Capítulo 20||

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Emma Jackson

Recojo cada uno de los platos sucios del comedor y los dejo dentro del lavado, para de inmediato ir a la habitación de Ewan, donde ya esta cepillando sus dientes. Lo observo y reparo con una sonrisa en mi rostro, siento que cada día crece un centímetro más, Aron tiene bastante altura, y el que Ewan tenga tal tamaño a su edad es una herencia de él, ya que mi padre y yo no somos muy altos que digamos.

—¿Todo listo? —Inquiero en cuanto termina.

—Si. —Responde con un asentimiento, toma su mochila, y caminamos a la cocina, donde le entrego su pequeña lonchera con su almuerzo, y mira sus pies con nerviosismo antes de llevar sus ojos a mi rostro. —Saldré con Aron después de clases, y no quiero que te preocupes, ni te enojes mami. —Me dice con entusiasmo, y a pesar de la fuerte opresión que invade mi pecho, asiento con una sonrisa, sacándole una a él.

«Es normal que salgan juntos los tres.» Me repito.

El toque de la puerta llega y respiro con tranquilidad, dejando que el chófer de Ewan asome su cabeza.

—Vamos algo retrasados. —Avisa y le doy un último vistazo de pies a cabeza a Ewan asegurándome de que todo este en orden.

—Pórtate bien cariño, y no olvides hacer amigos. —Le digo con una sonrisa, y se queda de pie sin moverse. —Nos vemos más tarde. —Vuelvo a decirle removiendo su cabello.

—Joven Ewan, vamos. —Pide el chófer y Ewan se cruza de brazos molesto.

—¿Estás enojada? —Cuestiona ignorando lo que dice el chófer, y niego poniéndome a su distancia.

—Claro que no, mi amor. —Respondo y hace un puchero con el mismo gesto molesto.

—No me has dado un beso en la frente. —Reclama y sonrío arqueando mi ceja.

—No te gustan, siempre los terminas limpiando de todas formas. —Respondo y termina rodando sus ojos.

—Pero, aún así, tú... —Titubea con berrinche y lleno su rostro de besos, que terminan enojándolo más.

—Te amo mucho, mi amor. —Le digo y su sonrisa se vuelve a ensanchar. —Ya vete, vas tarde. —Le digo.

Se marchan y me quedo en la soledad del apartamento. Ocupo parte de la mañana limpiando las alcobas y reorganizo algunas cosas, termino, me ducho y recojo mi móvil y llaves.  Una vez abajo, observo el coche de mi padre estacionado, me acerco y me adentro en el asiento de copiloto encontrándome con el rostro estresado de Adam.

—Hola. —Saluda dejando un beso en mi mejilla. —Compré algunas cosas para preparar algo de comer para nuestros padres, ¿algo así como una bienvenida?—Me dice y asiento. —Casi es la hora de salida de Ewan, pasamos por él y vamos a casa, ¿Te parece bien?

—Saldrá con Aron. —Y con su novia de seguro. Le digo y su gesto se torna decepcionado. —Le escribiré a su chófer para que lo dejé en casa en cuanto termine. —Le digo y asiente, empezando a conducir.

La casa de papá y Amelia permanece limpia y ordenada, ambos vamos directamente a la cocina en cuanto llegamos, y nos colocamos los delantales, Adam pone algo de música, y en medio de risas y unos que otros pasos de baile de Adam terminamos la comida, dejamos todo en el comedor y me devuelvo por los platos y tenedores, pero Adam interpone su mano en medio antes, deteniéndome el paso.

—Quiero que tengamos una conversación de nosotros. —Me dice y me remuevo incómoda retrocediendo. —Intentemos algo bonito, entre nosotros, ¿sí? —Inquiere, dejando una de sus manos en mi cuello. —No te voy a presionar, Emma, solo quiero que me des la oportunidad. —Vuelve a decir.

Dulce, cruel y amargo destino || Libro 2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora