Terapia, meditación y yoga. Esos fueron algunos de los consejos que tomó después de su consulta a través de la web. Valentina pensó que, si quería comenzar a sanar heridas, antiguas y nuevas, debía poner el trabajo en sí misma, conectar con su yo interior y buscar formas más adecuadas de enfrentar los momentos malos.
Su terapeuta le dijo que ella era muy buena preocupándose por los demás, y esa empatía era buena, hasta cierto punto, porque en ocasiones se enfocaba tanto en los demás que se dejaba a si misma por fuera. ¿Qué quería Valentina? La respuesta era simple, ser feliz. Y eso la llevaba a otro tema.
Juliana. Juliana la hacía feliz, muy feliz, pero no podía ser su única fuente de felicidad. Si bien la falta de estabilidad en su hogar era una razón para buscar eso que le faltaba en otros lugares, pudo entender que tanto su realización personal, así como todos aquellos pequeños detalles del día a día que usualmente pasaban desapercibidos, eran en sí momentos de alegría. Había cosas maravillosas en todas partes, simplemente debía comenzar a ver el lado bueno de la vida.
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Valentina caminaba de lado a lado en la sala de conferencias, el sonido del exterior silenciado por la puerta cerrada. A través del vidrio veía a las personas en sus puestos de trabajo atendiendo el teléfono, escribiendo en sus computadoras y caminando entre los cubículos. Todo organizado, a diferencia de sus pensamientos.
"Vale, siéntate, me estas mareando" la voz de su hermano la reprendió y ella con un resoplido tomó asiento en la larga mesa frente a él.
"¿Tu porque estas tan tranquilo?" preguntó con el ceño fruncido.
"¿Cómo quieres que este?" ella refunfuño y él sonrió con calma, su cabeza descansando en la palma abierta de su mano. Algo que siempre le había envidiado era esa capacidad de ser tan relajado.
"No lo sé Guille" levantó sus manos "viajaste medio mundo para un encuentro 'urgente' con la pesadilla andante que es nuestra hermana, deberías de estar algo molesto" él solo se encogió de hombros y ella rodó sus ojos ante su poca reacción.
Guillermo, huyendo de Eva y sus prejuicios, había tomado uno de los puestos de la revista donde viajaba por el mundo visitando restaurantes, hoteles, hostales, villas y las evaluaba para su publicación en las secciones de turismo y ocio. Con un curso rápido de fotografía y la guía de algunos profesionales de Grupo Carvajal se había establecido muy bien en esa labor temporal.
La llamada de Eva había sido una sorpresa para él. Raramente se comunicaban, no mantenían una relación cercana y prácticamente se habían dejado de hablar. Sin embargo, cuando ella solicitó su presencia por una 'emergencia' se vio obligado a regresar. Su hermanita lo recibió a él y a Renata con los brazos abiertos cuando regresaron. Pensaba en sorprenderla con sus historias y todos los detalles que había recolectado en sus viajes para ella. El sorprendido fue él.
Encontrar a Valentina Carvajal independiente, viviendo sola, trabajando para la competencia y siendo toda una adulta fue un shock, así como el motivo por el cual había volado del nido de la mansión Carvajal. En sus correos y mensajes había mencionado más de una vez a 'Juliana', pero saber los detalles de la relación de su hermanita con la chica lo había dejado sin palabras. '¿Y tú qué piensas?' le preguntó ella con nervios, refiriéndose a todo el caos con Eva. Él solo la abrazó con toda su fuerza y le dijo 'Pienso que eres increíble. Esto no cambia nada Vale, tú sigues siendo tú, mi hermanita'.
Valentina por su parte sentía que no podía reprocharle nada. En parte también fue su culpa que su hermano no supiera la realidad de lo que vivía. Los momentos en facetime era para compartir anécdotas alegres y brindarse familiaridad, acercarse de alguna manera aun en la distancia. No le gustaba pasar ese tiempo quejándose de Eva, hablando de problemas y su soledad cuando su hermano estaba trabajando lejos y poco podría hacer. Aunque esa no fue la percepción de él, quien se sentía responsable por no ver detrás de los gestos de falsa felicidad de su hermanita. Se arrepentía, pero el arrepentimiento no solucionaba nada, entonces Renata muy sabiamente le dijo que dejara el pasado atrás y cambiara la forma de hacer las cosas en el futuro.
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Las riendas del amor
RomanceA Valentina ya nada le emociona, sin embargo, las cosas parecen cambiar cuando conoce a la chica de ojos oscuros en los que se puede perder, pero en los cuales también se podrá encontrar a sí misma.