Capitulo Dieciséis

236 44 4
                                    

Esta semana, con sus tres días más, que ha pasado las podría considerar como un tiempo con tregua entre Yibo y yo. Puedo considerarlo como una tregua, siendo consciente de que no es realmente así, más que nada porque desde el día siguiente, cuando por la mañana antes de ir a trabajar le envíe un mensaje, me está ignorando como si nada entre los dos hubiese ocurrido, como si realmente no fuese nadie para él.

Fan Xing esta mañana, viniendo a mi casa, ha compartido conmigo sus preocupaciones y ahí es cuando me he dado cuenta de que no es un problema que yo haya causado, porque firmemente pienso que no he hecho nada como para que de un momento a otro haya dejado de hablarme, comenzando a ignorarme de esa forma, incluso a Fan Xing con quien al parecer a compartido unas pocas palabras durante el desayuno.

Aunque ahora en este momento me encuentro en mi trabajo me gustaría poder ponerle una solución ya mismo, conteniéndome por la presencia concreta de uno de los que se encuentran aquí, con su sobrino Pei Xin, ese chico tan dulce y bueno que siempre está con Fan Xing, mientras que su tío es todo lo contrario, siempre teniendo esa mirada seria acompañada por el ceño fruncido dedicándomela como si realmente me odiase con una razón, la cual no es muy exacta porque de lo que se que me acusa, siendo esa la razón de su odio hacia mi, no ha sido culpa mía.

— Señor Zhan.

Apartando mi atención de Zhoucheng, mirando a Pei Xin frente a mi, sonrío al joven, invitándole a compartir conmigo cuanto quiera decirme.

— Me gustaría ir esta tarde a estudiar en casa del señor Yibo con Fan Xing pero me ha dicho que estaba enfadado y no quiero ser una molestia —le comprendo perfectamente —mi tío no está a favor pero, ¿seria un problema que fuese a su casa con su hijo? Tenemos exámenes y siempre quedamos para estudiar juntos.

— Pei Xin tu tío solo está enfadado conmigo —digo con amabilidad al chico —con Fan Xing no asique no hay problema alguno con que vengas a mi casa. Con respecto a Yibo no te preocupes, hablaré con él aunque me tire cosas a la cabeza con ese enfado absurdo suyo.

— Gracias señor Zhan.

El joven va casi corriendo con su tío, encontrándome ya solo, pudiendo continuar con lo que estaba haciendo antes de sentir esa mirada puesta en mi, anotando los pedidos para la semana próxima, pudiendo cerrarlas estas para tener una cosa menos de la que estar pendiente en mi trabajo.

Firmando la hoja como de costumbre, así concluyendo con lo que necesitamos, escucho el tintineo de la puerta, viendo como por ella en este momento está entrando Wang Yibo, acompañado de Fan Xing, quien no se contiene yendo con su amigo, sentándose junto al tío de este que al parecer no dice nada aunque la mirada que le dedica no me gusta en absoluto, pasándose a una menos severa por palabras que Yibo comparte con él.

— No tendrás que preocuparte —miro a Yibo que está frente a mi —yo voy a viajar dos días y Fan Xing se quedará con ellos. Así tu tienes tiempo para ti y no tienes que perder el tiempo en cuidarle y cuidar de tu trabajo.

— ¿A donde vas?

Yibo me mira tan fijamente que puedo sentir lo mismo que sentía cuando Zhoucheng me mirada, manteniéndome sereno ante su mirada fija en mi.

— Son cosas de la universidad —asiento con calma —no quería ir pero según mi maestro es importante y no puedo perder la oportunidad de conocer más si me beneficia. Más te vale no acercarte a mi casa, puse una alarma para que nadie, tu principalmente, pueda entrar y Fan Xing no conoce la clave asique no lo intentes de esa forma tampoco.

— Fan Xing puede estar con su amigo siempre que quiera —guardo la carpeta de pedidos —pero no se quedará a dormir estos dos días en casa de ese hombre. Más que nada es personal, ya que me odia sin razón alguna.

— Vuestra guerra no es asunto mio —mira a Fan Xing —y ya está decidido.

Dichas esas palabras se marcha, sin darme la oportunidad de decir una sola al menos yo, le veo despedirse de Fan Xing y de Pei Xin, incluso de Zhoucheng con quien comparte unas pocas palabras más, quedándome tal cual, atónito porque sigue enfadado conmigo hasta el punto de no confiarme ya ni el cuidado de ese adolescente al que nunca le faltó de nada estando el tiempo que estaba a mi lado.


Cansado es como llego a casa, cerrando la puerta a mi espalda, quitándome mis zapatillas que no sustituyo por ningunas otras, yendo así hasta el salón de esta casa ahora tan solitaria, sin nada más que escucharse que mis pasos, mis suspiros, mis dedos moviéndose por la pantalla de mi móvil, escribiendo un mensaje a Yibo para ver, saber más bien, porque está tan enfadado conmigo si no hice un mínimo para que esté en ese estado hacia mi persona.

Una respuesta es lo que espero por su parte ahora que ya le envíe el mensaje, no obteniéndola tal cual, sino en forma de llamada que no tardo ni un segundo en responder, dispuesto a escucharle.

— Xiao Zhan, ¿cierto?

No es Yibo.

— ¿Le ha ocurrido a Yibo algo?

— No le ha ocurrido nada esta vez, tan solo que ninguno puede tener a su disposición su móvil —dice, finalizando la llamada.

Que ninguno puede..

Dejándolo a un lado, confundido por eso de que no puedan usar ni sus teléfonos, molesto porque su profesor haya tenido el valor y atrevimiento de responder la llamada a un móvil que ni le pertenece, me siento de forma más cómoda aunque realmente no lo esté, porque no estoy cómodo en absoluto, pienso en todo ello aún, no pudiendo quitármelo de la cabeza, así como también a que tipo de viaje es que ha ido tan pronto y porque su profesor dice cuanto ha dicho, siendo todo demasiado extraño.

Limits to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora