Capitulo Catorce

237 44 1
                                    

No me encuentro acostado en mi cama y tampoco está Fan Xing como recuerdo que se encontraba. Mirando a mi alrededor al único que veo es a Xiao Zhan, sentado en el mismo sofá que yo, con mis piernas sobre las suyas descansando de tal forma que aunque él parece cómodo yo no lo estoy. Apartándolas, abrazándome a mis piernas en el mismo momento en que me siento, miro a mi alrededor, comprendiendo que estoy en el salón de mi casa, que los dos lo estamos.

— Ya te has despertado.

Esas cuatro palabras van acompañadas de una mirada por su parte y de movimientos de su cuerpo que sigo sin decir nada por mi parte, viéndole tomar un vaso de agua y una pastilla que se limita a dejar en mi mano.

— He hablado con un médico y sabiendo que tu anemia no es algo leve tienes que tomar esas pastillas —la señala —una diaria y por supuesto descansar y alimentarte bien. No te preocupes por Fan Xing porque está con su amigo en mi casa haciendo los deberes. Yubin cuida de ellos y tampoco te preocupes por ello porque no les hará ningún daño.

— Me preocupa más estar a solas contigo —aparto ambas cosas —no voy a medicarme solo porque tu lo digas.

Apartando las mantas que cubrían casi todo mi cuerpo me pongo en pie, intento más bien ponerme en pie, teniendo que sentarme nuevamente por esa sensación de mareo que me invade, teniendo nuevamente esa pastilla y el vaso de agua en mis manos.

— Eres cabezota Yibo —las tomo, bebiendo el agua despacio —no es que quiera drogarte para tenerte a mi merced. Aunque me gustas mucho, quiero hacer las cosas bien en el momento en que dejes de limitarte y aceptes tus sentimientos por mi.

— No voy a aceptar algo que no existe —cruzo mis piernas mirando al frente —deberías ser tu quien cuide de Fan Xing no tu querido novio. No se como puedes fiarte de dejarle con un desconocido.

— Yubin no es un desconocido ni mi novio, deberías darle una oportunidad.

Negando, fijando de un momento a otro mi atención en Xiao Zhan, en su mano sosteniendo la mía, intento ignorar esa sensación en mi interior, más en la zona de mi estomago como si de un revoloteo se tratase, no pudiendo ya apartar mi mirada de la suya, ni apartarme por la cuidadosa presión de sus labios sobre los míos.

Cerrando los ojos, sabiendo que esto no es lo que debería hacer y al mismo tiempo que estamos solos, mis manos suben de forma automática por su cuerpo, como si no necesitasen orden alguna para ello.

Es cálida, suave incluso su piel tal y como la siento con mi mano colándose libremente bajo su camiseta. Nuestras respiraciones se acompasan rápidamente la una con la otra, de forma que mi corazón ahora parece ir a mil por hora.

— ¿Podemos ir a tu habitación?

Mirándole a los ojos, con esa vocecita en mi cabeza gritando que no, ignorándola por puro impulso, los dos nos encontramos nuevamente besándonos, entregados de esta forma así el uno al otro.

Nuestros pies se mueven uno al mismo ritmo que el del contrario. Con mis manos en su cintura, nuestros labios moviéndose acorde con los contrarios, mi respiración entrecortada mezclada con la de Xiao Zhan, quiero llevar un control propio, siendo este casi nulo en el momento en que mi espalda toca el colchón.

— ¿No te gusto ni un poco Wang Yibo?

Que clase de pregunta es esa...

No doy una respuesta, incapaz de ello por cuanto despierta en mi.

Mis manos se aferran a estas sabanas, arrugadas, con la necesidad de ser cambiadas y el olor de Xiao Zhan impregnado en la tela, mezclado con el mio así como nuestras respiraciones, los sonidos que de entre mis labios y los suyos escapan. Mi piel, cubierta de cada caricia de sus labios, cada húmedo beso, mis labios siendo atacados una vez más por los suyos.

Reacciono rápido. Me muevo de tal forma que me sorprende no sentirme mareado, ahora estando sobre su cuerpo. Sus manos, las cuales aferro con las mías sobre su cabeza, me hacen sentir un deseo mayor en mi interior, esos impulsos que me hacen besar sus labios, su cuello, su blanquecino torso, sacarle tantos gemidos como así hago también con su pantalón, el cual ya no cubre sus piernas.

— No puedo..

— ¿Por qué no puedes?

— ¿Cómo voy a tener relaciones con alguien por quien no se ni lo que siento? —miro fijamente sus ojos —cuidamos un adolescente juntos, por tu culpa no duermo ni me alimento bien porque solo de pensar en ti pierdo el sueño y el apetito idiota. Me vas a volver loco y me está costando mucho controlarme y no hacerte el amor hasta cansarnos.

Nuestras miradas en todo momento se mantienen fijas la una en la otra, de tal forma que mi corazón sigue latiendo a mil por hora, así como esa sensación en mi estomago se vuelve más viva, tan intensa que ya no me contengo más. No solo beso a Xiao Zhan, también me permito quitar la única prenda en su cuerpo, permitiéndole que haga lo mismo conmigo.

Se bien que esto ya no es un sueño, que se trata de la realidad y no me importa en absoluto.

Solo pienso en el ahora, en que estamos los dos solos y que por mucho que me moleste mis sentimientos están aquí, yo estoy aquí, no siendo presionado más que en la unión de nuestros cuerpos, entre sus piernas, con nuestros labios disfrutando del sabor ajeno, siendo uno solo.

— No quiero hacerte daño..

— No me duele —le miro a los ojos —no es mi primera vez pero si te diré que la que más voy a disfrutar si.

Besos, caricias, mi cuerpo moviéndose sobre el suyo, gemidos que se quedan en la unión de nuestras bocas. La presión en la unión de nuestros cuerpos es tan intensa como los latidos de mi corazón, la fina capa de sudor adherida en mi piel, en la suya propia.

Mis brazos cubriendo su cuerpo sobre el mio, mis manos acariciando su cuerpo moviéndose con velocidad pausada, haciéndome sentir tan vivo en cada movimiento, cada penetración que nos separa y nos une.

Mirando a Xiao Zhan, perdiéndome en cuanto hace sentir, mi cabeza aunque no quiera no deja de funcionar con las mil dudas que me invaden con respecto a mi mismo, a un nosotros que no se si debería existir.

¿Es esto lo que se siente cuando uno desea o realmente cuando uno ama?

Limits to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora