Cuando volvieron al hotel, y una vez la puerta de la habitación estaba cerrada, Valentina se acercó a Juliana que estaba en la mitad del lugar con una mirada difícil de descifrar. Acarició los brazos de Juliana desde sus muñecas, subiendo hasta sus hombros, su cuello y tomando su cara entre sus manos.
Juliana dejo salir un suspiró y acercó su frente a la de Valentina, enrollando sus brazos en la cintura de la chica y respirándola al mismo tiempo que acariciaban sus narices. La castaña cerró el espacio para dejar un beso suave en los encantadores labios de la pelinegra. Juliana abrió sus labios para profundizar el beso, pero su estómago rugió fuertemente haciéndola sonrojarse mientras la ojiazul en sus brazos se reía de ella.
"¿Alguien tiene hambre?" cuestionó rozando el abdomen de Juliana y abriendo sus manos en signo de hacerle cosquillas.
"Val, no, ni lo intentes" le advirtió mientras golpeaba sus manos y se alejaba.
"¿Ah no?" la castaña tenia era mirada depredadora y la morena dió un paso más atrás levantando una mano en advertencia, pero con una pequeña sonrisa en su rostro.
"No, aléjate"
Valentina avanzó haciendo caso omiso y la morena, al no medir la distancia hasta la cama cayó sentada en la misma. Esa fue la oportunidad de la otra chica que se lanzó encima de la pelinegra y comenzó a hacer cosquillas en sus costados. Las dos no paraban de reír.
"Di que te rindes, que yo gano" repetía Valentina riendo igual de fuerte que la otra chica.
"No – N- o, no, t-e lo diré" decía Juliana entre risas.
"Ríndete Juls, give up" ambas ya tenían lágrimas en los ojos del ataque de risa.
"Ya ya, basta, tu ganas, para" la castaña se detuvo inmediatamente con una sonrisa victoriosa mientras observaba a Juliana recuperar su respiración.
"Eres.una.tramposa" entrecerró sus ojos mientras enunciaba cada palabra con un empujón de su dedo índice en el pecho de la ojiazul.
"Claro que no, fue una batalla justa" Juliana levantó una ceja no estando de acuerdo, pero sonrió cuando Valentina se acercó para dejar un beso en su ceja y luego muchos besos rápidos alrededor de su rostro haciéndola reír con más fuerza. Las dos se quedaron mirándose fijamente, para ser interrumpidas nuevamente por el estómago de Juliana quien enterró su cara en la almohada que tenía cerca sonrojándose de nuevo, desatando risa de la castaña.
"Okay, vamos a cambiarnos" se levantó y señaló el abdomen de Juliana "porque hay que alimentar a esa fiera"
Una vez listas, Juliana con un vestido veraniego corto, de color rojo con flores y Valentina uno blanco igualmente ligero de tela fluida, fueron al restaurante del lugar a tomar una cena temprana. Según Valentina el lugar era muy reconocido por su excelente carta. Juliana no lo dudaba, no creía que nada en este lugar fuera menos que excelente. Disfrutaron del lugar, una frente a la otra, Valentina tomando la mano de Juliana sobre la mesa y jugueteando con sus dedos mientras contaba una de sus historias, gesticulando rápidamente con su mano libre. Solo había otras dos mesas ocupadas y eran parejas inmersas en sus propias cosas.
En la ciudad no siempre tenían la oportunidad de ser así de abiertas. Siempre había alguien alrededor y con el estatus de 'celebridad' de Valentina era algo difícil. Sin embargo, ninguna de las dos estaba preparada para salir a gritar a los cuatro vientos que estaban enamoradas la una de la otra. La cabeza de Juliana rebobino. Pausa. ¿Enamoradas? ¿Es eso lo que estamos? ¿¡¿O lo que estoy de Valentina?!?
Probablemente tenia cara de pánico en este momento porque la chica frente suyo la miraba con algo de preocupación. Juliana sacudió su cabeza "¿Hmm? ¿dijiste algo?"
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Las riendas del amor
RomanceA Valentina ya nada le emociona, sin embargo, las cosas parecen cambiar cuando conoce a la chica de ojos oscuros en los que se puede perder, pero en los cuales también se podrá encontrar a sí misma.