Capitulo 06

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Nathalie y Adrien estaban sentados en la mejor panadería que tenía la ciudad, ella tomaba café y él, juego exprimido de naranja, cada uno acompañado del dulce que prefieren, Nathalie como siempre fanática de los arándanos, comía un budín hecho de ellos, mientras que Adrien tenía un croissant relleno.

─Ella no es la única que te da dulces─ mascullo antes de beber un sorbo de su café, el adolescente río

─¿Cómo te sientes?.

─Muy bien, enjaulada no voy a llegar a ninguna parte, mírame que bien estoy.

─¿Segura que nada te va a pasar?.

La de mechón rojo no alcanzo a contestar, un vehículo se estacionó a un costado de ellos y alguien bajo de el, con su gran impronta Gabriel Agreste hacia su aparición, lucía muy enojado.

─¿Están dementes?, ¡Adrien como puedes conspirar en mí contra y cumplir los caprichos de Nathalie, podría empeorar su salud!.

─Calmese─ hablo la mujer en tono serio ─Yo decidí salir porque estoy excelente de ánimo, hasta el momento tomo mis propias decisiones y riesgos

─¿Que hago si algo te pasa?─ cuestionó

─¿Acaso le importo?─ se cruza de brazos y mira como detrás suyo se paraba la intrusa ─Se llena la boca hablando de que sin mí no puede continuar, y ahí la tiene a esta, haciendo mí trabajo, trabajo que tranquilamente podría estar haciendo sin ningún tipo de problema

─La señorita Argent no tiene nada que ver en todo esto, la contrate para que descansarás.

─¿Quiere que descanse?─ se levanta ─Muy bien, voy a descansar, renunció─ sentenció, urgo en el bolsillo de su chaqueta y saco unos euros, los dejo en la mesa a modo de pago por lo que ella y el chico estaba comiendo ─No puedo seguir así

─Nathalie no lo hagas─ hablo el rubio

─No seas necia─ dijo Gabriel

─Usted es el necio, que se niega a ver qué su vida se estanco por culpa de su difunta esposa.

─No te atrevas.

─¡Me atrevo!, tiene todo lo que puede querer y sin embargo está luchando por una causa pérdida, la gente a su alrededor sé cansa de sus tratos, ¡estoy harta!.

─Sube al auto y discutamos esto en la mansión─ dijo serio

─No voy a regresar a la mansión, no soy tu marioneta, no seguiré a tu lado viéndote hundirte y viéndome hundirme contigo, tu mismo me hiciste prometerte que no caería contigo─ se forman lágrimas en sus ojos ─Hasta aquí llegué

Sale corriendo, todos intentan detenerla pero nadie es lo suficientemente rápido, la mujer corrió unas cuadras y luego se escondió detrás de un tacho de basura en un callejón, el auto de la familia paso por ahí a rápida velocidad, ambos Agreste la buscaban con su vista pero ninguno fue capaz de verla.

─¡No debiste sacarla!─ grito el ojigris

─Lo siento, no sabia─ replicó el chico llorando

─La vamos a encontrar, no se preocupen─ intervino Julia

Como si el clima también lamentará la pérdida de Nathalie, comenzó a llover en la ciudad, la ejecutiva caminaba por la vereda empapandose con la fuerte tormenta.

─¿Nathalie eres tu?─ hablo una voz y antes de que está pueda confirmar, una chaqueta la cubrió y un paraguas la tapo del agua que caía con violencia del cielo ─Ven conmigo

La pelinegra ahora se encontraba sentada en un sofá marrón, cubierta por una toalla, al frente de una chimenea encendida que irradiaba buen calor.

─Dime que hacías en medio de la lluvia mojandote, tus vacaciones te pegaron muy mal─ recriminó la voz anteriormente escuchada

─¿Cómo sabes que me tomé vacaciones?─ cuestionó

─Tu jefe abre la boca y ya sale en todos los diarios, ¿me crees un analfabeta que no lee?.

─Claro que no, solo estoy aturdida─ tose ─Gracias Trevor, no se que habría sido de mí. . .

─Seguro pescabas un resfriado al llegar a tu casa. . .

─No iba a mí casa estaba diambulando.

─¿Por qué?.

─Renuncie a mí trabajo. . .

─¿Como?, ¡es tu vida!.

─Fue un impulso, pero me di cuenta que ya no puedo estar allí, di mí vida por ese hombre y me pagó contratando a otra.

─¿Para que tomaste vacaciones?.

─¡No las tomé, me enferme!─ grito

Un trueno se siente y al mismo tiempo se corta la luz, el hombre se levanta busca unas velas, las enciende y regresa con la ejecutiva.

─¿Estás bien?.

─Mejorando, pero me tenían encerrada en una caja de cristal, no podía seguir asi─ suspira

─Hiciste bien en escapar, si querés te puedes quedar aquí, hay cuartos de sobra, y mañana podríamos pasar por el hospital, y ver tu salud.

─¿No soy una molestia?.

─¿Cuando lo has sido?.

─No lo sé, cuántos años sin vernos y ahora pretendo que me ayudes, tal vez soy una molestía. . .

─Veinte años sin vernos, los mismos años que trabajas─ guiña un ojo ─Y tu jamás serás una molestia, no importa si paso cien años sin verte, si necesitas de mí ayuda, te la daré

─Veo que el gran chico que conocí se volvió un gran hombre─ sonríe

─No es para tanto─ replicó modesto

─¿Cómo ha sido tu vida estos años?.

─Normal─ suspira ─Me recibí, vendí algunos cuadros, compré este departamento, intenté tener una novia pero la regué, me dejó, y hace cuatro años que estoy soltero─ concluyó con orgullo

─¿Cuatro nada más?─ ríe ─No lo creo, alguien tan apuesto como tu debe tener fila

─¿Y tu mí querida, cuántos años de soltería?─ desvió el tema

─Bueno, creo que veinte años─ el contrario parpadea ─Despues que nos separamos no hubo nadie mas─ desvía la mirada

─No te creo. . ."alguien tan apuesta debe tener fila"─ imita la voz de la fémina

─No te burles. . .me concentre en mí trabajó.

─Demasiado─ la luz vuelve ─Estamos de suerte─ se levanta ─Creo que tengo algo de ropa que podría quedarte bien, toma una ducha caliente antes de que te pesques un resfriado y mientras preparo algo de almorzar

─Eres un dulce.

─Tu mejor que nadie deberías saberlo.

El hombre se aleja, minutos luego regresa con un pantalón jogging color negro, una remera deportiva blanca, un suéter gris, una toalla grande y pantunflas.

La mujer tomo todo, sonrió y a la velocidad de la luz se metió en el baño, el chico suspiro y se encerró en la cocina para preparar algo con que hagazajar a su invitada.

Miraculous: No Quiero Decir AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora