8. 🌡

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En la medida de lo posible, distraeré mi cabeza con esta salida a comer un sándwich pero si soy honesta, no creo poder lograrlo.

Mientras caminamos hacia ese restaurante que nos había dicho Jonas la otra vez, me doy cuenta que durante este tiempo que creía muerto a Mateo he recorrido esta misma calle, he visto las mismas esquinas, los mismos semáforos y aun así nunca me di cuenta de que él estaba frente a mí, nunca alcé mi rostro más allá de todo el dolor que sentía.

"Lo creías muerto..."

De haber sabido que él estaba vivo, quizá si hubiera buscado más a fondo la verdad sobre ese día, quizá en este momento estaría con él y no tendría que estarlo buscando en las esquinas de esta ciudad.

-Es aquí...-la voz de Jonas me trae de regreso a la tierra.
-Bueno...-el lugar necesita unas cuantas remodelaciones.-diría que es bastante pintoresco para ser un restaurante de sándwiches...-me mira con los ojos entrecerrados y una mini sonrisa en sus labios.
-No hace falta burlarse del lugar, debes admitir que los colores son geniales y el ambiente es calmado.
-Sí, si vives en un lugar de mala muerte...-hasta Ana esta asombrosa de este lugar.-la otra vez que nos invitaste hablabas de este lugar como si fuera la última maravilla del mundo y vaya sorpresa nos hemos llevado.
-Ustedes son bastante pesimistas y con muy mala vibra.
-¿Mala vibra? Lo único que tiene mala vibra aquí es este lugar...-señala el local con una mano y con una cara de odio.-realmente estás loco si crees que vamos a entrar a este lugar con....¡UNA RATA!...-se coloca detrás mío mientras chilla como la rata que acaba de cruzar por la alcantarilla.
-Eres una exagerada, Ana, esa no era una rata, era un gato...-el primer día pensamos que Ana era una chica tímida y un tanto callada pero nos hemos dado cuenta, conforme la hemos ido conociendo, qué es sumamente divertida, es muy amable y sí, tiene su lado callado pero es más que todo cuando está en clases y solo para poder prestar atención a todo lo que el profesor explica.
-Me largo de aquí...-envuelvo mi mano en su antebrazo y la traigo hacia mí para susurrarle al oído.
-¿Me planeas dejar aquí sola con una rata y un restaurante de mala muerte?...-intento sonar enojada pero no aguanto la risa.
-¿Qué clase de amiga eres tú que me obliga a quedarme en un nido de ratas?...-pregunta con fingida indignación.
-Oigan...-dice Jonas a nuestra espalda.-si para ustedes eso susurrar, créanme que no lo están haciendo, las escucha media manzana y ya paren el maldito drama y entren...-prácticamente nos empuja hacia el interior del restaurante de mala muerte que, de hecho, no es tan de mala muerte en el interior.

Creo que hasta para Ana es una sorpresa que este lugar sea más lindo por dentro que por fuera.

Oficialmente hemos encontrado un lugar al que hemos juzgado por fuera, es como si hubiéramos encontrado en libro al que hemos juzgado por su portada.

Nos acercamos a la mesa del fondo, la que se encuentra junto a la ventana y tomamos asiento mientras aguardamos a que una de las chicas que atienden aquí venga con los menús.

Después de unos instantes aquí sentados, me doy cuenta de que hasta el olor aquí dentro es fantástico y la comida se ve tan deliciosa cuando pasan junto a nosotros, que deseo robarme los platos.

-Bienvenidos jóvenes...-una mujer de unos treinta y cinco o cuarenta años, con cabello castaño y una sonrisa dulce, viene con una libreta en sus manos para atendernos.-¿que desean ordenar?
-Yo lo de siempre, mamá...-Ana y yo intercambiamos miradas y luego posamos nuestros ojos en él.-les dije que este lugar era fantástico.
-Pediré lo mismo que él...-le digo con una sonrisa.
-Yo igual...-dice Ana con la vergüenza saliéndole de los poros.
-Enseguida...-el parecido de Jonas con su madre es increíble.
-Es tu madre...-le digo una vez que ella se ha retirado.-se parecen muchísimo...-creo que en lo que más se parecen es en los ojos y en la forma de la nariz.
-Pensé que si debía pedir disculpas, debía ser en un lugar en el que haya comodidad y un ambiente familiar.
-Acertaste en ese lado pero eso no significa que te voy a perdonar todavía.
-Lo sé y créeme que lo entiendo perfectamente.
-Quizá te perdone cuando salgamos en una pieza de aquí y sin una rata en el pantalón.
-Sabía que era una rata...-dice Ana con tanta emoción que nos hace reír.
-Con todo respeto...-clavo mi mirada en él.-creo que tienes una sonrisa muy linda...-lo dijo tan bajo que casi creo que fue en mi imaginación pero al verlo desviar la mirada, me doy cuenta que sí lo dijo.
-¿Es así como conquistan a las chicas ahora?...-le digo por lo bajo para que Ana no me escuche.
-Es mi método personal.
-Si sabes que acabas de admitir que estás tratando de conquistarme, ¿cierto?
-Bueno, debo ser honesto con la gente a mi alrededor o mi deseo de ser escritor se irá a la mierda por no poder abrirme.
-Tiene sentido lo que dices...-me regala una sonrisa dulce y enfoca su mirada en el exterior.
-Violeta...-dice pero el ruido de un disparo nos hace agachar la cabeza rápidamente hasta pegarla contra la mesa.

Este sonido me recuerda a cuando le dispararon a él en la cabeza y yo no pude hacer nada por defenderlo.

Las personas que se encuentran aquí están asustadas y reprimen el impulso de salir corriendo hacia el exterior por miedo a que les pase algo.

Me tardó unos segundos en darme cuenta de que el disparo ni siquiera sonó aquí adentro, fue afuera del lugar.

Alzó lentamente la cabeza y ojeo por la ventana que está junto a mí, pero lo que tengo enfrente, me deja helada rápidamente.

"¡Dios mío!"

Es un joven al que le han disparado y está ahí tirado en el suelo del callejón junto al restaurante.

-Llamen a la policía...-ni siquiera necesité que lo dijeran porque ya estaba marcándoles.
-Quietos...-mis dedos sueltan el teléfono y este cae al suelo con brusquedad.-no quiero lastimar a nadie pero si alguien se mueve, no planeo dudar en dispararle...-todos estamos agachados y con el alma prendiendo de un hilo mientas los dos hombres avanzan hacia la cajera.
-Que maravillo lugar al que decidiste traernos pedazo de cabrón...-le dice Ana a Jonas con mucha rabia y terror en su voz.

"Violeta..."

La voz de Mateo de mi cabeza me saca de órbita por unos segundos pero vuelvo a la realidad rápidamente.

-Debemos llamar a la policía o el joven...-cuando giro mi rostro hacia el callejón, el joven ya no está ahí tirado.
-¿Qué fue lo que dije sobre hacer silencio maldita mocosa?...-me agarra del cuello de la blusa y me atrae con una fuerza endemoniada para quedar más cerca de su rostro.-¿acaso no temes morir? ¿O es que eres muy estúpida?...-su aliento apestoso a alcohol choca contra mi rostro.
-Por favor...-sus ojos escupen fuego.-por favor...-una sonrisa horrible se dibuja en sus labios y trae el recuerdo de ese hombre al que alguna vez temí.

"Sebastián..."

El recuerdo de ese hombre y de todo lo que le hizo a Mateo sigue intacto en mi mente.

Otro disparo suena y el hombre que me sostiene me suelta con brusquedad para salir huyendo con su compañero.

-Es la policía...-dicen todos en eco.
-Gracias al cielo...-dice Ana en un susurro ahogado.-creí que ibas a morir, ¿estás bien? ¿Te hirió en algún lado?...-su mirada preocupada me da cierta calidez.
-Estoy bi...-poso mi mirada en el exterior para ver nuevamente el sitio adonde estaba el joven y mis palabras se cortan de golpe junto con mi respiración.

"Mateo..."

[Completa]-¿SIGUES SIENDO MI FUCKBOY? 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora