Capítulo LI

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El Conde estaba paralizado, eso no se lo esperaba, no creyó siquiera que fuese posible tal cosa. Estaba perdido, si era quien creía que era, estaba completamente perdido, no importa cuánta magia usara, jamás podría vencerla. Y él no era el único conmocionado, Allaric que estaba observando todo se quedó perplejo al ver la figura que se dibujaba detrás del Conde, sin duda alguna iba a ser su final.

-¿Qué pasa, querido? ¿Te da miedo voltearte?- esa fue Diamond con una sonrisa macabra pintada en su rostro al ver el miedo apoderarse del Conde como una horrible enfermedad.

Él se giró lentamente, rogando que no fuera cierto ¿Cómo le había hecho? ¿Cómo había podido llamarla... A ella?

-Ángel...- se le escapó con temblor, como quien teme que si menciona su nombre se hará realidad su peor pesadilla, y la sonrisa de la chica detrás de él le espantó a lo sumo, era ella, sin dudas era ella.

-¿Me extrañabas? Porque yo sí, y tú y yo tenemos una cuenta pendiente.

-Hasta nunca, Kohem- le dijo Diamond a sus espaldas y este solo vio como la otra chica destruía el colgante con el que tanto se había defendido con un solo moviento.

Ella ni siquiera estaba volando, sus alas estaba ahí pero debajo de sus pies descalzos se hacía una plataforma casi invisible por la que caminaba acercándose a él. Trató de luchar, hizo un deplorable intento de acabar con ella pero esta le detuvo con solo poner un dedo delante. Le alzó en el aire asfixiándole sin siquiera tocarle y comenzó a bajar al centro del salón junto a Diamond.

Tocaron suelo, y la chica lo único que hizo fue extender su otra mano creando una especie de campo alrededor de ambas que expandió por todo el lugar haciendo nada a los caballeros oscuros que aún seguían saliendo y tratando de atacarlas. Luego miró al Conde que aún se retorcía por su agarre mágico.

-Sería un placer para mí matarlo, pero te lo dejo- dijo la chica a Diamond y ella asintió. Entonces le dejó libre y este cayó al suelo arrodillado.

-Esto es por Sussan- dijo Diamond y le enterró su lanza en el estómago-, esto es por Elizabeth- la sacó y volvió a enterrarla y el Conde notó que sus heridas no se sanaban-. Esto es por Ken- volvió a enterrársela pero esta vez en el corazón-. Y esto... Es por siquiera haber pensado en matar a Allaric- y en un solo corte de su guadaña le voló la cabeza.

Al fin se había acabado

Una lágrima se resbaló por su rostro mientras respiraba de alivio y entonces retiró la reja que tenía a Allaric y a las chicas del otro lado. Sussan corrió sin pensarlo hasta el cuerpo de Ken, no importaba si estaba muerto, no podía aceptarlo, no otra vez. La otra chica que acompañaba a Diamond se acercó a ellos y se puso a la altura de Sussan quien observaba sus alas blancas algo sorprendida de que una irin estuviese ahí, aunque creía saber quien era.

-Gashashi- dijo la chica acariciando el rostro de Ken con una sonrisa nostálgica-, no la hagas sufrir más y despierta, aún no te toca partir de este mundo- terminó de decir y le dejó un beso en la frente.

La piel de él comenzó a brillar y Sussan notó como la herida de su pecho comenzaba a cerrarse hasta que no quedó nada de ella, como si jamás hubiese existido.

-Ken, despierta, por favor- le suplicó acariciando su rostro y los ojos de él comenzaron a abrirse poco a poco, analizando su alrededor y deteniéndolos a su lado al ver la figura de quien le había revivido.

-Ard...

-Sshh- ella le hizo una seña de silencio poniendo un dedo sobre sus labios y sonrió-. Me alegra verte otra vez, Gashashi.

-¿Cómo es posible?

-En la brecha entre los mundos todo es posible- le dijo guiñándole un ojo y se levantó.

Love You in Black & Blue (Dark Angel IV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora