Capitulo 35||

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Emma Jackson

La caricia suave y fría que siento en mi rostro, me lleva a despertar, estrujando mis ojos, no sé cuánto domí esta vez, pero el que Aron esté frente a mí, con su mano posada en mi rostro, me hace inclinarme provocando que este aleje su mano. No trae polera, su pelo está húmedo , y tan solo una toalla está envuelta en su cadera, el que el agua continúe destilando me deja claro que recién se ha duchado, cosa que igual debo hacer yo, ya que llevamos horas de vuelo y al parecer no hemos aterrizado. Termino de despabilar y hacer las conexiones necesarias con mi cerebro, posando mi vista finalmente en sus ojos.

—¿Dónde está Ewan ? —Pregunto, y se coloca de pie, tomando una toalla para secar su pelo, totalmente negro azabache.

—Está afuera viendo la tv. —Contesta, abriendo el armario que trae lo que parecen ser sus ropas, y me pregunto cómo carajos fui a caer en su recamara.

—Lo dejaste solo. —Me molesto, colocándome de pie de inmediato, se que se ha pasado el día cuidando de él, pero si ya está cansado solo debió despertarme y avisarme antes. No es que Ewan no se pueda quedar solo, pero estamos en una avioneta en pleno vuelo, y puede ser peligroso que lo esté.

—No, esta con Baxter. —Responde, y lo miro mal, saliendo de la habitación sin molestarme en contestarle. Es obvio que le importa una mierda lo que pase con nosotros.

Tomo el pasillo, yendo directo al lobby de donde capto el sonido de la tv, me acerco apresurada, y el que esté el señor mayordomo dándole de comer fruta, parado junto a él, me hace detener el paso, en la tv está la caricatura de los Looney tunes, Ewan está centrado en la pantalla, y el mayordomo le coloca una fruta en la boca, pero él niega y la toma en sus manos, dándole la uva a Baxter, quien permanece en sus piernas.

—¿Se le antoja algo más pequeño List ? ¿No le gustan las uvas ? —Inquiere y Ewan vuelve a negar, sin contestar, lo cual no me agrada, siento que todo mi esfuerzo hasta ahora se está desmoronando, esta tomando muy rápido actitudes de Aron, se que lleva su sangre, pero es algo que inevitablemente me preocupa.

—Hola, señor Firs. —Decido pasar, queriendo pasar el rato con mi bebé. —Gracias por cuidar de Ewan, puede descansar. —Le digo y asiente con una sonrisa, retirándose. —Hola mi amor. —Saludo al pequeño de cabellos ondulado, quien posa sus ojitos sobre mí de inmediato.

—Hola mami. —Contesta haciéndose a un lado, para que me siente, y lo hago, posando mis manos sobre sus cachetes, besando su frente. No refuta, lo cual me sorprende.

—¿Dónde está papá? —Inquiere, y vuelvo a sentir preocupación por el rápido apego que tiene sobre Aron.

—Está tomando una ducha. —Le digo y responde con un ok, para luego recostar su cabeza sobre mis piernas, volviendo a centrarse en la tv.

Acaricio su pelo, viendo las caricaturas junto a él, el tiempo transcurre, Aron no vuelve a aparecer, y Ewan no tarda en quedarse dormido sobre mis piernas. Apago la pantalla, y tomo a Ewan en mis brazos, llevándolo a la habitación siguiente de Aron, con Baxter tras mis pasos, lo coloco sobre la cama, y arropo con la manta, luego de regular  la temperatura, tomo a Baxter y lo dejo a su lado, ya que empieza a gruñir desperado por subir, vuelvo a dejar un beso sobre su frente, tocando su mejilla, lo amo tanto, y siento tanto miedo de que algo pueda pasarle, el padre de Aron, sus alrededores, y los temores del pasado, aceleran mi corazón a cada nada, hundiéndome en un mal de preocupación.

Se que Aron va a protegerle, pero puede fallar, estar lejos, con su novia, olvidándose de que existimos, y simple hecho de pensar en aquello, me hace añicos el corazón.

Salgo de la habitación, yendo a la recámara de Aron, donde dejé mis cosas, la puerta esta cerrada, toco dos veces, esperando que este me abra, pero no lo hace al cuarto toque, obligándome a entrar, no tengo tanta paciencia como para esperar a que termine de hablar con su novia y decida abrir. El pomo cede en cuanto lo intento, y me adentro en recámara, encontrando a Aron sobre la cama con los ojos cerrados, envuelto en sudor, y el que la temperatura esté fría, me preocupa, me acerco hacia él de inmediato, tocando su frente, y esta hirviendo en fiebre, salgo de la habitación despavorida, yendo directo al área de cocina, dando con el señor Firs, que forma un gesto de sorpresa en su rostro en cuanto me ve llegar de tal forma.

Dulce, cruel y amargo destino || Libro 2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora