Capítulo XXXI

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El mar ya se encontraba frente a sus ojos y las finas arenas de la playa aún tenían encayado el Mer Wolf. Ya todos venían de vuelta y junto a ellos un grupo reducido de sílfides. Habían venido volando en hojas, pero esta vez fueron ellas quienes las hicieron volar y no Diamond, porque no tenía fuerzas para más que ponerse en pie y caminar.

—Bien, creo que hasta aquí nuestro viaje— dijo ella suspirando de cansancio mientras bajaba de la hoja junto a los demás.

La sílfide que hablaba su idioma se le acercó y le entregó un paquete envuelto en hojas de colores brillantes— Aún no lo abras, dentro de una luna estará lista— le explicó y ella asintió.

—¿Creen que estarán bien?— preguntó Allaric.

—Supongo— respondió la sífide encogiéndose de hombros.

—Ya debemos irnos, el tiempo es oro— dijo Diamond y dio la vuelta para irse pero la voz de la sílfide la detuvo.

—Espera— le escuchó decir y luego la vio acercarse a ella—. Esto es un regalo por habernos salvado— la chica les entregó una especie de cilindro dorado a cada uno, con tres piezas, una en el centro con grabados idénticos a los de la madera de su árbol y dos a los laterales que parecían cápsulas que encerraban agua del lago de fuego. A través de ella se podía ver el movimiento del fuego dentro del agua, algo fuera de lo común y completamente extraordinario.

—¿Qué es esto?— preguntó Killian mirando el objeto como si fuera una cosa extraña.

—Son armas— respondió la sílfide y todos miraron aún más extrañados a los pequeños cilindros que parecían más que inofensivos.

—Ehmmm, no creo que podamos hacer mucho con esto— comentó Diamond apenada y la sílfide sonrió.

—Eso depende de cuánta imaginación tengan— dijo ella sacó un cilindro parecido al que les entregó de entre sus ropas, pero más sencillo—. Fêu— pronunció y de inmediato aquel pequeño cilindro se transformó en un par de dagas afiliadas y con adornos del mismo material del que estaba hecho.

—¡Ooooh, yo también quiero!— exclamó Joker como si fuese un niño con juguete nuevo—¿Cómo era que se decía?— preguntó y la sílfide sonrió.

—Fuego, en cualquier idioma que quieras— dijo y a Joker le brillaron los ojos de la felicidad mientras extendía el brazo hacia adelante con el cilindro envuelto en su mano.

—Fuego— dijo emocionado y en segundos el pequeño cilindro se dividió en dos, enrredándose entre sus dedos y terminando por construir una especie de garras doradas con el medio compuesto por el agua de fuego— ¡Oh, esto es más emocionante que verlo! ¡Me encanta!— aquello casi fue un chillido y de inmediato se puso a dar zarpazos al aire como practicando para desgarrar a algo.

—Infantil— le dijo Killian y Joker paró su mini entrenamiento para mirarle mal.

—Lo que tienes es envidia— le sacó la lengua y Killian sonrió de lado.

—Fogo— dijo extendiendo su mano hacia el frente y el pequeño cilindro comenzó a extenderse hasta que creó un arco dorado gigante, con una piedra en el medio que contenía el agua de fuego. La cuerda parecía hecha de oro y a su espalda aparecieró un estuche lleno de flechas doradas que en sus puntas contenían pequeñas piedras con agua de fuego igual.

—Tan predecible— se burló Joker y Killian solo le hizo una mueca mientras probaba su nuevo arco dorado.

—Bien, creo que sigo yo— anunció Ken— 火事 — dijo y su cilindro comenzó a alargarse hasta formar una Odachi. Un tipo espada de hoja fina y ligeramente curvada, de unos ciento cuarenta y cinco centímetros de largo. La hoja eran plateada y su mango tenía unas ramificaciones que cubrían casi toda la mano de Anagashi. La empuñadura era la parte en la que se encontraba el agua de fuego.

Love You in Black & Blue (Dark Angel IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora