Epílogo.
«— ¿Puedes explicarme qué es esto, Louis? —pregunté, notando cómo las lágrimas que había estado intentando reprimir durante todo el día empezaban a acumularse en mis ojos, amenazando con salir en cualquier momento.
—Pequeña, yo...
— ¡Ni se te ocurra llamarme así! —grité y él se quedó callado, mirádome— No piensas decir nada, ¿no? —mordí mi labio inferior, intentando no llorar. Sabía que si dejaba caer una sola lágrima, nada ni nadie podría pararme.
—Amanda yo... De verdad que no es lo que parece —dijo. Muy típico, Louis.
— ¿Ah no? ¿Entonces qué es? —pregunte sarcástica. Tenía que sacar fuerzas de donde fuera para enfrentarme a él y no dejar que viera lo destruida que me encontraba en aquel momento—Porque yo lo veo clarísimo.
—Déjame que te lo explique. Tienes que creerme.
—No hay nada que explicar, Louis —tomé aire—. Una imagen vale más que mil palabras.
— ¿Incluso si esas palabras vienen de la persona que quieres? –dijo mirándome a los ojos. Desvié la mirada— Después de todo lo que hemos pasado, Amy, tienes que —le corté. No quería que siguiera por ahí.
—Por eso mismo, Louis. No me puedo creer que me hayas hecho esto —ambos nos quedamos callados y me armé de valor para volver a hablar—. Vete de aquí. No quiero volver a saber nada de ti.
—Amanda, por favor.
—No, Louis. Ya me has oído —él seguía sin moverse—. ¡Lárgate! —grité.
—Está visto que sigues siendo la misma niña de siempre —murmuró, pero pude escucharle perfectamente.
—Estás muy equivocado. No queda nada de aquella niña que conociste —me defendí. Él se echó a reír.
—Si ya no fueras una niña podríamos hablar esto como dos personas adultas.
—No tengo nada más que hablar contigo.
—Gracias por confiar en mí. Muchas gracias, Amanda —y dicho esto, salió del apartamento que compartía con mi hermano dando un gran portazo.
Ahí fue cuando no pude soportarlo más y terminé derrumbándome. Grité de rabia como nunca lo había hecho, tiré un par de marcos de fotos que había sobre la mesa del salón y, finalmente, acabé sentada en el suelo, apoyada contra la pared, llorando sin ningún control, lamentando haberme enamorado de aquella manera del chico de ojos azules.»
Welcome to drama time, girls! (justo como está hoy el fandom jajajaja)
¡No me matéis, no me matéis! Dejad que me explique. Sé que es una mierda de epílogo, además de por lo que pasa, porque es enano pero ¡ya os lo advertí y tiene su explicación!Lo primero de todo, decir que he puesto las comillas y está escrito en cursiva porque Amy se lo está contando a alguien, ¿vale? Segundo, es así de corto porque es a la vez epílogo de Our Little Secret y una parte del prólogo de Never Been Better (explico esto: el prólogo que subiré la semana que viene, empezará exactamente así pero seguid leyendo porque sabréis a quién se lo cuenta, y bueno un par de cosillas más que no os quiero contar ahora). ¿El por qué de este epílogo? Fácil. Os tenía que enganchar para que sigáis leyendo la segunda parte. Evidentemente, esto que habéis leido no sucede justo después del capítulo 70, ha pasado algún tiempo, ¿cuánto? ¡Ya lo sabréis, impacientes! Cuando suba el prólogo, ya os contaré un poquito más de cómo va a ser esa secuela de Our Little Secret que ya tiene hasta trailer y todo.
Me pondría en plan despedida pero mejor me lo voy a saltar porque la semana que viene os subiré el comienzo de la segunda parte así que...¡espero veros a todas por allí, eh! Quiero, eso sí, daros las gracias por estar aquí conmigo, acompañándome en otra de mis historias, votando, comentando y amenazándome. Os quiero un montón y creo que nunca podré llegar a agradeceros todas esas palabras tan bonitas que me decís en cada capítulo. Así que...Mil gracias, de verdad. Os veo el viernes -si puedo- en la segunda parte. Recordad: NEVER BEEN BETTER. Y a las lectoras de Without Limits, os veo el martes.
Love,
Sarai.
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Our Little Secret #BEAwards2016 #GBAwards2016
Fanfiction"De momento, quedará entre nosotros, será nuestro pequeño secreto." #76 FanFic en 2015.