Capitulo Dieciocho

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Despertar con los brazos de Xiao Zhan rodeando mi cintura, nuestras pieles desnudas rozándose, transmitiéndose el calor del cuerpo contrario, es una de las mejores formas de despertar aunque me cueste pensarlo siquiera.

Verle moverse, abrir los ojos de forma lenta y pausada, cerrar mis ojos procurando fingir que sigo durmiendo, sentir como ya no me abraza ni ocupa su lugar a mi lado en esta cama donde anoche compartimos más que palabras, donde aceptó, después de obligarle a callarse por un momento, ser mi novio, me preocupa. Más aún lo hace cuando escucho la puerta siendo cerrada, las voces tras la misma, siendo una la de mi novio y la otra la de mi profesor que habla tranquilo a diferencia de mi novio, a quien veo entrar minutos después con una bandeja en sus manos y mi móvil que cae sobre mi, confuso por esto último.

— No tiene porque tener algo que te pertenece —dejo el móvil en la mesita de noche —y tienes que desayunar. No creas que porque anoche me mandases callar vas a librarte de mi. Ahora tengo el poder del novio para obligarte a comer cuanto necesitas y empezaremos por el desayuno.

— No creas que por ser mi novio vas a obligarme ha hacer cosas como esta —un pinchazo cae en mi mejilla izquierda —eso duele.. está bien pero tu también desayuna. Esto es demasiado para uno solo. ¿Qué estabas hablando con mi profesor?

— Le he dejado claro que aleje su trasero de ti porque eres mio —le miro sintiéndome incomodo —era broma Yibo.. aunque no me gustaría ver como intenta algo contigo, he conocido a su futuro esposo. Y ya he comprendido porque tu eres el único idiota en el que confía. Quiere que le ayudes a organizar su boda con su prometido.

— Ya te dije que no tenia nada con él —bebo un poco de café —he probado mejores pero bueno. Y con respecto a mi profesor, no es mi tipo. Me gustan idiotas, que se le va ha hacer.

— Por eso te limitas a rechazar a este idiota, ¿no?

Encogiéndome de hombros no digo nada, continuando con tomar este desayuno que no tiene nada que envidiar con los que yo preparo en casa, incluso los que he llegado a tomar en la cafetería de la universidad en la que no estuve mucho tiempo por venirme aquí, unicamente con un propósito que ahora mismo no recuerdo.

— ¿Cómo piensas decirselo a Fan Xing?

— No tengo ni idea —hago a un lado la bandeja vacía —voy a darme una ducha. Tengo mucho que hacer el día de hoy.

Golpes en la puerta interrumpen mi intención de ir en este momento a la ducha, así como también el beso que a nada estaba por dejar en labios de mi novio, así como las palabras que Zhan estaba por decir. Acercándome a la puerta, deteniéndome al ver mi cuerpo completamente desnudo, escuchando las carcajadas a mi espalda, voy directo a la puerta que da al cuarto de baño, encerrándome en este, escuchando tras la puerta como habla con mi profesor, o eso creo porque por un momento no reconozco esa voz, escuchando a los dos minutos aproximados como la puerta es cerrada y tras la que me encuentro está siendo abierta.

— Era el recepcionista —cierra a su espalda —toma esto es para ti, lo encargué para cuando dejases de ser tan cabezota.

Mirando confuso a Xiao Zhan, lo que sostiene en su mano, cojo la cajita de su mano, abriendo esta para encontrarme con una pulsera completamente diferente a la que yo tengo guardada en mi apartamento, despertando la curiosidad en mi de tal forma que no tardo mucho en querer saber a que se debe esto.

— No preguntes, tan solo quería tener un detalle contigo y dejar claro que mi corazón en todo momento ha sido tuyo —sale del baño —incluso cuando solo existían esos estúpidos límites al amor que tu también sientes.

Mirándola, dejándola en la caja porque no quiero que se estropee mientras me ducho, entro bajo el agua caliente en cuanto abro el grifo, intentando controlar todo cuanto crece en mi interior, los pensamientos, instintos, confusiones porque realmente todo esto está sucediendo.

Y es que Xiao Zhan es mi novio y todavía no me entra en la cabeza de que así sea..


En este momento, después de los minutos que me he tomado para vestirme y ordenar un poco esta habitación, salgo al pasillo, encontrándome de frente con HaoXuan.

— Buenos días, Yibo —revuelve con confianza mi cabello —¿vienes a dar un paseo conmigo? Tu y yo creo que tenemos mucho de lo que hablar si te parece bien.

Acepto porque no tengo nada mejor que hacer y Xiao Zhan no se donde se encuentra, imagino que desayunando porque en la habitación conmigo no lo ha hecho, marchándose en lo que yo me estaba dando una ducha no tan larga.

— Tu novio parece simpático —miro a HaoXuan —aunque un poco celoso también. Cuando ha llamado a nuestra habitación y le ha pedido el móvil a mi prometido no me ha gustado la forma de expresarse de tu novio. Deberías si no te importa pedirle que no sea así, porque entre tu y mi prometido no hay nada en absoluto. Tan solo es tu profesor y tu su alumno.

— Hablaré con él para que se disculpe por su actitud para con vosotros.

Eso lo aseguro aunque no digo más palabras, escuchando en todo momento a HaoXuan hablar, compartir en cada paso que damos sus ideas para que el día de su boda todo salga perfecto, contándome cada detalle no de lo que desea él para ese día sino lo que quiere su pareja, mi profesor, con el único propósito de hacerle feliz en cada segundo de su vida juntos, de su relación y del paso que están por dar según me cuenta ahora que se les permite.

— Su familia nunca me vio con buenos ojos —me explica —nunca me han dado la oportunidad para que me conozcan, pero eso nunca será un límite para que abiertamente yo ame a Jiyang.

Que HaoXuan me confiese eso, que es capaz de sobrepasar todos los límites que les interponen la familia de Jiyang Song, mi profesor y su casi esposo, me hace admirar más y más la fortaleza que mantiene sereno al hombre a mi lado, así como a esa relación forjada en cada segundo en contra de una familia que no acepta un amor tan puro y sincero.

— Admiro mucho que no te rindas y luches por vuestra relación, por el señor Song —admito en voz alta —y sinceramente me gustaría tener esa fortaleza superando mis celos, los límites que yo mismo interpongo ante mi propia felicidad y la de los que me rodean.

Xiao Zhan aparece en este momento en mi campo de visión, siendo como bien se, lo que comprende HaoXuan que no solo continua a mi lado sino que me hace saber de unas palabras que me animan a ser conocedor que he tomado la decisión correcta.

— A veces nosotros mismos nos limitamos Yibo —miro al hombre a mi lado —solo puedo aconsejarte que luches contra esos límites que a ti mismo te pones y te permitas ser feliz con él, porque está claro que tus sentimientos son muy fuertes.

Limits to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora