Emma JacksonSus pisadas continúan moviéndose bajo mis puños y gritos, los invitados aún no dejan de observarnos, cada vez los veo más lejos y cuando creo que va a salir se desvía a un pasillo con varias puertas a los lados, en total son cuatros, tres de ellas tienen una "H" impregnada en el centro, lo cual de seguro significa huésped o bueno eso quiero pensar, sus manos tocan la manilla de la cuarta puerta, la cual no tiene ninguna letra sobre ella, abre dicha puerta y nos adentra en la habitación que resulta ser un baño.
La picazón y el ardor en mi mano son cada vez más fuertes, Aron me deja sobre el extenso y largo lavamanos, mis gritos y pataletas se detienen, pero mi furia permanece intacta. Lo observo, encontrándolo ya observándome a mí, con igual o más furia, su camisa blanca de mangas largas tiene sangre por doquier, parece como si hubiera matado a alguien, cuando es obvio de que yo lo ensucie.
El silencio y las miradas irradiadas de rabia continúan mutuamente por unos segundos, soy la primera en romper dicho contacto incómodo, apoyo mis manos sobre el lavado para bajarme, olvidándome por completo de mi mano lastimada, un pequeño gruñido sale de mis labios involuntariamente, sus ojos van a mi mano de inmediato, suspira con ostia, desabotona su camisa y la saca de cuerpo, haciéndome abrir mis ojos con exageración, ¡Maldita sea! realmente se ha ejercitado.
No joder, es decir...
—¡¿Qué mierdas haces?! —Disparo una vez que recobro mis sentidos. No responde, rompe una de las mangas de su camisa con tan solo una de sus manos, va a un pequeño almario que se encuentra frente al lavado, saca una botella de alcohol y algodón como si fuese su casa.
Se acerca hasta mí, intenta tomar mi mano, pero yo la arrebato antes.
—Te he dicho que no quiero que me toques. —Suelto con calma, conteniendo mi furia y sin gritar. Gira sus ojos en cuanto escucha mis palabras, vuelve hacer caso omiso a lo que le digo, toma mi mano a la fuerza, sujetándola por mi muñeca, ejerce fuerza sobre esta cuando intento arrebatarla, sacándome un gruñido, vierte alcohol sobre esta sin ningún tipo de cuidado, yo vuelvo a gruñir, él continua sin mirarme, pasa alcohol sobre mi palma, eliminando los pequeños rastros de sangre que continúan sobre mi palma, toma la manga de su camisa y la envuelve en mi mano con fuerza deteniendo el sangrado.
Coloca el alcohol sobre el lavamanos y cuando creo que se va a alejar hace todo lo contrario, coloca ambas manos sobre el lavamanos, acorralándome e acelerando más los latidos de mi agitado corazón, su rostro esta a solo centímetros, sus ojos verdes continúan irradiando rabia, sin poder evitarlo paso mis ojos por todo su torso bajo su mirada, su abdomen luce bastante, sumamente duro y los tatuajes en el lo hacen ver increíblemente irresistible, ¡Dios!.
—Escucha, —Su voz ronca y masculina me hace volver a sus ojos, sin ningún tipo de vergüenza o culpa, puedo mirar cuanto quiera, después de todo mis ojos son míos, el torso es de él, pero yo no lo mande a exhibirlo. —No sé de donde mierdas conozcas a Fred, tampoco me interesa, pero aléjate. —Espeta con frialdad.
La confusión abarca todo mi rostro al instante, ¿Esto es en serio? ¿De verdad me ha dicho eso?
—No me voy a alejar de nadie, solo por que tu lo digas, no eres nadie para ordenarme. —Respondo con la misma frialdad, ¿Piensa qué puede venir y ordenarme como antes? en serio que equivocado esta.
—No te estoy ordenando nada. —Responde alejándose y cruzando sus brazos. —Esto no se trata de ningún juego Emma, me da igual a quien te folles o con quien ligues, pero con él no, ¿Entiendes? —Vuelve a soltar con seriedad.
—¿Por qué no? ¿Por qué con él no? —Inquiero ganándome una mirada llena de dagas listas para disparse hacia mí.
—Tú solo has lo que digo, no te olvides de que tienes un hijo, no puedes ir por la vida de puta, metiéndote con todo tipos de hombre sin importarte tu hijo y supuesto esposo. —Escupe su muy común veneno, veneno el cual no me afecta en lo absoluto.
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Dulce, cruel y amargo destino || Libro 2 ©
Teen FictionLa vida de Emma, rodea más de los 180 grados, con una nueva y pequeña aparición. Cuatro años fueron más que suficientes para que miles de cosas cambiarán por completo su destino. Libro #2