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Cuando llego al auto Jade está sentada en el asiento del copiloto, sus piernas están juntas, sus manos reposan en su regazo entrelazado, y su mirada esta fija al suelo. Rodeo el auto y entro junto a ella, me mira mientras me acomodo y yo levanto mi mirada para poder verla.

-Gracias por la ayuda Harry, yo emm te debo una- Jade habla mientras trata de abrir la puerta del auto.

-Y ¿A dónde vas?- le digo al observar sus actos, ella seguía nerviosa, su voz aún se entre cortaba.

-Iré a casa, gracias por todo- de ninguna manera dejaré que se vaya sola.

-Yo te llevaré, cierra la puerta- le digo mientras enciendo el auto.

-Pero puedo caminar, no quiero molestarte- me dice mientras acomoda su cabello.

-No me molesta, no dejaré que camines por ahí sola, es arriesgado-pongo en marcha el auto, ella solo repite sus acciones de hace un momento; mirada fija, jugueteo con sus dedos...

-¿Quieres contarme? o hablar de eso- no sabía si hacia lo correcto, pero se veía como si ocupara hablar con alguien.

-No creo que te interese, además no confió en ti, no me agredas ¿recuerdas?- me dice con una leve sonrisa al decir lo último.

-Tal vez no me interese pero creo que necesitas hablar con alguien.-ella duda por un momento-Ok me cuentas y yo te cuento algo sobre mí, lo que tú quieras.

Ella asiente después de dudar por unos segundos más y luego sonríe. -Creo que mi historia es algo larga para contártela en el camino hacia mi casa- me dice observando a través de la ventana.

-Eso se arregla con un café-le digo y ella solo ve por la ventana.

Conduzco hacia una cafetería que recuerdo haber ido con Louis hace unos días. Cuando llegamos Jade pide un café y unas bolitas de coco que me afirma son deliciosas, yo solo pido un café. La mesera se va y después de 10 minutos llega con nuestra orden. Veo a Jade tomar un poco de café y luego come una bolita de coco, me rió al ver una sonrisa que se le escapa al probar las ¨deliciosas¨ bolitas. Ella solo frunció el ceño al ver que me reía de ella. Tomo un poco de mi café y noto como Jade toma un poco de aire y sé que va a comenzar a hablar.

-Era mi ex novio- solo eso dijo así que hice una expresión de duda y ella lo notó- El chico del callejón, él era mi ex novio- toma una servilleta y limpia su boca, yo me quedo en silencio indicándole que continué.

-Al principio era como cualquier novio; cariñoso atento, lo normal ya sabes, pero luego comenzó a portarse algo extraño se volvió muy posesivo, celoso, me empezaba a seguir, no quería que estuviera con mis amigas de la otra universidad. Obviamente no iba a tolerar eso, conoces mi carácter-sonríe por lo último que dijo, y le da un sorbo a su café- Yo lo terminé, él se lo tomó muy ¨bien¨-hizo comillas con sus dedos en bien- Una tarde, estaba con unas amigas y cuando ya regresaba a mi casa, él me siguió y me acorraló, básicamente me amenazó.

-¿Por eso te transferiste a esta universidad?- había sido la primea vez que hablaba desde que comenzó a hablar.

-No fue del todo la razón, a mi padre los transfirieron, él no quería aceptar y cuando le conté lo que sucedió no dudo y aquí estamos.

-¿Y qué quieres estudiar?- no sabía si debía seguir platicando sobre este tema o si debía cambiarlo así que opte por la segunda opción.

-Medicina, creo que me guiare por pediatría; me gustan los niños.-tomo un sorbo de su café- ¿Y tú? ¿Qué carrera llevas?

-Leyes, pienso ser un exitoso abogado-le digo con un tono arrogante- ¿Por qué si estudias medicina llevas la clase de Religión?- sé que es una pregunta torpe, porque yo estudio leyes y también escogí Religión.

-Bueno debía escoger una clase más, y creí que Religión sería algo sencillo y que no me quitaría mucho tiempo en cuanto las otras clases, ya sabes trabajos, exámenes. Pero creo que me equivoqué, llevamos al menos dos o tres clases ¿y que obtengo? ¡un proyecto un poco complicado y un compañero algo irritante!- me dice riendo ante la característica que me otorgó.

-¡Oye no soy irritante! Por otro lado comprendo por qué escogiste esa clase, tuve el mismo pensamiento que tú.

-Sí creo que no pensamos bien- me dijo haciendo una mueca graciosa por lo que me reí.- y ahora vas tú, cuéntame cuál es tu oscuro secreto.

Tomo un suspiro, no he hablado con nadie más sobre esto excepto Louis, mamá y Gemma- Bueno tuve una novia, se llamaba Sam, llevamos 3 años de novios, lo era todo para mí, sin duda estaba enamorado de ella, quería pasar el resto de mis días a su lado, no me quería separar ni un minuto de Sam, y ella también sentía lo mismo hacia mi.- vi a Jade y ella me miraba poniendo absoluta atención- Hace al menos un mes y medio la lleve a una cena, un lugar alejado de todo, mi objetivo no era solo darle un detalle, el punto de la cena era- me aclaro la garganta- el punto era proponerle matrimonio.- me detuve unos momentos, tomaba un poco de aire.

-Harry ¿estás bien?, no tienes que continuar si no quieres- Jade habló en tono bajo y acarició mi mano que estaba apoyada en la mesa.

-Si descuida- tome un poco más de aire y seguí hablando.- Cuando se lo propuse ella sonrió, se tiró a mis brazos y me dijo que ¡Sí!- sonreí al recordar ese hermoso momento.- En ese instante me convertí en el hombre más feliz del mundo, lo tenía todo, entonces nos besamos, en medio del beso sentí como Sam se desvanecía en mis brazos, creí que era una broma, o tal vez un simple desmayo. Pero al lado atrás de su espalda tenía una mancha de sangre, era una herida de bala. Sam murió en mis brazos el día en que le propuse matrimonio.- termine de hablar y sentí un nudo en mi garganta.

-Lo siento tanto, en serio que la amabas- Jade seguía acariciando mi mano y de alguna manera eso me reconfortaba.

-Ella era mi vida, era muy hermosa y ha dejado un gran vacío en mí.

-¡Dios mío me siento terrible! Yo me comporte muy grosera contigo- se cubrió el rostro con las manos avergonzada y eso me sacó una sonrisa.

-Descuida, yo también me comporte muy mal contigo- le dije quitándole las manos de su rostro y ambos reímos.

-Bueno yo ya acabe con esto, ¿quieres llevarme a casa o haremos algo más?- me dijo algo insegura pero noté que estaba incómoda y que lo que quería era irse a su casa así que no la iba torturar más.

-Descuida si quieres te llevo a tu casa.- ella asintió y tomo su bolso para ponerse de pie.

El recorrido hacia la casa de Jade fue silencioso pero no incómodo, ella miraba a través de la ventana, solo en ocasiones hablaba para indicarme el camino. Cuando llegamos estacioné frente a su casa.

-Bueno gracias de nuevo, por ayudarme. Hasta mañana Harry.- Me sonrió y se dispuso a abrir la puerta del auto para salir.

-Hasta mañana. Y ¡JADE!- se detuvo y me observo.- ¿No soy irritante? ¿Verdad?- le dije sonriendo, ella se rió, negó con la cabeza y avanzó hacia su casa.

¿Me enamore? ¿De nuevo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora