Capitulo 07

608 58 69
                                    

Trevor era un hombre alto, unos centímetros por debajo de Gabriel, tenía el cabello castaño, ojos marrones, una piel blanca y suave que te invitaba a tocarla cada vez que la vieras, se encontraba muy bien trabajado, ya que asistía todos los días religiosamente al gimnasio y se cuidaba con las comidas.

Sabe cocinar, hacer masajes, es instructor deportivo, habla dos idiomas, excelente con los números y para cerrar este combo en su tiempo libre pinta cuadros, en el ambiente del arte es alguien muy reconocido, para servir de ejemplo sería el Gabriel de los pintores, pero con varios menos millones y solo un departamento lujoso.

Nathalie abandono el cuarto de baño completamente renovada, y la ropa que le habían prestado le quedaba perfecta, como si aquel hombre supiera a la perfección su talla.

─Hay un aroma magnifico─ comento entrando en la cocina

─Te mereces lo mejor, aunque esté fuera de mí plan alimenticio─ río

Nathalie río también, recordaba lo mucho que a él le gustaba cuidarse en las comidas, incluso varias de las dietas que Adrien tiene son viejos planes de Trevor que la pelinegra recordaba de sus días como su novia.

Seguramente a esta instancia se preguntarán cómo es que estos dos fueron novios, y que pasó para que esa relación tan linda haya terminado.

Nathalie y Trevor eran vecinos, luego la vida los separó pero se volvieron a reencontrar en la facultad, la universidad y los cursos que compartían los acercaron tanto, que el castaño dio el primer paso y en cuanto pudo la volvió su novia, eran completamente inseparables, hasta que cierto rubio, en aquel entonces natural y sin teñirse, se metió en medio.

Gabriel llego un buen día y se volvió amigo de ambos, con el paso del tiempo cada quien siguió su camino, Nathalie y el aspirante a diseñador se querían demasiado, cosa que causo celos en el pobre Trevor.

Un buen día, cuando todos tenían su vida de adultos, Nathalie decidió conseguir un trabajo, decía que no podía vivir a costa de nadie, y aunque Trevor la tenía como una reina, ella de sentía tan inútil que quiso salir al mundo, cruel como solo el destino puede ser, las ansias de trabajo de Nathalie la llevaron a una entrevista con un diseñador de modas que buscaba asistencia ejecutiva con mucha desesperación, y aunque suene absurdo, ese inexperto y desesperado diseñador no era otro que el mismísimo Gabriel.

La demanda del trabajo y las incontables horas que Nathalie debía pasar con Gabriel, su esposa y el niño que está llevaba en su vientre, deterioraron la relación, y un buen día, Trevor dijo adiós, desde ese entonces Nathalie se volvió una con la mansión Agreste, hasta hoy, que decidió escapar.

─Muy bien, es hora de comer─ anuncio el hombre llevando los platos hacia la mesa ─¿Sigues tomando el mismo vino de siempre o tus gustos se refinaron?─ bromeó

─Sigo con los mismos gustos de siempre─ bufo

El ojimarron sirvió dos copas, y luego ambos brindaron, el almuerzo transcurrió en absoluto silencio, Nathalie pensaba en lo que había hecho y el contrario no sabía cómo entablar conversación, después de todo no habían terminado tan bien como aparentan.

─¿Cuál es tu enfermedad?─ soltó de la nada el pintor ─Siempre fuiste una chica sana. . .

─Tengo problemas respiratorios e insuficiencia cardíaca─ contesto

─¿Y así y todo salís a caminar bajo la lluvia?, ¿¡te querés morir!?─ la reto

─Estoy bien, mis problemas debería estar curados.

─La insuficiencia no tiene cura. . .

─En mí si.

─Bueno, seguro Gabriel pudo darte tratamiento.

─Lo hizo, pero se extendió tanto que se volvió tedioso.

─¿Por eso huiste?─ ella asiente ─Parece que el señor Agreste conoció a la Nathalie que no le gusta que la atosiguen

─Jamas fui así en el trabajo, no entiendo que me pasa, pero tienes razón, volvió la Nathalie que se pone rabiosa por nada y odia que le estén encima─ el contrario se ríe ─¿Que?

─Nada, no haré comentarios de mal gusto─ bebé un sorbo

─Veo que sigues siendo el mismo tonto.

─Solo me arrugó, después todo está igual, sigo siendo el mismo tonto inmaduro que te dejo aquella tarde─ hace silencio ─No quise

─Tranquilo. . .fue lo mejor para ambos lo que pasó aquel día.

─Te lastime y jamás me lo voy a perdonar.

─Despreocupate, y toma todo esto como una disculpa por lo de aquella tarde, estamos a mano.

─Ya veo porque me enamoré de ti hace tantos años, tienes un gran corazón.

─Si serás tonto─ bufo ─Te enamoraste de mí porque era tu única opción─ alza un ceja ─Por eso me dejaste en cuanto pudiste

─No quiero pelear contigo, pero sabes que estás absolutamente equivocada, el amor que tuve contigo no pude encontrarlo en nadie más.

Los dos se quedan callados, luego terminan el almuerzo y cada quien se entretiene en lo suyo, ya habría tiempo para conversar sobre lo que había pasado, por ahora Trevor tenía trabajo y Nathalie debía descansar, después de todo, hoy vivió muchas emociones, que extrañamente, no la hicieron sentir mal.

Miraculous: No Quiero Decir AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora