Capitulo Quince

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Pei Xin no parece nervioso en absoluto.

Hemos quedado para hacer los deberes juntos y no puedo concentrarme bien en los míos, aunque son muy fáciles, porque ver a Yibo desmayarse en brazos de Zhan me tiene más preocupado que los gritos del tío de mi amigo prohibiendo que nos veamos una vez más.

— Estoy seguro de que el señor Yibo estará bien cuidado por tu otro padre —miro a Pei Xin —podemos hacer otra cosa si no te apetece seguir con los deberes.

— Me gustaría ir a ver a Yibo pero no quiero molestarles —miro mis manos —¿y si les encuentro otra vez en la cama? ¿O peleando?

— Si están peleando no debería sorprenderte —me hace mirarle —si están besándose o en la cama deberías estar feliz aunque sea una locura. Siempre dices que estarías feliz de verles juntos porque sabes que se quieren.

Es verdad que siempre lo digo, pero me entristece pensar que también podría ser que estén peleando y más porque Yibo está enfermo y su salud empeoraría si eso sucediese.

— Si no están peleando seguro que podrás quedarte aquí a dormir —se sienta más cerca de mi —puedo quedarme contigo aunque a mi tío no le guste. No se enterará y no me iré de aquí aunque me obligue. Además quiero decirte algo.

— ¿Qué quieres decirme Pei Xin?

Los ojos grandes y bonitos de mi amigo me miran tan fijamente que ahora me siento nervioso. Ver como separa sus labios para decirme lo que sea que quiere contarme también me hace sentir así, incluso que ahora estén llamando al timbre me hace estar nervioso, sobresaltarme en el sofá, que mis piernas tiemblen, mientras camino hasta la puerta que abro, encontrándome con un señor mayor, no mucho pero si lo suficiente quizá como Yibo y Zhan.

— Hola pequeño —el señor sonríe con amabilidad —¿es esta la casa de Wang Yibo?

— Esta es la casa de Xiao Zhan, es uno de mis.. padres.. ¿puedo ayudarle señor?

— Seguro que si pequeño, soy el profesor de tu papa y estaba preocupado después de lo que le ocurrió —su profesor.. —creo que es contigo con quien hable. ¿Me permites pasar?

— Yibo siempre dice que no debo dejar pasar a desconocidos —cierro un poco la puerta —soy un adolescente y usted un desconocido aunque sea su profesor. Las personas con sonrisas bonitas no siempre son buenas.

— Tienes razón —dice —dale entonces esto si no te importa. Se le cayó cuando se desmayó en mis brazos en la universidad. Sigue haciendo caso a tus padres y no abras a un extraño aunque no tenga la sonrisa bonita.

Revuelve mi pelo, me sonríe tan amablemente y se marcha, encontrándose con otro hombre que no duda en besarle en los labios, coger su mano, marchándose de esta forma bajo mi atención puesta en ellos.

Mirando a mi espalda, entrando en casa y cerrando la puerta, miro a Pei Xin tan confundido que por un momento creo haber olvidado que algo tenia que decirme.

— ¿Qué era eso que me querías decir?

— Fan Xing.. me gustaría decírtelo ahora y quedarme todo el día contigo pero mi tío está muy enfadado —me enseña su móvil —te lo diré mañana ¿vale?

Aceptando porque supongo que no me queda de otra despido a mi mejor y único amigo, quedándome solo en esta casa, nervioso porque no se que me quería decir, preocupado porque el hombre de la sonrisa bonita y con novio ha traído una caja muy rara que es de Yibo y que despierta mi curiosidad.

Tocándola, pensando en que está mal abrirla porque no es mía, la abro queriendo saber que es lo que contiene.

— Vaya..

Una pulsera muy bonita es la que hay en esta caja y brilla. Nunca pensaría que Yibo podría comprar algo tan bonito y menos porque no se para quien es.

— Seguro que no es para Zhan porque no admite que le quiere —la cierro —debería ir a la casa y decirle que su profesor ha venido y me ha dado esta caja.

Cogiendo la caja que ahora guardo en el bolsillo de mi chaqueta, guardándome las llaves también, salgo de esta casa después de ponerme mis zapatillas. No es de noche todavía porque es temprano aunque no se que hora es. La calle está tan tranquila que me gustaría pasear con Pei Xin.

Pensar en estar más tiempo con mi amigo me hace sonreír de una forma tan diferente que siento calor en mis mejillas. Incluso llegando a casa de Yibo me siento así y se que no puedo ocultar nada, aunque lo intento mientras llamo al timbre para no ser maleducado otra vez.

— Fan Xing pequeño, ¿estás bien?

Zhan está frente a mi, vestido con un pantalón que se que no es suyo y la camiseta al revés. Quería ocultar la sonrisa de mi cara porque estaba pensando en mi mejor amigo, pero ya no quiero, menos porque se que algo especial ha pasado entre Zhan y Yibo.

— Quiero hablar con él —le enseño la caja —su profesor de sonrisa bonita a venido a tu casa y me la ha dado. ¿Puedo entrar?

— ¿Su profesor de sonrisa bonita? —asiento entrando en casa —¿es el mismo que llamó cuando Yibo se desmayó?

Mi respuesta vuelve a ser la misma, sin dejar de sonreír, abrazándome a Zhan aunque huele raro y a Yibo, confirmando esto que han hecho cosas que yo se perfectamente que son.

— ¿Tu amigo y Yubin donde están?

— Yubin se fue hace media hora a comprarnos helados porque dice que los niños comemos esas cosas y Pei Xin se tenia que ir porque su tío está enfadado —miro a Yibo —no sabia que tenias un profesor tan guapo, tiene una sonrisa muy bonita y seguro que está orgulloso de mi por no confiar en él mucho por ser un desconocido. Me ha dado esto para ti.

Sacando la caja en cuestión con la bonita pulsera guardada se la entrego, viendo como Zhan a mi lado observa atentamente como Yibo la abre, cerrándola igual de rápido que la guarda y fija su atención en mi y en Zhan, desapareciendo de nuestro campo de visión en dirección a su habitación.

— ¿Tan malo es que su profesor le de un regalo? —pregunto a Zhan —es algo bonito a mi parecer y creo que tienes un rival papi Zhan.

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