo la tomo.
-En ese pequeño instante que llamamos felicidad. -Me rió pero me duele más la cabeza.
-Creo que no lo decía así, -frunce su ceño y yo hago una mueca.
-No importa, -me voy al baño, me miro al espejo y estoy horrible. -Que horror.
Salgo del baño una vez que termine de bañarme, y voy en busca de la torta que esta en el horno, la pongo arriba de la isleta, y la abro.
-¿¡Eva qué mierda es esto!? -le grito y me rió. -No puede ser. -Me tiento al ver la torta.
-¿Te gusto verdad? -me mira y se ríe.
-Sí, ¿querés que muerda la punta? -miro la torta con forma de pene y me rió.
-Oh sí, déjame sacarte una foto. -Va en busca de su celular y me saca la foto justo mordiendo la punta y me empuja la cara contra la torta.
-Que rico, -digo limpiándome la cara. -Sabe a semen. -Nos reímos, -eres una amiga considerada, te amo. -Le paso mi mano con crema en la cara.
-Yo a ti. -Se limpia la cara. -¿Querés salir? Pedí el día.
-Está bien, ¿adónde quieres ir?
-No lo sé, vamos a un lugar tranquilo.
-¿Una reserva natural?
-Si, vayamos a una reserva natural.
-Me lavo la cara y nos vamos.
-Tienes que almorzar, -abre la heladera y me tiende un taper con milanesas.
-Perfecto, para el camino. -Me voy al baño y lavo la cara. -¿Sabes dónde está Hércules?
-Está comiendo.
-Con razón el silencio.
~~~
En todo el camino fuimos cantando o mas bien gritando cada canción que pasaban en la radio, mientras Hércules nos ladraba del asiento de atrás. Hicimos algunas paradas pero al fin, llevamos a la reserva potrero de Loyola, un lugar hermoso donde puedes relajarte y disfrutar de la naturaleza y el aire puro.
Todo es tan tranquilo, (aunque el único inquieto es Hércules que no deja de correr, de un lado a otro)
-Sabes Ann, me gustaría vivir en un lugar tranquilo y no tan movido como la ciudad.
-Si, estaría bueno un poco de tranquilidad para nuestra vida.
-Estuve pensando, y quiero mudarme a un lugar tranquilo. Obviamente lo tengo pensado desde hace un buen tiempo.
-¿Quieres? ¿Tú sola?
-No Ann, es obvio que vienes conmigo tengo que cuidarte.
-Eva... No tienes que cuidarme, estoy bien. No puedes estar pendiente de todo lo que hago.
-Es que te comportas como una pendeja, y no como una mujer adulta que eres.
-Lo sé, pero estamos a punto de terminar el año, y prometo no volver a comportarme como pendeja.
ESTÁS LEYENDO
Segunda Oportunidad
Teen FictionEn ese momento es cuando pensamos y decidimos "tirar la toalla", "plantar bandera blanca" o como quiera llamarse al acto de creer que perdimos la batalla y todo ha terminado.Sin embargo, darnos una segunda oportunidad vale la pena,en todos los casos...