Capítulo 3

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-Ann despierta, Eva te esta llamando. -Siento que dan pequeños golpes en el hombro, y me doy vuelta. -Vamos Ann son las tres de la tarde, es tiempo que te levantes. 

-Sh me duele la cabeza y déjame dormir. -Me tapo hasta la cabeza, y escuchó una risa burlona. 

-Tomaste más de una botella de ron, ¿siquiera recuerdas algo de anoche? 

-¡Cállate estúpido! -Saco las sabanas de mi cuerpo y lo miro mal. -¿Esteban? 

Empieza a mirar toda la habitación y no es la mía, yo tengo un vestidor no un placard negro, en el piso no hay nada y en mi habitación hay ropa y zapatos tirados, esto es demasiado orden para que sea mi habitación. Miro hacia abajo y no tengo nada. 

-¡Ay no puede ser! ¿te desvirgue? -me tapo con las sábanas lo más rápido que puedo. 

-No soy virgen Ann, y no, no tuvimos relaciones. Sabes que no me aprovecharía así de una mujer estando borracha. 

-Hay que bueno. Y si eres virgen, ¿hace cuánto que no tienes sexo? 

-Y eso que importa. 

-Si importa. ¿Cuánto llevas sin tener sexo? ¿Uno o dos años, quizás tres? 

-Si te digo, ¿vas a dejar de molestarme?

-Si.

-Ayer. 

-Dijiste que no tuvimos sexo. 

-Estoy conociendo a una chica. 

-Vaya forma de conocerla, la conociste a profundidad. -Me rió pero empezó a dolerme la cabeza. -¿Tenés pastillas para el dolor de cabeza? 

-Eso te pasa por burlarte de mi. Ahí tienes tu vestido, cuando salgas camina hacia la derecha que ahí es la cocina. 

-Gracias, te aprecio hippie. 

-No soy hippie Ann y de nada vieja. 

-Vete a la mierda, que hayas tenido sexo ayer, no significa que seas joven, estás viejo y horrible. -Me levanta el dedo mayor y sale de la habitación. -Estúpido. 

Me levanto de la cama con cuidado, pero tengo un pequeño mareo. Estúpido alcohol que esta buenísimo, juro beber más seguido para acostumbrarme a el. 

Me levanto y camino hacia mi vestido, que está ¿roto? ¿Por qué está roto? ¿Qué hice anoche? La última vez que pasó esto... No, no tengo que recordar aquello. No siento ninguna incomodidad o algún dolor en mi vagina, además Esteban siempre me dirá la verdad. Lo único que puedo ponerme es la parte inferior del vestido, porque la parte de arriba está rota en el busto, supongo que no le va a molestar que me ponga una de sus remeras o camisa, aunque espero que tenga una camisa blanca. Abro el placard y toda su ropa está en perfecto orden, que horror. Sin duda este chico es demasiado ordenado, lo cual es bueno porque no tardó en encontrar una camisa aunque no es del todo blanca, pero no tengo ganas de seguir buscando así que solo me la pongo, mis zapatos rojos están rotos al menos uno de ellos, se me rompió el tacón. ¿Qué mierda hice anoche para romper el vestido y los zapatos? 

Salgo y me encuentro con un pequeño pasillo. 

-¿Esteban qué hice anoche para romper mi vestido y zapato? -Él me tiende un café y se ríe de mí. 

-Muchas cosas Ann ¿por dónde quieres que empiece? 

-¿Son muy vergonzosas? -le doy un sorbo al café y me quemo la lengua. 

-Un poco, siéntate y te cuento. -Eso hago y lo miro. -Te vi cuando entre al bar, estaba tomando ron puro y demasiado rápido e incluso llorabas ¿por qué? 

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