Capitulo 34||

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Emma Jackson



—¿A dónde iremos? —Le pregunto a Aron, luego de unos segundos, posándome en su frente.

—Australia. —Responde, y no puedo creer que haya armado un viaje tan lejano, y decirlo así como si nada el mismo día, ni siquiera sabe si Ewan y yo tenemos nuestros papeles al día, de hecho los de Ewan si están, pero los míos debo actualizarlos, por dios.

—No puedo ir allí. —Suelto en una exhalación.

—¿Por qué no ? —Inquiere, dejando su móvil a un lado.

—Debo modificar mis papeles y...

—Olvidalo, no vas a necesitarlos. —Articula, cortándome, llevándome a arquear mi ceja.

—Aron no voy a viajar ilegalmente. —Refuto, y rueda sus ojos.

—No lo harás, iremos en la avioneta de mi padre. —Contesta, y paso las manos por mi rostro tensa.

—Igual es ilegal. —Replico, y se levanta del asiento ofreciéndome un vaso con agua.

—Relájate ¿si ? Estás estresándome. —Espeta, dejando el agua en mi mano. —No te preocupes por cosas absurdas, solo toma tus cosas, y vámonos. —Vuelve a decir, volviendo a tomar su móvil, alejándose.

Regreso a la alcoba para preparar algo de ropa para llevar, se que no debo hacerle caso en estas cosas, pero aún así lo hago, y odio el que confíe en él sabiendo claramente quien es. Empaco lo necesario, si dice que necesitaremos tres días, debo llevar por lo menos lo más útil, organizo todo, reviso, y salgo en cuanto termino y me coloco una ropa algo más cómoda, debo preparar las cosas de Ewan, también.

—¡Mami ya vámonos! —Exclama Ewan en cuanto salgo, tomando mi mano, entusiasmado.

—Espérame unos minutos, amor, debo empacar tus prendas. —Le digo, y...

—Ya está todo listo y empacado, señora. —Nos aborda Keith, con la maleta de Ewan en mano. —Está todo lo necesario, prendas para tres días, calzados, ropa para descansar, salir y relajarse, cepillo de dientes, colonia, crema solar, y medicinas de primeros auxilios. —Detalla, y sonrío, es realmente eficiente.

—Es perfecto, gracias. —Agradezco y asiente, sonriéndome de vuelta.

Tomo mis llaves, sujeto mi maleta y la de Ewan en mano, Keith se despide, y antes de que pueda dar el primer paso, Aron me quita ambas maletas de las manos, saliendo con ellas y Ewan con Baxter en sus brazos, siguiendo sus pasos, dejo todo cerrado, y me apresuro al ascensor tras ellos. Siento algo de emoción por este viaje, lo cual odio, no quiero mal acostumbrarme, porque sé que de él solo se pueden esperar decepciones, y dejando escapar sentimientos solo puedo terminar de dos maneras, más jodida o hecha pedazos, entrelazo mis manos intentando calmar mis nervios y ansiedad.

Aron deja su auto en el estacionamiento, y se sube junto a nosotros con el chofer y guardaespaldas en los asientos de piloto y copiloto. Conducen y me mantengo bajo silencio, mientras Ewan es todo lo contrario se pasa todo el camino contándole cosas a Aron, que ve, y recuerda, y los malos consejos de él, me obligan a intervenir a cada nada, y a acribillarlo con la mirada. No tiene la mas minima idea de lo que es ser padre, lo tengo claro, pero se pasa con su poco filtro a la hora de hablarle al niño.

Llegamos a un tipo de villa, donde árboles verdes y una casa enorme es todo lo que se ve, bajamos en cuanto el chofer se estaciona, y Aron deja que el guardaespaldas junto al chofer tomen las maletas, empezando a caminar a los alrededores poblados de enormes árboles, Ewan y yo hacemos lo mismo, y no tardamos en encontrar una avioneta enorme escondida entre los matorrales.

Dulce, cruel y amargo destino || Libro 2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora