Capítulo 19||

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Anderson List

Disfruto de la relajante vista que ofrece lo alto del balcón, mientras recargo mis manos contra los barrotes, a la espera del fuerte trago de whisky que le he pedido a mi domestica.

Tomo mi celular del bolsillo impaciente, y observo la pantalla a la espera de encontrar la llamada que necesito, pero todavía no hay nada. Respiro profundo tratando de tomar todo con calma, necesito que mis contactos se muevan rápido y como no me den respuestas solidas, me los cargo a todos, hace días que no siento el exquisito olor de la sangre, lo cual me pone inquieto y el que las cosas no salgan como quiero, me trae peor.

He cargado durante años con todo el peso que conlleva la familia List, así como he cargado con la sangre de algunos malditos que no merecían ni si quiera nacer con los genes y el apellido List. Ary se ha apoyado más en la absurda moda, le gusta recibir atención por ello decidió seguir los caminos de su madre, pero eso no quita que sea una List digna del apellido, ya que le encanta el olor a sangre tanto como a mí. Su madre tiene cierta obsesión con la moda, con el modelaje, le importa más que cualquier cosa en su vida, incluyendo a sus hijos, es una mujer poderosa, independiente, sin absolutamente nada de sensibilidad, ni siquiera la ha tenido con sus hijos nunca, a pesar de su favoritismo con Ary. La distancia que ha mantenido entre ambos en vez de enojarme, me ha facilitado las cosas, las jugadas, los movimientos, con ella cerca los hacia de todas formas, pero en ciertas ocasiones no paraba de molestar y fue mucho lo que tuve que contenerme para no terminar estrangulándola con mis propias manos.

En cuanto a Aron, desde pequeño ha forjado su carácter, la distancia que ha tomado su madre le ha afectado en gran manera aunque fuera lo último que admitiría, lo se, no necesito escucharlo decirlo, lo conozco como la palma de mi mano, y se cada cosa que pasa con el, así como se de lo de que es capaz. Ary desde pequeña siempre ha sabido lo que le gusta, lo que quiere y su camino a seguir, y no le he dado vueltas, así como no me ha importado, ya que mi legado y el poder que he forjado no lo pienso dejar en manos de ella. 

El potencial siempre lo he visto en Aron, tiene cierta indecisión, no se le da seguir ordenes ni reglas, lo cual me ha costado, lo cual me tiene al punto de las canas, pero eso no quita la sangre criminal que fluye en sus venas, sangre que posee todo List, aunque no todos la han sabido desarrollar, no todos gozan del mismo privilegio, de la misma sensación, del mismo instintito, Aron tiene cierta decadencia en ese aspecto, lo cual me he visto obligado en pulir, por ello toda mi atención esta siempre en el, sabe que es mi legado y que tiene que esforzarse, pero todo eso se lo ha pasado por las bolas.

Para poder moverlo a mi favor tengo que presionarlo, amenazarlo, coaccionarlo, lo que cada vez se me hace mas difícil, ya que no tengo los puntos exactos donde conminarlo, pero mis alcances siempre son indescifrables, interminables y por ello siempre encuentro nuevos objetivos, objetivos que pueden llegar a ser mas contundentes. 

El que ese pequeño fuese hijo de Aron me facilitaría tantas cosas, pero según Aron, según los análisis que me mostró Lean no es así, lo cual no creo del todo, lo cual estoy investigando por mis propios medios, y para ello necesito acercarme a ellos, a su familia, y como no me den información precisa, tendré que proceder a tomar cartas en el asunto.

El toque de la puerta con la suave voz de la domestica llega a mis oídos.

—Adelante. —Emito y entra con una pequeña bandeja, la botella de whisky y un vaso con hielo sobre esta. Me sirve y deja el whisky sobre mis manos, para luego dejar lo demás sobre la pequeña mesa frente a mí.

Me siento en el sillón con la mirada fija en ella, mantiene sus ojos en el piso, a la espera de una orden para que se retire, pero tal orden no llega, ya que le indico con mi mano libre que se acerque.

Dulce, cruel y amargo destino || Libro 2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora