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Capítulo 70.

Louis Tomlinson

—Te llamaré mañana —me dijo cuando paré el coche frente a su casa.

—Más te vale hacerlo —amenacé divertido—. Nos vemos en fin de año —ella asintió con la cabeza y se acercó para poder besarnos.

—Te quiero —murmuró al separarnos y coloqué mis manos en su cara, para besarla una última vez.

—Y yo a ti —un pequeño beso más y se bajó del coche. Se despidió de mí con la mano hasta que desaparecí por el final de la calle.

Me dirigí hasta donde Ron y Eli vivían, compartiendo apartamento, para recoger a mi mejor amiga. Por suerte, estaba preparada y no tuve que esperar apenas. Había quedado en recogerla y así, nos iríamos juntos en mi coche hasta Doncaster para pasar algunos días de las vacaciones con nuestras familias. El camino fue largo pero para nada aburrido. En las horas que duró, tuvimos ocasión de ponernos al día y contarnos nuestras cosas, como solíamos hacer siempre. Además, las canciones que salían en la radio ayudaron a entretenernos.

—Me pasaré mañana a felicitarte.

—Y a darme mi regalo.

— ¡Pero si ya te lo dí anoche en la fiesta! —se quejó y me eché a reír.

—Es broma, boba. Dale un beso de mi parte a tu madre y saluda a tu padre.

—Lo haré —nos abrazamos—. Hasta mañana, Boo.

Después de dejarla en su casa, me dirigí hasta la mía. Había sitio muy cerca de la puerta así que, aparqué y cogí la maleta que traía con mis cosas para esos días. Llamé al timbre y mi madre, con una barriga bastante avanzada ya, fue la que me abrió.

— ¡Louis! —exclamó antes de darme un gran abrazo.

— ¿Cómo estás, mamá? ¿Cómo se portan estos dos enanos? —pregunté posando la mano derecha sobre su tripa. Ya quedaban menos de dos meses para que mis dos nuevos hermanos vinieran a este mundo.

—Muy bien. No dan tanta lata como tú y eso que son dos —rió tras besar repetidas veces mi mejilla—. ¿Y Els? ¿No ha podido venir contigo como el año pasado? ¿Se ha ido con su familia?

—Ahora te cuento, mamá.

—No me gusta esa frase —entramos en casa. Las siguientes en venir a saludarme fueron las gemelas Phoebe y Daisy y tras ellas, apareció Fizzy. Las recibí a todas con un gran abrazo y fui a dejar mis cosas en mi habitación antes de que empezara con más preguntas.

—Así que...es cierto lo que dicen por ahí, eh —reconocí al instante la voz de la mayor de mis hermanas.

— ¿El qué? —pregunté aún sabiendo por dónde iba el tema.

—Que has dejado a Eleanor —afirmó cruzada de brazos, seria. Resoplé.

— ¿No puedes saludarme en condiciones antes del interrogatorio?

Ambos nos abrazamos y, aún manteniendo el abrazo, bajamos al salón donde mi madre y las chicas estaban terminando de poner la mesa.

—Ahora ya. Cuéntanos qué ha pasado. ¿Por qué te ha dejado Eleanor? —habló Lotte en cuanto la cena estuvo en nuestros platos. La miré divertido.

— ¿Qué te hace pensar que fue ella la que tomó la decisión? —se encogió de hombros.

—Porque supongo que no hay quien te aguante —dijo antes de sacarme la lengua.

— ¡Mamá! —me quejé. Ella solo rió. Me aclaré la garganta exageradamente antes de seguir hablando— El caso es que fui yo. Y antes de que lo preguntéis, sí —admití—. Hay otra chica.