Capitulo Dos

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Hace tan solo unos minutos que he llegado a casa y no se muy bien que hacer, con que ocupar mi tiempo ya que hoy me decidí a tomarme el día libre en mi trabajo puesto que tenia que llevar a Fan Xing hasta Luoyang, siendo bastantes horas en un coche subidos los dos. Mis pensamientos ahora mismo van hasta la conclusión de ser una mejor opción mudarme a un lugar más cerca de donde vive con el más que serio Wang Yibo y hacerme cargo de todo desde allí, así como lo es de mi trabajo, ese local que regento desde hace un año, sustituyendo a mi padre por razones de salud y es que enfermó de tal forma que tuve que tomar el mando y desde entonces así es mi vida.

Mi tiempo queda repartido entre el local de café que regento y cuidar de Fan Xing, así como también estar pendiente de que esté bien inclusive cuando no vive bajo mi mismo techo porque corrió con la mala suerte de quedar huérfano, no teniendo a nadie más que le cuide. Esa fue la mejor decisión que tomé en mi vida, cuidarle aunque no sea todo el tiempo, compartiendo responsabilidades con alguien a quien ni amigo puedo considerar, sintiendo en más de una ocasión desde que le conocí que no le caigo completamente bien.

Incluso Yubin en más de una ocasión me lo ha hecho ver, no solo por ser mi mejor amigo, también porque se preocupa por mi tanto como yo por él, conociéndonos desde niños como para llegar a ser un apoyo demasiado grande el uno para el otro.

Mirando la hora en mi móvil, viendo que ya casi son las dos de la madrugada, pienso en lo ridículo que es decidir en que ocupar mi tiempo si debería estar durmiendo, aún no sintiéndome cansado porque no lo estoy tanto como creí que lo estaría por el largo viaje en coche, no habiendo tomado un vuelo por no haber ninguno en estos días.

Entrando en mi habitación, encendiendo la luz, me dispongo a quitarme mi ropa, esta que ya tanto me pesa, incomoda incluso llevarla, sustituyéndola por una más ligera como lo son un pantalón corto de pijama y una camiseta de igual forma, dejándome caer boca arriba a mi cama, mirando hacia el techo, cerrando los ojos sin preocuparme por la luz que se mantiene encendida.

Un pitido procedente de mi móvil, el cual tiene la pantalla ahora iluminada por ese mensaje, llama mi atención, obligándome de esta forma a centrar mi atención en ello, sorprendiéndome por un momento de recibir un mensaje a estas horas, más que nada porque realmente es de horas atrás, de esa persona de la que por supuesto menos lo esperaría.

Abriéndolo, deslizando lentamente mi dedo por la pantalla, me limito a leer las pocas palabras, sorprendido porque me esté preguntando realmente por algo que yo ya conocía, incluso antes que el propio Yibo.

Marcando su número, sabiendo que quizá estará dormido, espero por una respuesta que si llega, casi de forma inmediata.

— ¿A que se debe tu mensaje? —es lo primero que digo —¿tan preocupado está el gran Wang Yibo porque Fan Xing quiera conocer el amor?

— No estoy preocupado por eso —su voz no suena como señal de haber estado dormido —más bien me preocupa su perdida de peso y que se descentre de los estudios. ¿Tengo que hacer que se quede más tiempo de lo habitual conmigo porque tu no eres capaz de cuidarle como es debido?

— Yibo yo cuido bien de Fan Xing —no puedo creer que quiera pelear —que le de libertades no es nada malo. Es un buen chico, joven y debe conocer lo que todos a su edad. No es que vaya mal en sus estudios y no tienes ningún derecho a recriminarme que no le cuide como es debido. Bastante que soy yo quien permite que se quede contigo.

— Me ha contado los problemas que tienes con tu trabajo y estar en casa para Fan Xing —frunzo el ceño asqueado —voy a trasladarme en unos días hacia allí y así poder cuidar que todo vaya de forma correcta con respecto a Fan Xing.

— Wang Yibo —escucho un resoplar exagerado por su parte —¿tu no querrás venir porque estás deseando tenerme cerca por otras razones? Hasta donde yo se tu trabajas allí y pronto volverás a la universidad. ¿Crees que no se cosas de ti?

— Dices demasiadas tonterías —sus palabras me hacen gracia —iré tan solo por Fan Xing.

La llamada llega a su fin con esas últimas palabras por su parte, resultándome tan divertida su reacción que no dudo en enviarle un mensaje, en desearle dulces sueños, recibiendo por su parte una única respuesta, tan infantil por su parte que ya si dejo el móvil a un lado, no tardando mucho en dejarme llevar por la profundidad del sueño que me atrapa.


Fijando mi atención en la chica frente a mi, mostrando mi mejor sonrisa, le doy su pedido, agradeciendo una vez más por su visita, viendo como se marcha ahora, dejando lugar a próximos clientes.

— Disculpe —miro al frente —¿es usted por una casualidad el señor Wang?

Mirando al chico frente a mi, siendo la primera vez realmente que le veo, viéndole tan inocente que no puedo ni enfadarme por haberme confundido con Yibo, niego, mostrando una vez más una sonrisa amable.

— No, no soy él —respondo amablemente —¿por qué le está buscando?

El chico se queda por un momento callado, ocupándose de buscar algo en esa mochila que estaba cargando a sus espaldas y no había visto realmente, dejando frente a mi en el mostrador una especie de cuaderno junto a un móvil, el cual si reconozco por ser el que compré hace poco tiempo para Fan Xing.

— Supongo que le podrá dar esto —lo cojo asintiendo —gracias señor y siento molestarle.

— ¿Quieres que le diga algo?

Pero antes de obtener una respuesta el chico en cuestión ya está saliendo por la puerta, dejándome unicamente con las dos pertenencias de Fan Xing y con un sentimiento de confusión enorme, comprendiendo en parte de que él debe de ser ese chico del que no ha dejado de hablarme, aunque al parecer no le ha debido de decir mi nombre o bien ha creado cierta confusión hasta el punto de pensar que yo soy Yibo.

Guardándolo saco mi móvil, dispuesto a llamarle justamente, quitándome la idea e intención al ver una llamada que recién estoy recibiendo por su parte, finalizando esta pocos segundos antes de incluso poder responder.

— Ya sabia que era alguien raro —miro la llamada perdida —pero hoy ha sobrepasado ese límite, demostrándomelo.

Limits to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora