Capitulo 04

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Nathalie sostenía su celular al mismo tiempo que miraba una conferencia de prensa, hoy, Gabriel se mostraba al mundo con su nueva asistente, la sangre de la Parisina hervía al ver la cara de aquella mujer que ocupaba su lugar justo detrás del diseñador.

Señor Agreste, antes de finalizar la conferencia, quisiéramos hacer una pregunta─ hablo una reportera, el hombre accedió ─¿Que fue lo que sucedió con su antigua asistente?─ la pregunta lo descolocó, se quedó unos segundos en silencio

Todo esta perfecto con ella, solo tomo unos días para descansar, mientras tanto, la señorita Argent cumple sus labores.

Por la cólera Nathalie apagó su celular y rebusno, casi lo lanza contra la pared, pero hasta ahora su única conexión con el mundo era ese aparato, no podía deshacerse de el.

Después de anunciar el mega desfile que iba a realizar en los próximos días, Gabriel y su nueva flamante asistente regresaron a la mansión, el hombre antes de encerrarse en su atelier fue a ver cómo se encontraba la gruñona fémina de la casa.

─Buenas tardes Nathalie─ saludo en un tono cariñoso ─¿Cómo te encuentras hoy?

La contraria no contesto, solo se limito a quedarse quieta en la cama, Gabriel se sentó en la punta y la observo.

─Revise los monitores y tu frecuencia cardíaca está mejorando, solo resta esperar que tus pulmones trabajen sin la necesidad del respirador.

La mujer siguió estática en su posición, hasta que un voz la hizo moverse, la señorita Argent violó la regla que Gabriel le había impuesto y se acercó a esa habitación para pasarle un llamado urgente de Audrey.

─Señor Agreste la señora Burgeois requiere su atención inmediata─ dijo abriendo la puerta mientras sostenía un teléfono, al ver la imagen ante sus ojos se sorprendió

─Dame un segundo─ hablo mirando a Nathalie, la cual veía únicamente a su contrincante

Gabriel tomo el teléfono y salió de la habitación, Julia se quedó dentro observando a la pelinegra, el ambiente estaba tenso.

─¿Todo este tiempo estuviste aquí?─ rompió la calma la de cabello corto

─No es tu asunto. . .

─Por supuesto que no, pero la curiosidad me mata, ¿por qué el señor Agreste te tiene aquí encerrada?─ hace una pausa ─¿Acaso sos su amante?─ soltó con intriga, como respuesta recibió un almohadaso, que tiró sus lentes, imposibilitandole ver

─¿Que clase de trabajadora eres?, sacando conjeturas de tu jefe, tienes suerte de que estoy fuera de juego, sino yo misma te sacaría a patadas de aquí.

─Eres una violenta─ se agacha y levanta sus lentes ─No entiendo cómo conservaste este trabajo durante tanto tiempo con estos malos tratos─ recupera la visión poniéndose sus lentes ─Por suerte el señor Agreste se está dando cuenta de que soy tres veces más eficiente que tu, seguramente dentro de poco a la que saquen a patadas sea a ti, después de todo estás ocupando una habitación por nada─ se gira y sale del lugar

Un ataque de tos invadió a Nathalie, su ritmo cardíaco se alteró haciendo sonar a todos los monitores que había en la sala, Gabriel al escucharlos colgó la llamada de Audrey y volvió a entrar al dormitorio, encontradose a Nathalie hiperventilada.

─Tranquila, estabas bien, ¿que fue lo que sucedió?─ se sienta a su lado y la abraza, apenas ella siente el pecho de Gabriel se empieza a calmar

─Tu estupida asistente─ se ánimo a maldecir enfrente de Gabriel ─Dice que pronto ocupara mí lugar─ tose

─Vamos Nathalie, eres una adulta, no puedes creer los dichos de los demás como si fueras una niña pequeña─ la aparta y se levanta ─En unos días ya estarás caminando por los pasillos como siempre lo has hecho y la señorita Argent volverá a la facultad de donde la saqué

─Si usted lo dice─ inhala y exhala

El platinado deja la habitación sin mediar otra palabra, Nathalie se siente avergonzada por toda esta situación, ¿será efecto del miraculous estar tan sensible y demostrativa?, ella no solía ser así, nunca dejo salir sus emociones y ni hablar de contestarle o menos preciar a Gabriel.

La noche cayó en toda la ciudad del amor, Nathalie decidió utilizar la cuenta de Netflix de Gabriel y ver una película, después de tantos años de leal servicio jamás tuvo tiempo para hacer esto, le ordenó a Gorilla vía mensaje de texto que le comprará palomitas y un refresco ya que este era el único en toda la casa que le hacía caso y al cual podía mandonear, el resto de empleados ahora estaban bajo las directivas de la usurpadora; con todo listo se dispuso a ver "A todos los chicos de los que me enamoré", la película le encantó, más contenta se puso cuando vio que tenía una secuela, sin dudarlo decidió hacer maratón y miro las dos cintas de un tirón, la última la hizo llorar de emoción, tanto, que sin querer se entristeció, Gabriel al sentir dicha emoción no dudo en bajar de su cuarto a investigar lo que pasaba.

Ahí estaba Gabriel en pijama y bata, abriendo la puerta del cuarto de su asistente, encontrandola con un balde de palomitas vacío sobre su regazo, una botella de refresco en el suelo, y ella secando sus lágrimas con una carilina.

─¿Está todo en orden?─ pregunto con un leve tono de preocupación

─Si señor, ¿necesita algo?.

─No─ negó con la cabeza ─Senti una fuerte tristeza venir de aquí y baje a investigar

─No es nada, solo me emocioné por una película. . .

─¿Que veías?.

─"A todos los chicos de los que me enamoré" y su secuela "PD: aún te quiero"─ toma aire para recomponerse

─Ya veo, no crei que eras la clase de mujer que ve películas románticas─ comentó despreocupado

─¿Que clase de mujer me cree?.

─Una a la que le gusta la ciencia ficción y los asesinatos. . .

─¿Asesinatos?─ ríe

─Eres muy callada y disfrutas ser Mayura─ ríe también

─Era divertido sentir el viento en mí cara, es una pena que esos días hayan terminado. . .

─Por tu bien Mayura no debe volver jamás. . .no solo por poner en riesgo tu salud.

─¿Que otra cosa más?.

─Si algún día me atrapan, no puedo permitir que te pase lo mismo, no podría arrastrarte a ese final, Mayura debe colgar el súper traje.

─Si tu caes, es justo que yo también caiga, después de todo fui yo quien encontró esos miraculous, y te sugirió ser Hawk Moth─ desvía la mirada

─Pero fui yo quien te hizo caso, y es todo mí culpa, solo yo me benefició de todo esto, tu no tienes nada que ver, prométeme que si algún día me descubren tu harás como si no sabías nada.

─Lo prometo.

─Bien, ahora podré dormir tranquilo, almenos está noche─ el solo se ríe de su mala broma ─Si quieres seguir viendo películas románticas, te recomiendo "cita perfecta"─ guiña un ojo y se va

Nathalie sonríe, suspira y se pone a buscar dicha película, al encontrarla, la reproduce y se acomoda en su cama.

Miraculous: No Quiero Decir AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora