Nathalie llevaba un mes encerrada en su habitación, el término suena brusco, pero fue decidido así por su propio bien, los mareos se volvieron constantes, la tos había regresado y lo peor, le costaba respirar, ahora esa habitación se volvió su fuerte, ahí tenía medicinas, aparatos médicos que median su estado y todo lo necesario para no sentirse mal, aún seguía trabajando, desde teleconferencia a través de los diferentes dispositivos que Gabriel puso a su disposición para que está se sienta útil y no se aburra, porque si, Nathalie aburrida no era algo bueno.
─El plan fallo─ decía Gabriel desde la línea telefónica, la ejecutiva rodeo sus ojos
─Debi haber ido─ recriminó
─Ya hablamos de esto, fue mejor que te quedarás allí, tu salud por fin está recomponiendose, no quiero involucrarte de más, suficiente has hecho invocando a ese Sentimonstruo.
─Muy bien señor, tendré su auto listo para que regrese sin llamar la atención─ desvió el tema
─Gracias Nathalie, nadie debe enterarse que estuve en Nueva York.
La llamada finalizó, la teñida rebusno por lo bajo y empezó a jugar con un lápiz, pobre útil, termino roto ante el estrés de la mujer, se sentía un estorbo, ya no era de utilidad, los primeros días Gabriel la visitaba varias veces, pero ahora que transcurrió un mes, ya nada era igual, si veía a Gabriel unos segundos cada dos días, era mucho.
Para evitar pensar tonterías, contrato un servicio de transporte para su jefe, era la primera vez que usaba esa aplicación tan famosa, por lo menos podía entretenerse viendo cómo la animación del automóvil se movía en el mapa cibernético.
Gabriel ya estaba en camino a la mansión, la pelinegra se quitó las sondas que estaban amarradas a sus brazos y a los otros aparatos, se quitó el pijama, se colocó ropa de civil y con la ayuda de un bastón fue hasta la entrada para recibir al hombre que secretamente ama desde hace ya 14 años.
─¿Nathalie?─ se oyó decir a una voz
La ejecutiva giro su cabeza en la dirección que escucho el sonido y se encontró con una cabellera rubia dorada y unos ojos verdes que la inspeccionaban de arriba a abajo, había metido la pata, Adrien no debía enterarse de su condición, por anciosa olvidó que el chico también volvía a casa.
─¿Que te sucede, por que estás usando eso, te encuentras bien?─ la inundó con preguntas, está no supo que responder, estaba entre la espada y la pared, si hablaba de más podría exponer a Gabriel y todo esto se volvería un enorme e irremediable problema
─¿Donde esta Gorilla?─ replicó a las preguntas como si el chico no hubiera hablado
─No puede ser─ dijo notandosele preocupado ─Lo deje en Nueva York─ comento asustado
─¿Cómo es que volviste sin el?─ cuestionó algo frenética
─Padre se enojo y me trajo de regreso en una aerolínea privada.
─Bueno, tranquilo, seguro volverá en el vuelo comercial que los llevo─ suspira
Un auto estaciona y de el baja Gabriel, toma la maleta que había llevado consigo y entra en la mansión, cuando ve que lo esperaban su hijo y su asistente, se asombra tanto que los contrarios pudieron notarlo.
─¿Saliste?─ pregunto el menor algo intrigado
─Tenia un vuelo sobre moda, pero se cancelo─ mintió acercándose ─¿Que hacen aquí?
─Acabo de llegar. . .¿saben que le paso a la ciudad?, todo es un desastre.
─Un villano atacó y Ladybug no apareció, pero todo ya se arreglo─ musitó Nathalie en tono tranquilo ─Ve a tu habitación y acomoda tus cosas por favor─ ordenó fría como solo ella puede ser
El chico asintió, tomó su maleta y entro en la casa, dejando a ambos adultos solos, el hombre frunció el seño y una vez su hijo desapareció de su campo visual, inicio su reprimenda.
─¿¡Que estás haciendo aquí!?, Nathalie por dios, tu condición aún no es buena, pudiste haberte desmallado, ¿que hacemos si Adrien te ve?─ suspira
─Le dije que me sentía mejor, creo que volveré al trabajo pronto.
─No Nathalie─ la toma por los hombros ─Eres perfecta haciendo lo que haces, pero debes descansar, basta de sobre esforzarte
─Pero señor.
─Sin peros─ intervino ─Ahora regresemos a tu habitación, te quedarás allí hasta que la doctora diga lo contrario
Ambos ingresan, Gabriel escolta a Nathalie hasta su habitación, desde la puerta la mira acostarse, una vez se tapa con las mantas, cierra la puerta y se va, la de lentes toma una almohada y la lanza hasta la puerta en señal de molestia, verdaderamente se sentía mejor, tranquilamente podía volver a sus funciones.
Por otro lado, Gabriel se sentaba en el escritorio de Nathalie, el cual en otros tiempos le solía pertenecer a Emilie, urgo en los cajones del mueble, y en el último de ellos, encontró una carpeta con solicitudes de trabajó que la mismísima Emilie recibió y guardo por si acaso.
─Lo siento─ susurro y tomo el expediente que estaba carátulado con el número 2, está persona era la segunda mejor referencia que se tuvo el día que se busco una asistente ejecutiva, la primaria obviamente había sido Nathalie, quien se quedó con el puesto, hace ya catorce años ─Espero este número siga funcionando─ toma el teléfono y marca los dígitos ─Hola, señorita Argent, habla Gabriel Agreste, usted hace unos años me dejó una solicitud con sus referencias para tomar un puesto ejecutivo. . .quería saber si aún le interesa, estoy necesitando con urgencia una nueva asistente─ del otro lado de la línea primero se escucho silencio, luego un aplauso y finalmente una respuesta afirmativa ─La espero mañana a primera hora entonces, muchas gracias─ tras decir eso, colgó
─¿Está seguro maestro de hacer esto?─ pregunto Nooroo
─A la señorita Nathalie no le va a gustar esto─ lloriqueo Duusu
─Es por su propio bien─ se levanta ─Y váyanse a molestar a otra parte─ ordenó muy enojado, ambas criaturas desparecieron
Gabriel resignaba de su decisión pero debía hacerlo, el ya no podía lidiar solo con la casa y mucho menos permitir que Nathalie vuelva a trabajar.
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Miraculous: No Quiero Decir Adiós
FanfictionNathalie toma un nuevo camino al darse cuenta que Gabriel jamás la vera como algo más allá que una simple asistente, la pregunta del millón es, ¿podrá Gabriel recuperar todo lo que perdió una vez se de cuenta que tenía todo lo que necesita debajo de...